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Era el pasado 25 de junio cuando Valladolid temblaba. Lo hacía al ver como la cúpula de la iglesia de la Vera Cruz de Valladolid se hundía. Por suerte, sin dejar heridos, pero sí un susto tremendo y un dolor emocional grande en la ciudad del Pisuerga.

Fernando de Bonrostro Palacios, arquitecto desde hace unos 30 años, llevaba las obras que se estaban realizando en el lugar. Ahora se ocupa, como director de obra, de coordinar el resurgir del templo.

Como él mismo dice “la dirección facultativa es parte de los agentes de una obra en la que también participan la promotora (en este caso la cofradía) y la constructora (Fernando Rivero e hijos)”

EL ESPAÑOL de Castilla y León charla con él para hablar sobre el derrumbe y también sobre cómo va el proceso de construcción de la nueva cúpula.

P.- La iglesia de la Vera Cruz es un icono para Valladolid. ¿Cómo la calificaría usted?

R.- Es una iglesia que está en el centro de Valladolid y que, además, es el centro de la Semana Santa. Es la cofradía penitencial más antigua de la ciudad y una de las tres que cuentan con iglesia propia. La primera procesión de estos días señalados, la de La Borriquilla, sale de allí, tiene un valor especial.

P.- Destacar también la importancia de sus tallas.

R.- Las tallas que hay ahí, de Gregorio Fernández, no solo son de la cofradía, sino que hay alguna que, exclusivamente, tiene una talla que pertenece a esa iglesia y a dicha cofradía. Tiene una importancia emocional muy grande.

P.- ¿Y desde el punto de vista arquitectónico?

R.- Desde el punto de vista arquitectónico, hubo un tiempo en que no se valoraba la calle Platería, y menos la iglesia (estuvo a punto de ser derribada). La iglesia remata la calle a la perfección, como un fondo escenográfico. Especialmente, con la cúpula que ha colapsado. 

P.- ¿Cuándo se empieza a construir?

R.- Comienza a ejecutarse a finales del siglo XVI, y se va reformando y ampliando. La cúpula es de finales del siglo XVII. Es decir, el origen es de época de Felipe II, y la cúpula, ya con Carlos II. Desde el segundo hasta el último de los Austrias.

Iglesia de la Vera Cruz

P.- ¿Cómo vivió el día de la caída de la cúpula?

R.- Yo era también el arquitecto director. El día anterior veíamos la gravedad de la situación y multiplicamos las medidas de seguridad. Al día siguiente, estando fuera de la ciudad, nos llamó la constructora para contarnos lo ocurrido.

P.- ¿Qué le transmitieron en ese primer momento?

R.- Que se había caído la cúpula y que no había ningún herido. Volvimos (iba con el arquitecto técnico) rápidamente. La conmoción era grande, siempre con la tranquilidad de saber que no había heridos. Tenía la preocupación de que no hubiera pasado nada con las tallas y después tocaba explicar lo sucedido.

P.- Se encontró una situación complicada.

R.- Lógicamente, aunque también controlada. No es que la cúpula se cayera. Lo que pasaba es que la madera que soportaba la linterna estaba en muy malas condiciones, y se apoyaba en la cúpula, que no estaba diseñada para soportar ese peso.

P.- ¿Qué cayó entonces realmente?

R.- En realidad, lo que se cayó fue la linterna. La cúpula rompió donde podía romper y gracias, a que todas las maderas estaban en mal estado, rompieron por el mismo sitio. Si no, de haberse volcado hacia un lado u otro, podía haberlo hecho hacia los edificios de alrededor o hacia la calle.

P.- Podía haber sido una gran tragedia.

R.- Así es. Y más si hubiera sucedido con el templo abierto.

P.- ¿Cómo ha vivido la polémica, la investigación de la Fiscalía, y las críticas tras el derrumbe?

R.- Por desgracia, el ruido mediático es el que es. En obra no se ha hecho nada mal.

P.- ¿Cómo va la cúpula nueva?

R.- Se va cumpliendo el horario previsto. Se están utilizando los mismos materiales, con leves variaciones. La cúpula se está realizando a la manera tradicional. La parte de ladrillo puede estar terminada esta semana.

Obras en la iglesia de la Vera Cruz

P.- ¿Qué dimensiones va a tener?

R.- Va a contar con las mismas que tenía. Lo que sí que va a ocurrir es que vamos a elevar un poco la cubierta. Eso favorece a la cúpula porque no la dañas y a la madera porque puede ventilar y es más fácil de mantener.

P.- ¿Es cierto que se diseña fuera y luego se transporta hasta la iglesia?

R.- No es exactamente así. La cúpula se ejecuta en fábrica de ladrillo, y se está haciendo en el lugar. Después, se empezará a montar la estructura de madera que cubre esa cúpula. Un tronco de pirámide de ocho lados. Por último, nos traerán la linterna de madera del taller.

P.- ¿Cuánto se puede tardar?

R.- Aquí operan varios oficios y técnicas. La cúpula de ladrillo, en un mes o mes y medio, se puede hacer. Con suerte a primeros de diciembre la tendremos. Luego viene la parte de estructura de madera, ese tronco de pirámide, que irá cubierta de pizarra, se puede tardar otros dos meses. Simultáneamente, a la vez, se prepara la linterna. Además, por el interior, vamos a recuperar el color que teníamos antes de 1995 y hay que rehacer las escayolas, lo que nos llevará más tiempo.

P.- ¿Cuántos trabajadores hay ahora a pleno rendimiento?

R.- Ahora, en obra, entre unas cosas y otras, hay 10. Para la cúpula en sí, con tres personas vale. A veces es mejor menos para no estorbarse.

P.- ¿En qué fase estamos?

R.- Ahora se está ejecutando la cúpula de ladrillo. Por otro lado, se está fabricando la estructura de madera que va a cubrir esa cúpula. Se ha hormigonado el martes el alero del tambor.

P.- ¿Llegaremos a ver la cúpula de la iglesia de la Vera Cruz antes de Semana Santa?

R.- Si se da todo bien, sí. En las obras lo complicado es la coordinación del trabajo. Si hay un imprevisto, si llueve y demás, se retrasaría.

P.- Tiene mucha vida la Iglesia de La Vera Cruz.

R.- Claro que sí. Esperamos que en breve la cúpula se pueda volver a ver.