Laguna de Duero se ubica en la provincia de Valladolid. Es uno de los municipios más importantes de la provincia y cuenta con una población de 22.672 habitantes, según los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE).
Cuenta con una situación privilegiada y está a solo siete kilómetros de la capital. Rodeado de bosques de pinos y bañado por el río Duero. Se cuenta que, en tiempos lejanos, este emplazamiento propició la abundancia de fuentes y manantiales que en la actualidad están desaparecidos o en desuso.
También es un lugar perfecto para montar un negocio como hizo Javier Cortijo, que es el dueño, junto a su mujer Sara Gamazo, del Restaurante La Mimosa que se ubica en la calle Calderón de la Barca, 3, en la esquina con la Plaza de los Lavanderos.
Un hombre que lleva 32 años en el mundo de la hostelería y que ha decidido abrir otro establecimiento hostelero a finales de octubre, concretamente el día 24 del pasado mes.
En este caso se trata de La Descarada, ubicado en la calle Caballeros, número 36 de la localidad pucelana. Un nuevo establecimiento hostelero que ha revolucionado el lugar a base de “dar la brasa”, nunca mejor dicho.
“En nuestra oferta damos desayunos. A la comida ofrecemos carnes y también pescados a la brasa. En las cenas ofrecemos un picoteo a base de raciones y tapas y algún corte de carne”, asegura Javier en declaraciones a EL ESPAÑOL de Castilla y León.
Una oferta gastronómica, por tanto, que cuenta con un gran protagonismo de la brasa. De hecho, tienen un horno de brasas. Por ahí pasan el 90% de los platos de la carta. Todo con un producto de calidad para dar el mejor servicio a sus comensales y que estos queden contentos.
Una brasería que cuenta con dos zonas. Una de comedor, y una barra que cuenta con mesas, un total de nueve. La barra también dispone de dos mesas altas. La decoración es la de un ambiente moderno y acogedor que cuenta con cuadros que pintó Anabel.
Todas las tapicerías las ha realizado César Giménez de Medina del Campo y trabajan en el lugar un total de seis personas.
“Nos asentamos en Laguna de Duero viendo que es un municipio grande y que tiene necesidad de este tipo de negocios. Estamos muy contentos, ya con nuestro segundo negocio en la localidad”, afirma el propietario del negocio.
Apunta que “la respuesta por parte de los clientes ha sido muy buena”, aunque añade que “lo más complicado ha sido encontrar personal”. Esto ha provocado que “se hayan adaptado a cambios en los horarios, descansos y fines de semana”.
“El objetivo y el deseo que perseguimos, mirando al futuro y al año que viene, pasan por seguir creciendo con algún otro proyecto que tenemos en mente”, confiesa.
De momento, La Mimosa, y La Descarada triunfan en el lugar.