Miles de personas acuden cada año a festivales multitudinarios de música que reúnen en una o varias jornadas a los grupos más pujantes del panorama musical nacional e internacional.
El último ha tenido lugar el 28 de septiembre en Valladolid, el Cosquin Rock, que congregó en el Pinar de Antequera a 10.000 personas y a artistas de la talla de Hombre G, Arde Bogotá, Steve Aoki y Gipsy Kings.
Los festivales se celebran habitualmente en espacios al aire libre que permiten un aforo mayor y una mayor comodidad en la prestación de los servicios de esparcimiento que llevan aparejados eventos de varias horas de duración.
Los imprescindibles baños públicos, zona de merchandaising y la imprescindible hostelería, con puestos de comida y bebida. Un negocio paralelo a la venta de entradas que suponen un plus de beneficio para la empresa organizadora del evento.
Sin embargo, las organizaciones de consumidores denuncian un abuso en las condiciones impuestas a la entrada del recinto: para empezar, no siempre queda claro a la hora de comprar la entrada cómo se podrán abonar estos servicios adicionales.
Servicios complementarios que, debido a la duración del festival y a las condiciones de acceso impuestas por la organización, no son una opción sino una necesidad fisiológica, y más si se asiste con menores, algo tan básico como acceso a agua y algo de comida.
En el caso del Cosquin Rock Valladolid, en las condiciones de la entrada queda reflejado expresamente que está prohibido introducir comida y/o bebida en el recinto salvo exenciones médicas, pero no se menciona que sólo podrán ser abonadas por el método de pago impuesto por la organización.
Pulsera cashless sí o sí
Se trata de la denominada pulsera cashless (sin efectivo), una cinta de tela con un código bidi que entregan y ponen en la muñeca de cada asistente a la entrada, y que el propio usuario tiene que proveer de fondos si quiere comer o beber en el festival.
Una imposición los asistentes se encuentran de facto al registrar su entrada sin otra opción alternativa. No podrán pagar en efectivo o con tarjeta de crédito, solo con la pulserita, con cargo a la tarjeta de crédito desde el móvil o con los cajeros convenientemente dispuestos en el mismo festival.
Es difícil calcular cuánto gastaremos en el festival, por lo que la mayor parte de los asistentes prefieren aportar un fondo suficiente para no quedarse corto y tener que volver a recargar la pulsera. Así que casi siempre sobra saldo en la pulsera. Además, en ningún momento la organización advierte de que se cobrará la totalidad de este importe, y no solo el consumido.
Pues bien, el problema comienza al acabar el evento. A pesar de los avanzados sistemas de pago de los que dispone cualquier comercio en la actualidad, como por ejemplo las gasolineras autoservicio, que permiten asegurar el pago de un depósito lleno aun antes de conocer el importe final del suministro y solo cobra lo realmente consumido, en el caso de las pulseras cashless del Cosquin Rock el cargo en cuenta llega a los tres días del festival, y por el importe total cargado (que no el consumido).
Plazo ridículamente corto
El saldo sobrante no es devuelto ‘de oficio’ por el festival, a pesar de que como en el caso de las gasolineras es técnicamente posible, al haber concluido ya los conciertos y saber exactamente lo que hemos gastado. Como además sería lo deseable.
Al contrario, recae sobre el usuario la responsabilidad de tener que reclamarlo por un sistema mucho más complejo que el que utilizó para cargar la pulsera, con un simple click en su móvil. Además, con un plazo ridículamente corto, que hace más que probable que no consigas que te devuelvan el dinero.
“¡No tires tu pulsera, necesitarás el código que encontrarás en el reverso del chip para solicitar el reembolso de tu saldo no gastado! Puedes recuperar el dinero que ha quedado en tu pulsera después del evento sin gastos y sin límite de saldo mínimo. Dispondrás de 7 días naturales (desde el 30 de septiembre a las 00:00 hasta el 6 de octubre a las 23:59 horas) para hacer la solicitud de reembolso”, explica Cosquin Rock en su web.
Es decir, un periodo de tiempo tan corto que contraviene la legislación vigente, y que las organizaciones de consumidores han denunciado en los tribunales en otros casos, tras las quejas recibidas por parte de miles de usuarios.
En el caso de Cosquin Rock de Valladolid las instrucciones obligan al usuario a conectarse a su cuenta Cashless -sin especificar página web o sitio de referencia-, “y asegúrate de que tu saldo aparece en la interfaz. Después, podrás solicitar el reembolso, previa introducción de tu tarjeta bancaria. El saldo restante se reintegrará en esta tarjeta”. Y añade la empresa organizadora: “Si no aparece tu saldo, comprueba que tu tarjeta/pulsera NFC está vinculada a tu cuenta Cashless: el código de 6 letras de tu tarjeta/pulsera NFC ha de aparecer junto a tu dirección de correo electrónico”.
Pero aún hay más, explica que “si no has creado una cuenta Cashless online, puedes hacerlo introduciendo el código de 6 letras de tu tarjeta/pulsera NFC. Aviso importante: no introduzcas el código de barras de tu entrada para crear la cuenta, ya que no estará vinculado a la tarjeta/pulsera NFC que has utilizado durante el evento”. En este caso, tampoco especifica dónde hay que introducir ese código, ni página web, ni app, ni mail…
“Jamás nos lo devolvieron”
Tan solo una fugaz publicación en Instagram el 30 de septiembre anunciando que ya se puede solicitar el reembolso sobrante, solo hasta el domingo, 6 de octubre. Los primeros comentarios dan buena muestra de la absoluta falta de información.
“¿Dónde?”, “¿Cómo lo hacemos?”, “En el link no hay acceso para avanzar con la devolución”, o “Ni se gasten… a toda la gente que conozco que fuimos en febrero 2023 a Córdoba… hicimos todo el trámite y jamás nos la devolvieron”, protestan algunos internautas.
“Yo no veo la manera de hacerlo... No me hice cuenta cashless y en la página web que ponéis no encuentro donde solicitarlo, se puede solicitar sólo con el código de la pulsera?”, son solo algunas de las quejas de los usuarios desconcertados por la opacidad y falta de información sobre el proceso.
Concluido el plazo establecido de apenas unos días, la organización no admite duda ante las reclamaciones posteriores por correo electrónico.
“Hola, el periodo de solicitud de reembolso ha finalizado. Si necesitas ponerte en contacto con nosotros, puedes hacerlo en ticketing@planetasonoro.es. Muchas gracias. Un saludo”, es el somero mensaje devuelto tras la reclamación.
Ni dinero, ni solución. La pregunta es, ¿quién se queda con ese dinero y con qué argumento legal?
Lo que dice la Ley
No es el primer festival que impone condiciones abusivas a sus clientes. El Resurrection Fest se abstuvo de cobrar por la devolución del dinero no consumido en la 'cashless', tras denuncia de Facua Galicia por cláusulas abusivas.
La asociación señalaba que las diferentes cláusulas que impone la promotora del festival a sus asistentes podrían considerarse abusivas, en virtud del artículo 82.1 del Real Decreto Legislativo 1/2007, de 16 de noviembre, por el que se aprueba el texto refundido de la Ley General para la Defensa de los Consumidores y Usuarios y otras leyes complementarias.
El texto es claro: "Se considerarán cláusulas abusivas todas aquellas estipulaciones no negociadas individualmente y todas aquéllas prácticas no consentidas expresamente que, en contra de las exigencias de la buena fe causen, en perjuicio del consumidor y usuario, un desequilibrio importante de los derechos y obligaciones de las partes que se deriven del contrato”.
Resulta obvio, indicaba FACUA, que se trataría de una práctica no consentida expresamente, que atenta a la buena fe, el imponer un plazo de recuperación del dinero no utilizado excesivamente breve en perjuicio del consumidor, y que supone un flagrante desequilibrio contractual, toda vez que si el consumidor no actúa en el indicado plazo el empresario obtendría un enriquecimiento injusto al apropiarse de una cantidad íntegra de un servicio que finalmente no se presta.
En este sentido, el apartado segundo del artículo 1.964 del Código Civil, establece un plazo de cinco años para aquellas acciones que deriven de una relación contractual. Teniendo en cuenta ello, cualquier plazo impuesto por la mercantil ha de compararse con el plazo legal de 60 meses (cinco años).
En Castilla y León, Facua denuncia también a Sonorama Producciones SL, promotora del Sonorama Ribera 2023, por imponer la pulsera cashless como único método de pago y quedarse con parte del dinero al hacer el reembolso de las cantidades no consumidas.
La denuncia se ha presentado ante la Dirección General de Comercio y Consumo de Castilla y León, teniendo en cuenta que dicho evento tuvo lugar del 9 a 13 de agosto en el municipio burgalés de Aranda del Duero.
La asociación ya ha denunciado en más ocasiones a la promotora del Sonorama Ribera por prohibir a los asistentes la entrada con comida y bebida de fuera.
“La opción del efectivo, por ley”
Pablo Genovés, del departamento jurídico de Facua, señala en conversación con El Español – Noticias de Castilla y León las irregularidades que la organización denuncia en la celebración de festivales.
"Nosotros planteamos siempre dos cosas: denunciamos tener que consumir a partir de cashless, deben dar la posibilidad de pagar en efectivo por ley; y por otro lado, el tema del reembolso. Hay veces que piden poco dinero y hay pocos días para reclamarlo, otras veces las comisiones son muy altas o, también cuando coges una oferta te dicen que al no haberse consumido no te devuelven el dinero porque 'es lo que te regalaban con la oferta'. En cualquier situación consideramos que no procede". Facua ha recibido, además, reclamaciones sobre las pulseras de usuarios de Castilla y León en festivales como Viñarock.
Además, el experto de Facua señala que ya han denunciado a otros festivales en Castilla y León, como Conexión Valladolid, Sonorama o uno en Simancas... por otras razones distintas a las pulseras: "Que no dejen meter comida, o si eres intolerante te pidan enseñar tus papeles médicos para que sí la puedas meter, tampoco procede, es meterse en su privacidad".
Respecto al Cosquin Rock ha señalado, además, la desigualdad de precios que ha sido muy criticada y espera que surjan reclamaciones porque en los últimos días el festival rebajó mucho el precio de las entradas, lo que ha generado las protestas de quienes adquirieron las entradas con mayor antelación a un precio superior.