Era este viernes, por la tarde, cuando los Bomberos de la Diputación de Valladolid viajaban hasta Valencia para formar parte del operativo de los Bomberos del Consorcio de Valencia a dos de las zonas más devastadas por la violenta DANA como son Aldaia y Chiva.
En Aldaia han achicado agua de los garajes y en Chiva, la Guardia Civil les encomendaba la labor del rastreo del cauce de un río mientras la UME rastreaba, aguas abajo, ellos lo hacían aguas arriba.
También se les encomendaban labores de búsqueda de cuerpos en el cauce del río donde se encontraban los vehículos que fueron arrastrados por la riada, como informaban fuentes de la Diputación de Valladolid.
Ese viernes, 1 de noviembre, desde Arroyo de la Encomienda, partían Saúl Peña, Eduardo Martín, José Manuel Masero, Jesús Ordax, Guillermo Sánchez, Marcos Sáiz, Jose Borge, Ángel González y Aurelio Doncel.
Nueve personas que en tres días han desarrollado un trabajo encomiable de ayuda a la población valenciana en esos dos puntos clave de la devastación como son Aldaia y Chiva. EL ESPAÑOL de Castilla y León ha hablado con ellos en su vuelta a la provincia de Valladolid tras completarse el relevo.
“Salimos el viernes desde Arroyo de la Encomienda y llegamos al amanecer a Aldaia. A nuestra llegada vimos los accesos a la localidad y estaba todo arrasado. Una vez allí te das cuenta del nivel de devastación que existe en el lugar”, asegura Eduardo Martín en declaraciones a este periódico. Él suma 15 años en el cuerpo y está en el parque de Medina de Rioseco.
Desde primera hora de la mañana se pusieron a disposición de los Bomberos de la Generalitat. Comenzaron a achicar agua con material pesado en garajes inundados.
“Había mucho desaparecido y nos pusimos en manos de los vecinos. Lo primero que les preguntamos es si echaban de menos a alguien para ver si dábamos más celeridad a ese achique de agua. Nos dijeron que estaban todos y el trabajo se hace más llevadero, entre comillas”, añade Eduardo.
Allí se queda una parte del equipo mientras que otro se va a “rastrear el Barranco del Poyo” donde “el paisaje era desolador”, asegura Saúl Peña, de 43 años, y que suma 18 como bombero en la Diputación de Valladolid.
En el Barranco del Poyo "había unos 60-80 coches empotrados en los pilares de la autovía" y "cientos más semienterrados donde en alguno solo se veía un poco el techo", añade Saúl.
Explica que había otros "enterrados a tres metros" que se encontraban "río arriba, en una curva" que "fueron localizados por los GPS de los vehículos que marcaban su última posición".
"Se realizaron revisiónes de los márgenes del río y del interior de los coches, porque llevábamos herramientas de excarcelación para abrirlos, y cuando realizábamos achiques de garajes con sospecha de presencia de alguna persona, en cuanto bajaba el nivel del agua, entrábamos a revisar", añade.
El parking de Bonaire
“Nos integraron en el puesto de mando avanzado del Consorcio de Valencia y nos ponemos a trabajar de forma conjunta en diferentes ubicaciones bomberos de Diputación de Valladolid y del Consorcio de Valencia. Estamos en Chiva y vamos a diferentes ubicaciones”, añade Saúl.
Se encontraron a vecinos “muy agradecidos” pero “preocupados” por las personas desaparecidas.
"El domingo establecemos el plan de actuación junto los mandos de la UME para actuar en el Centro Comercial Bonaire. Ellos nos coordinaban pero establecimos el plan a seguir", señala Eduardo.
Un lugar, ese parking del Centro Comercial de Bonaire en el que se ha especulado desde el principio con que pudiera haber muchos fallecidos, por suerte no fue tal.
“Por la mañana hicimos labores de inspección de ascensores y por la tarde actuamos en el parking del centro comercial para hacer el rastreo ordinario de todo el parking ubicado en Aldaia”, añade Saúl. Un parking con 1.800 plazas de garaje y 66.000 metros cuadrados.
Entraron con la UME, les asignaron un sector y allí se efectúa el rastreo. A medida que se realiza este trabajo se añadieron nuevos equipos a esas labores de búsqueda.
Una experiencia que nunca olvidarán
“El lunes nos centramos en las labores de achique y limpiezas de garajes y lodos con los vecinos del lugar antes de volver a casa”, asegura Saúl.
Saúl añade que “tenemos el mejor trabajo del mundo, pero no es el más fácil” añadiendo que “el problema lo tienen los vecinos” porque ellos están “tres días, trabajan y se vuelven”.
“Te das cuenta de donde estás, de lo que haces, y del dolor que percibes a tu alrededor. Estamos para ayudar y es muy gratificante cuando se acerca una persona y nos preguntaba de donde éramos. Es reconfortante ver como los vecinos nos lo agradecían”, añade.
Este lunes, 5 de noviembre a las 14.00 horas, salía, desde Peñafiel, el equipo de relevo de 12 bomberos en el que se enviaba más material para la incorporación a los efectivos que están allí. Se añadían también bienes materiales como bomba de lodos, bomba eléctrica, generador trifásico, trajes víricos y mascarillas fpp3.