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Seis años y dos meses de prisión. Esa es la pena que la Audiencia Provincial de Valladolid ha impuesto al okupa marroquí que trató de asesinar a otro con varios martillazos en la cabeza tras una discusión en el edificio en ruinas donde vivían en la zona de San Isidro.

En total, se le imputan tres delitos. El más grave, el de asesinato en grado de tentativa, por el que el juez le impone cinco años de cárcel. Otro año por un delito de amenazas y dos meses por el delito leve de maltrato sin lesión.

Todo se remonta al mes de marzo de este año. El acusado convivía en un edificio en ruinas de la zona de San Isidro junto a otras tres personas. La noche del día 8 al 9 protagonizó una discusión con uno de los convivientes, a quien cogió del cuello.

Posteriormente, unas horas después trató de incendiar la habitación donde dormían dos de los okupas. El 10 de marzo, en una nueva discusión, el acusado cogió un martillo de uña de unos 30 centímetros de largo y de forma sorpresiva comenzó a golpear la cabeza de uno de sus compatriotas.

Agredió hasta en cuatro ocasiones al grito de "te mato, te mato", hasta que otro de los testigos logró quitar el martillo al acusado, según se relata en los hechos probados reflejados en la sentencia a la que ha tenido acceso este periódico.

Por estos hechos, el Ministerio Fiscal solicitaba la pena de nueve años de prisión para el acusado, que finalmente ha sido condenado a la pena anteriormente mencionada.

La Sala, por su parte, señala en el escrito que "no se considera que actuara con ánimo de lesionar" a la principal víctima, "sino que resulta acreditado de forma indubitada que llevó a cabo esta acción con la intención clara y manifiesta de acabar con su vida".

Además de las penas de prisión, deberá indemnizar a la principal víctima con 4.605 euros en concepto de lesiones y secuelas.

Contra la sentencia, que no es firme, todavía puede presentarse recurso de apelación ante la Sala de lo Civil y Penal del Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León.