Las fiestas de los pueblos consiguen crear un sentimiento común. Un cúmulo de emociones que invaden a todos los que pertenecen a la localidad, pero también a los vecinos y turistas que se acercan a disfrutar.

Para muchos, son la fecha más importante del calendario. El momento perfecto para pasarlo en grande con los amigos de toda la vida y también con los familiares. Orquestas, comidas o toros se convierten en un gran atractivo cada año. 

Cierto es que los pueblos de Castilla y León tienen mucha trascendencia en lo que a fiestas se refiere. Y son muy conocidas ya que todo el mundo habla maravillas de ellas.

En esta ocasión, ha sido Tom Hopcroft, un inglés que está conociendo lugares de España, quien ha decidido adentrarse en las fiestas de Castronuño. Una localidad ubicada a 70 kilómetros de la capital.

Un vídeo muy divertido que se ha viralizado en redes sociales y donde se ha podido ver la esencia de estos días. "La hospitalidad de los pueblos es increíble y la gente es top", aseguraba. 

Y es que ha sido una aventura muy divertida y llena de generosidad por parte de los vecinos. 

Hopcroft, que se define como "guiri profesional", daba a conocer a los ciudadanos que hay "fiestas secretas en España que no se encuentran en grandes ciudades como Madrid o Barcelona". 

Tan secretas, añadía, que "solo se puede encontrar si eres local". Pero él, tuvo la "suerte" de tropezarse con una de estas fiestas. Su aventura comenzó caminando a través de cuatro campos de maíz durante cuatro horas.

Posteriormente, logró llegar a Castilla y León, y, concretamente, a esta localidad vallisoletana. A la que acceder no fue fácil, ya que tuvo que atravesar, incluso, una vía férrea.

"Todo el mundo lleva piñas al revés", expresaba con sorpresa. Y es que, justamente, estaba viendo el desfile de peñas con sus tradicionales disfraces. En un momento donde las piñas se habían convertido en el epicentro de las conversaciones por utilizarse como excusa para ligar en el Mercadona.

En ese momento, afirma, decidió que sus planes "tenían que cambiar" y quedarse "toda la noche". Aprovechó para hablar con algunos vecinos, sacó su hamaca y esperó al inicio de las fiestas.

Cogió más ropa de la mochila porque estaba previsto que la temperatura bajara "por lo menos seis grados" y se fue al bar más cercano. Allí conoció a algunas vecinas que le invitaron a comer.

"Vi los toros e incluso me dieron una cama", aseguraba con sorpresa. Para rematar con un: "Déjame decirte que no me decepcionaron. ¡Vivan los pueblos de España!".