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El pasado mes de enero de este año 2024, los vecinos de la zona ubicada junto al parque de Las Norias, y del barrio de La Rubia, Cuatro de Marzo y el entorno de la Plaza de Toros, y también los del sur de Delicias, Ciudad de la Comunicación y Polígono de Argales, denunciaban el olor que provenía de la fábrica de Findus.

Este martes, 19 de noviembre, los vecinos de las casas situadas en los alrededores de la factoría, han vuelto a denunciar “los olores desagradables” que “en ocasiones se hacen insoportables” y que “dificultan la vida normal en sus casas”, en un escrito remitido a EL ESPAÑOL de Castilla y León.

“Tras producirse cambios sustanciales en la Autorización Ambiental a comienzos de este año, contactamos con la Delegación Territorial en Valladolid de la Consejería de Medio Ambiente para el estricto cumplimiento de las nuevas condiciones con el fin de acaba, de una vez, con dichos olores”, apuntan.

Apuntan que “el cumplimiento, con algunos fallos, de una pequeña parte de dichas condiciones sirvió para una mejora temporal de la desagradable situación”, pero añaden que “en las últimas semanas han vuelto los olores difíciles de soportar”.

Añaden que “se han mantenido otros del camino de La Esperanza que, aparentemente se asocian a la propia red de alcantarillado”.

“Queremos denunciar esta situación y recordar que la titular del establecimiento tiene pendiente la adopción de todas las medidas de corrección necesarias para evitar la afección a las personas y al medio ambiente de los elementos indeseados, como recogen las normas vigentes”, afirman los vecinos.

Además, han informado de que van a pedir una reunión al Ayuntamiento de Valladolid para que, junto a los responsables de Aquavall, “procedan a una revisión exhaustiva de todas las conducciones que afectan a la zona para conocer su situación y establecer, si es necesario, los programas para la mejora total de las misma”.

Afirman que “se continuarán los contactos con la Delegación Territorial de Medio Ambiente de la Junta” hasta “lograr de la empresa el establecimiento de todas las medidas previstas en la autorización ambiental”.

También “la eliminación de los malos olores que impiden una calidad de vida razonable a los vecinos colindantes”. “Los plazos razonales se acaban y no hay solución definitiva al problema”.

Además, no descartan movilizaciones vecinales hasta lograr la desaparición de “estas incomodidades que afectan gravemente” a su vida.