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La ciudad de Granada, en la comunidad autónoma de Andalucía, se encuentra a 631 kilómetros de Valladolid pero a ambas urbes, dos de las más monumentales e históricas de la geografía nacional, les unen más lazos de lo que se pueda imaginar.

La alcaldesa de la capital granadina desde las elecciones municipales del 28 de mayo de 2023, Marifrán Carazo, del Partido Popular, nació en Valladolid el 11 de octubre de 1977 y vivió su infancia y adolescencia en la ciudad del Pisuerga, trasladándose a Granada en 1995, con 18 años, para cursar la carrera de Óptica y Optometría.

Esta granadina de adopción es la mayor de tres hermanos y su interés por la política se despertó a su llegada a la ciudad nazarí desde Valladolid, que coincidió con el histórico triunfo del Partido Popular de José María Aznar en 1996.

Política, familia y deporte

Al calor de ese momento de éxito para el centroderecha español, después de 14 largos años de Gobierno del socialista Felipe González, decidió afiliarse al PP y, conducida por esa nueva pasión por la actividad pública, se licenció en Ciencias Políticas y Sociología por la Universidad de Granada.

Carazo se casó con su compañero de facultad Jota Carmona y tienen dos hijos: Cecilia, de 14 años, y Gonzalo, de 11. La alcaldesa granadina es una mujer volcada en su familia y una de sus mayores aficiones es pasear y tomar unas tapas con su marido e hijos por el Albaicín, barrio del que se encuentra profundamenta enamorada.

También es una gran aficionada al deporte y sale a correr una hora dos veces por semana por la capital granadina. Además, cuando tiene tiempo, juega al pádel.

Apasionada de la música indie, entre sus grupos favoritos se encuentran Los Planetas, que este año celebran el 30 aniversario de su exitoso álbum 'Super 8', Vetusta Morla, Lori Meyers y Supersubmarina.

Un camino paralelo

Carazo accedió al cargo a la vez que el actual regidor de la capital vallisoletana, el también popular Jesús Julio Carnero, y en ambos casos desbancaron en los comicios municipales de mayo de 2023 a alcaldes socialistas que llevaban varios años al frente de sus respectivos consistorios.

En el caso de Carnero, logró arrebatar el bastón de mando al actual ministro de Transportes y Movilidad Sostenible, Óscar Puente, que llevaba en el cargo desde 2015, y Carazo desbancó a Francisco Cuenca, del PSOE, que gobernaba en la ciudad desde 2016, salvo un periodo entre 2019 y 2021 con Ciudadanos al frente. 

La relación entre Carazo y Carnero es muy fluida y la alcaldesa granada realizó una visita institucional a la ciudad con motivo de otro vínculo más entre ambos: el relevo en la celebración de la gala de los Premios Goya, que este año 2024 ha tenido lugar en Valladolid y que en 2025 se celebrará en Granada. 

Un encuentro en el que la regidora granadina visitó con el alcalde vallisoletano las características y necesidades del montaje de la gala, con todos los detalles organizativos, para tomar la celebración en la ciudad como referente para la edición de este año. "Ya con la mente puesta en los Goya de 2025", escribió en la red social X. 

Ambos alcaldes recuperaron sus respectivas capitales para el PP después de dos legislaturas sin gobernar, pero sus caminos paralelos no quedan ahí, ya que durante su año y medio de gobierno, Carnero y Carazo han tenido un mismo caballo de batalla político: el soterramiento de las vías del tren.

Integración en Granada

Ambos regidores acudieron a las urnas el 28 de mayo de 2023 planteando como una de sus principales medidas estrella proyectos de soterramiento de las vías del tren en sus ciudades y se han pronunciado frecuentemente en favor de estas iniciativas durante los últimos meses. Pero a comienzos de septiembre, algo cambió en Granada.

Mientras que Carnero seguía insistiendo en la viabilidad del soterramiento y rechazando la integración ferroviaria que imponía Puente a la ciudad del Pisuerga, Carazo terminó cediendo y aceptando la propuesta del Ministerio de Transportes para su ciudad, que firmó con el ministro el pasado 11 de octubre.

Durante la firma del acuerdo con Puente, la alcaldesa, ferviente defensora del soterramiento hasta hace unos meses, hizo referencia a la idoneidad de apostar por la integración, "con un proyecto de estación moderna, con los servicios propios de una infraestructura de última generación".

Carazo aseguró que el proyecto acordado con Puente definía "muy bien" la "conexión con Camino de Ronda y su enlace con la Chana, cubrición en La Rosaleda y sin olvidar el apeadero en la Bobadillla, todo ello de la mano de la Universidad de Granada" e hizo hincapié en la importancia de "agilizar" la integración del ferrocarril.

Un proyecto que fue consensuado con todos los agentes de la ciudad y que recabó una completa unidad en el Ayuntamiento granadino que, hasta ahora, es inexistente en el caso de Valladolid.

Puente, por su parte, agradeció la "buena disposición" de todas las administraciones y "la rapidez y lealtad" con la que se había conformado la Mesa Técnica, que fue acordada a finales de septiembre después de una reunión con Carazo en Madrid.

Aún falta por concretar la financiación en un nuevo convenio a tres bandas, que, como estimaba Puente, se firmará en un plazo máximo de dos años. La intención es que en 2025 estén licitados y ya en redacción todos los proyectos de la integración ferroviaria granadina.

Un acuerdo que celebraba Óscar Puente y una situación que es muy distinta a la que se vive en Valladolid.

Distancia en Valladolid

En el caso de Valladolid, en cambio, la distancia entre las posiciones de Puente y de Carnero se sigue acrecentando más cada día que pasa.

El pasado 10 de octubre, el ministro de Transportes dio al Consistorio vallisoletano un mes de plazo para continuar con la integración ferroviaria y advirtió de que, si no lo hacía, procedería a disolver la Sociedad Valladolid Alta Velocidad.

Un mes para cumplir con la integración sellada en el Convenio del año 2017 o carpetazo a las obras y al soterramiento. Ese era el ultimátum que Puente lanzaba en la comisión de seguimiento de la integración a la que el alcalde, Jesús Julio Carnero, no acudía.

El concejal de Urbanismo y Vivienda, José Ignacio Zarandona, expresaba su sorpresa tras esta reunión y pedía a Puente "dejar de lado las amenazas" al poner sobre la mesa el requerimiento para que la Sociedad Valladolid Alta Velocidad se disuelva por incumplimiento, como apuntaba el ministro.

Ante esta acusación de incumplimiento, el concejal afirmaba que el Ayuntamiento de Valladolid "está cumpliendo con todos los compromisos" y pedía "diálogo" para volver a abordar la cuestión del soterramiento. La situación continúa estancada y la integración en la capital vallisoletana se encuentra en jaque.

Los caminos de Granada y Valladolid, paralelos en muchos sentidos en el último año y medio, se han alejado tras la aceptación por parte de la vallisoletana Carazo de una integración que Carnero no quiere, ya que el regidor sigue insistiendo en su firme apuesta por lograr un soterramiento que acabe con la división de la ciudad.

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