Mojados es un municipio vallisoletano que cuenta con una superficie de unos 46 kilómetros cuadrados, que se ubica a unos 20 minutos en coche de la capital y que tiene, en la actualidad y según los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) con 3.331 habitantes.
Una localidad que está cruzada por el río Cega y en la que destaca un puente sobre el mismo de seis arcos de piedra que fue construido en el año 1575 por Juan de Nates, bajo el mandato de Felipe II. También destaca la Iglesia de Santa María y la de San Juan.
Allí, hace ya 16 años, Noelia y Marian, decidieron ponerse al frente de la escuela infantil gratuita Los Patitos de Noma, que en la actualidad cuenta con 41 alumnos y que es un servicio que se ha convertido ya en indispensable para los vecinos del lugar.
EL ESPAÑOL – Noticias de Castilla y León conoce todos los detalles de esta escuelita y la forma de gestionarla que tienen las dos guardianas con las que hablamos en este reportaje.
Las guardianas
“Me considero una mujer normal. Familiar, trabajadora y responsable. Seria, pero divertida. Cada cosa tiene su momento”, asegura Noelia Fernández Núñez, de 49 años nacida en Valladolid pero que vive en Mojados. Suma 30 años en el mundo de los negocios y es una apasionada del Zumba, el Aerobic, el Fitness y el pádel.
Por su parte, María Ángeles Sanz Rodríguez, de 51 años y que suma 25 embarcada en el complicado mundo de los negocios, amante de la lectura, del gimnasio y de las series, se declarara como una mujer “cariñosa” a la que “le apasionan los niños” y “trabajadora y responsable”.
Ellas son las dos guardianas de Los Patitos de Noma, una escuela infantil que se ubica en Mojados y que nació allá por el año 2008, que cuenta con 16 años de vida y que se ubica en la calle Virgen de Luguillas número 1 de Mojados, junto a la biblioteca municipal.
La idea de abrir esta escuelita nace cuando Noelia, que acababa de empezar a trabajar en el taller ocupacional de Mojados, ve que el Ayuntamiento publica la nueva construcción del lugar. “Vi que era una gran oportunidad para mí y me lancé al proyecto”, asegura Noe.
Fue entonces cuando apareció Marian, que “tenía experiencia en el sector” ya que había gestionado una guardería en el pueblo, y se acabó uniendo a ella.
“Tras días de espera e incertidumbre, ante el sorteo de la gestión del centro, nos lo adjudicaron a nosotras y así comenzó todo”, explica Marian.
Gratuita
Un servicio indispensable en un pueblo importante de la provincia de Valladolid como es Mojados. Cuenta con un total de tres aulas para 41 alumnos. Acuden pequeños desde las 16 semanas de vida hasta los 3 años.
En el mes de septiembre, cuentan con un servicio especial que lleva el nombre de Padepa, en colaboración con el colegio público ‘Tierra de Pinares’ de Mojados. Un programa de adaptación para los niños que hacen la transición del primer ciclo de infantil al segundo.
“Los padres están muy contentos con el servicio que damos. Además, los niños acuden gratuitamente gracias al Plan de Gratuidad de la Junta de Castilla y León, y eso es algo muy importante para las familias que cuentan con menos ingresos”, añaden las guardianas de Los Patitos de Noma.
Además, el Ayuntamiento de Mojados bonifica los periodos no gratuitos. Servicio indispensable, gratuito, y con programas interesantes. Una auténtica joya.
Comienzo de curso y futuro
“El comienzo de curso ha sido intenso. Hasta que los niños se adaptan al centro y a nosotras. Al principio todo son lloros e inseguridades. Sin embargo, cuando pasa una semana y media o así, ya vienen tan contentos”, afirma Noelia.
Los primeros años de la escuela “fueron duros”, apunta Marian. “Hemos luchado mucho por este proyecto y con el paso de los años y la experiencia lo estamos sacando adelante”, añade Noelia.
“Desde la implantación de la gratuidad nos va mejor. Dicen que del esfuerzo y la constancia se obtiene la recompensa. Esperamos que nuestra escuela esté abierta muchos años más porque Mojados tiene futuro”, añaden.
El objetivo de las guardianas de esta escuela infantil pasa por “seguir enseñando y cuidando a los niños hasta jubilarse”.
Un ejemplo de dos mujeres implicadas con un servicio que resulta indispensable en el mundo rural.