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El Pucela parece no encontrar la clave. Ni siquiera la revolución de Pezzolano en el planteamiento habitual es suficiente para que el conjunto blanquivioleta sume de tres en tres. 

Un partido que ha logrado dejar helados a los espectadores en Zorrilla. Y no precisamente por la bajada de temperaturas, que también, sino porque han presenciado cómo se les escapaba el partido en poco más de diez minutos.

Un último suspiro de los leones ha derrumbado lo que tanto ha costado conseguir. Una última jugada, en el minuto 93, que costaba dos puntos y empañaba un partido que podía haber sido una importante victoria para el Real Valladolid. 

El duelo ante el conjunto vasco, que llegaba en sexta posición, fue de menos a más. La primera ocasión llegó para los blanquivioletas en una acción que acabó con centro de Moro y remate de Lucas Rosa. 

El Real Valladolid parecía que iba encontrándose en el campo, pero no era suficiente para plantar cara al Athletic. En el minuto 39, el colegiado sacaba una roja directa a Prados que, finalmente, quedó en amarilla tras la revisión del VAR.

El segundo tiempo no era muy distinto. Los minutos pasaban y ninguno de los equipos lograba generar peligro. Sin embargo, había que esperar al minuto 79 para que llegara la alegría en forma de gol. 

Un centro latera que Marcos André lucho en el área tuvo la continuidad en las botas de Iván Sánchez, que la puso de nuevo a Raúl Moro para que este pusiera en pie a Zorrilla.

Los aficionados estaban volcados y no dejaban de animar. En ventaja, y todo haciendo indicar a que los tres puntos se quedaban en casa, los leones sacaron las garras y se hicieron notar.

En el minuto 93, Guruzeta encontró el espacio y el empate sentenció el encuentro. Un punto agridulce que no es suficiente para los pucelanos que siguen durmiendo, una jornada más, en puestos de descenso.

El Real Valladolid, tras trece jornadas, suma nueve puntos y se encuentra, provisionalmente, a uno por debajo de la salvación.