Arturo Dueñas es un licenciado en Filología Hispánica que pasó unos cuantos años enseñando Lengua y Literatura Española en las universidades de Europa del Este tras la caída del muro, fundamentalmente en Estonia y Hungría y también en países lusófonos como Brasil y Portugal.
Nacido en Esguevillas de Esgueva tiene ahora 62 años y se considera también un “servidor público” que “ha trabajado en todas las administraciones”. Tanto en las de ámbito nacional, como secretario de Cámaras Agrarias, como en el ámbito autonómico, local y universitario.
Es polifacético. Actor, guionista, montador, productor y director de cine, actividad por la que estuvo nominado al Premio Goya al Mejor Cortometraje Documental con ‘Dajla: cine y olvido’, rodado en los campamentos de refugiados saharauis.
“Hace dos años surgió la oportunidad de hacerme cargo de los Cines Casablanca, por lo que uní a mis actividades la de exhibidor”, asegura nuestro entrevistado.
Cogió las riendas de unos cines históricos de la ciudad, pero abandonados hace dos años y medio. En concreto el 17 de marzo de 2022. Ahora, se encuentra con algunos problemas a los que tiene que hacer frente.
Un “flechazo”
“Nunca había pensado en regentar una sala de exhibición, pero cuando entré en los Cines Casablanca para asesorar a un amigo que estaba interesado sentí como un flechazo. Yo, que había acudido tantas veces al cine como espectador, tenía la posibilidad de ser el responsable de uno de ellos”, asegura nuestro entrevistado.
Arturo Dueñas es una persona “inquieta” y “llena de curiosidad”. Pone mucho empeño en todo lo que hace. En este caso, lo que hizo, fue desoír los consejos de asesores fiscales, familia y amigos y ponerse al frente de los Cines Casablanca.
Unos cines que cerraron sus puertas dos años antes. El 13 de marzo de 2020. Cuando comenzó el confinamiento. Unos días más tarde fallecería el anterior propietario y fundador, José María Álvarez.
El arrendamiento de Dueñas arrancó el 1 de marzo de 2022. Las primeras proyecciones tuvieron lugar el 17 de ese mes con una jornada de puertas abiertas en la que se exhibió su primera película: ‘Aficionados’, que se había proyectado en Seminci 13 años antes por primera vez. Lleno a rebosar.
“Los cines estaban en buen estado. Pese a todo, llevamos a cabo una limpieza exhaustiva”, nos confiesa el dueño actual. Unos cines que abrieron sus puertas en mayo de 1987, en la calle Platerías, para trasladarse en 2002 a su ubicación actual en Leopoldo Cano. Están próximos a cumplir 40 años.
Antes de proceder a la reapertura hubo que resolver otros temas. El principal, el de cerrar el alquiler con los propietarios, tanto del local, como de los proyectores.
Subida de precio
“Al final, mantuvimos el mismo precio que antes del cierre, es decir, 6,50 euros durante la semana y 7,50 el fin de semana, con un euro menos para desempleados, estudiantes y jubilados”, asegura Arturo Dueñas.
Después de un gran esfuerzo durante estos dos años y medio, con nuestro entrevistado al frente, no tuvo más remedio que, hace apenas un mes, subir el precio 50 céntimos por entrada. Ahora, la normal está en los 7 entre diario y a 8 los fines de semana, manteniendo el descuento para desempleados, estudiantes y jubilados.
“Ahora mismo estamos en números rojos tras un verano desolador. El cine es un negocio estacional. Hay seis meses buenos, los que van de octubre a marzo y otros seis malos, de ellos dos horribles. Si en verano no hay ninguna película, relativamente taquillera, las perdidas se acumulan”, informa.
Desde mediados de septiembre comienza la recuperación. Todo, con la perspectiva de que la situación sea mejor a finales de año con el fin de hacer hucha para volver a la travesía en el desierto veraniega.
Dueñas ensalza el cine español con películas actuales como El 47, con Eduard Fernández como protagonista o Soy Nevenka, La Virgen Roja o La Habitación de al lado.
Dinero y administraciones
En la actualidad, en los Cines Casablanca trabajan cuatro empleados. La jefa de cabina, antigua empleada, el taquillero, la encargada de limpieza y el director de comunicación, que seguirán luchando, junto a Arturo, para mantener los cines abiertos.
“De momento no me ha tocado poner dinero de mi bolsillo por dos razones. Por un lado, el banco me permite dejar al descubierto hasta una cierta cantidad, con sus intereses, claro. Por otro, hemos dilatado el pago de las deudas con las distribuidoras”, afirma nuestro protagonista.
En lo que no se puede descuidar Dueñas, como él mismo apunta, es en el pago de los alquileres, los salarios o los gastos de funcionamiento, Hacienda y cotizaciones a la Seguridad Social.
Cuando preguntamos a Arturo sobre lo que pediría a las administraciones, lo tiene claro. Lo primero es que “apoyen al sector” ya que “el beneficio cultural y económico llega a público, empresas y a la propia administración”.
“También pediría a las administraciones una colaboración en la organización de las actividades culturales”, añade.
Ve el futuro con optimismo
“Veo el futuro con optimismo. Siempre. Soy muy proactivo y tengo por costumbre convertir las dificultades en oportunidades. Para la nueva temporada tenemos preparadas muchas nuevas propuestas”, confiesa Dueñas.
Los Cines Casablanca servirán para las proyecciones del jurado de Seminci, recibirán visitas de profesionales para presentar sus películas, tendrán cine mudo con acompañamiento al piano, conciertos con proyecciones, presentaciones de libros y talleres de análisis fílmicos.
“Los Cines Casablanca podrán sobrevivir, sin duda, combinando diversos factores. La ligera subida de precio de entradas, la reducción de gastos, las buenas películas y la mejor temporada para el cine. Nuestros fieles espectadores no van a dejar morir los Cines Casablanca”, afirma nuestro entrevistado.
El principal objetivo que persigue este luchador pasa por “responder a las expectativas y no defraudar a nuestro público”. Todo con una oferta cultural “amplia y variada” y manteniendo el “mismo estilo de programación” con cine “independiente y de calidad”.
El deseo “el de atraer al público joven”. Sólo así se “tendrá un futuro asegurado”.