Mañana, 1 de noviembre, se celebra el Día de Todos Los Santos. Esta noche del 31 de octubre es Halloween y son muchos los pequeños que irán, de casa en casa, en busca de un buen dulce para cumplir con la tradición.
Desde la Pastelería Vitín se esfuerzan ya para elaborar sus delicias. Buñuelos y huesos de santo, principalmente, que hagan las delicias de todos los que disfrutan del placer de un buen dulce.
Charlamos con Rafael Mesonero, una de las cabezas pensantes del negocio familiar para ver cómo lleva un periodo del año que es duro para él y su equipo.
Un pastelero feliz
“Me defino como una persona trabajadora, familiar, amable, y muy alegre. Soy un luchador y siempre tengo muchas ganas de innovar y de aportar esas nuevas ideas para que los demás disfruten de ellas”, asegura, en declaraciones a EL ESPAÑOL de Castilla y León, Rafael Mesonero Martín.
Él es uno de los pilares de la Pastelería Vitín. Nació en Valladolid, tiene 51 años y suma 31 en el mundo de la repostería. Amante del cine, de los viajes, de la música y el fútbol disfruta, y mucho, con su trabajo.
“Mis comienzos fueron cuando yo tenía sólo 5 años. Ayudaba en el negocio familiar. Cuando volví de la mili, ya hace 31 años, empecé en serio”, confiesa el que también es el presidente de la Asociación de Confiteros de Valladolid.
La Pastelería Vitín es abierta hace 51 años, por el padre de nuestro entrevistado, en 1973, junto a otro socio. Ahora, se ubica en el Paseo Hospital Militar Número 34. Antes, estaban en el Paseo Zorrilla Número 50, en un local más pequeño.
Unas delicias para chuparse los dedos
“El local en el que trabajamos ahora tiene 300 metros cuadrados. Somos un total de cuatro personas y este es un negocio familiar del que estamos muy orgullosos y esperamos que tenga vida muchos años más”, añade Rafa.
Añade que compatibilizar su trabajo en Vitín con la responsabilidad que conlleva el hecho de ser el presidente de los Confiteros en Valladolid lo puede compatibilizar gracias a “su hermano en la pastelería” y a “Virginia en la asociación” que es su mano derecha.
En la Pastelería Vitín se puede disfrutar de todo tipo de dulces. Bollería, pasteles, tartas, pastas de té de todo tipo, tanto dulce como salado y productos “de campaña” como pueden ser los mazapanes, los empiñonados, los turrones artesanos, los canapés o huevos hilados.
“La Navidad, para nosotros, finaliza con los roscones. En Carnaval hacemos hojuelas, pestiños y torrijas y en Semana Santa el Pastel del Penitente y la Corona de San Pedro Regalado, el patrón de la ciudad”, añade nuestro entrevistado.
El 23 de abril, en el lugar brilla el Dulce Libro y, durante las Ferias y Fiestas de la Virgen de San Lorenzo el pastel de la patrona. En general una amplia gama de productos que se completa con los huesos de santo y los buñuelos de nata y crema por la festividad de Todos los Santos.
Huesos de santo y buñuelos
“Como todos los años desde 51, haremos buñuelos y huesos de santo. Es difícil calcular los que elaboramos. Por litros de petisú podemos llegar a los 30 y de huesos, más o menos, usamos unos 50 kilos de mazapán”, asegura nuestro entrevistado.
El Día del Pilar comienzan con la elaboración de los buñuelos y así hasta el día 10 de noviembre. Los huesos de santo ya han comenzado a venderlos desde el día 20 de octubre y hasta fin de existencias, que suele ser ese 1 de noviembre.
“Hacemos buñuelos de nata y de crema. Los huesos, de yema, almendra, avellana y trufa negra, también de chocolate con leche y de pistacho”, asegura Mesonero convencido. Variedad de sabores hay para el cliente, y mucha.
Son días buenos porque son muchas las personas que “nunca fallan a las tradiciones y que siguen manteniendo”. Sobre el futuro, nuestro entrevistado apuesta por “vivir el día a día”.
Seguro que a la Pastelería Vitín le queda mucha vida por delante.