El primer equipo sanitario que atendió a David Maroto, el acusado del crimen de Paloma y de la pequeña India en enero de 2023, aseguró hoy que no presentaba síntomas de haber consumido alcohol y drogas y que en todo momento mantuvo una conversación fluida a excepción de cuando le preguntaron sobre el origen de las heridas que presentaba en el cuerpo y que, supuestamente, el mismo se había infligido después de acuchillar a Paloma y su hija.
La doctora de la Unidad de Soporte Vital Básico que trasladó al acusado desde el lugar de los hechos, en el piso del Paseo Zorrilla donde vivían las víctimas, hasta el hospital Clínico Universitario, confirmó que David Maroto se mostró en todo momento tranquilo y que solo guardó silencio cuando le preguntó sobre el origen de las heridas que presentaba en el tórax.
También recalcó que aunque el acusado le comentó que se había tomado cuatro copas, una cerveza y había esnifado dos o tres rayas de cocaína, ella no apreció, ni en la voz, ni en las pupilas, que hubiera consumido gran cantidad de estas sustancias.
La misma hipótesis fue defendida por la enfermera que también atendió al acusado, que recalcó que estaba “plenamente consciente”, a la vez que indicó que en un momento de la conversación el propio David Maroto la reconoció: “La que he liado”.
En la segunda del juicio que se sigue en la Audiencia Provincial de Valladolid, también declararon la madre y las dos hermanas de la víctima, así como su expareja y padre de India. Las hermanas, que tildaron al acusado de “celoso compulsivo” y de “hipercontrolador” y de intentar romper una familia que hasta entonces siempre había estado muy unida, también destacaron que advirtieron a Paloma que su relación era “tóxica” y la aconsejaron que rompiera con él.
La hermana pequeña reconoció que aunque en más de una ocasión le comentó a Paloma que “esta persona no es para ti”, recalcó que su hermana estaba “cegada por el amor” y por su anhelo de formar una familia.
Además, explicó que, en todo momento, intentó separar a las hermanas e insistió que “solo generaba mal ambiente en la familia” por el sometimiento que ejercía sobre Paloma, a la que no dejaba usar un coche de alta gama que le había tocado en un sorteo o siempre la obligaba a compartir su ubicación con el móvil.
Por su parte, la hermana mayor, que reconoció que gracias a unos amigos supo que el acusado tenía problemas con el alcohol y las drogas, además de ser un “jugador” y un “mujeriego”, también pidió a su hermana que rompiera con David Maroto. La respuesta de Paloma, según indicó, fue que era feliz a su lado, que el acusado había “tocado fondo” y que “no le juzgara por su pasado”.
Una persona “fría, calculadora"
También aseguró que “todos sus comportamientos eran extraños” y que era una persona “fría, calculadora y detestable” y con constantes cambios de humor. “Yo no quería estar a su lado y no entiendo como Paloma estaba con él”, aseguró.
Mientras tanto, el padre de la pequeña India, reconoció que aunque hacía siete años que se había separado, mantenía una relación fluida con Paloma y todos los días hablaba con su hija. Además, indicó que cuando la llamaba por teléfono se notaba perfectamente si el acusado estaba con ella, dado que entonces solo hablaba por monosílabos.
También reconoció que, aunque nunca había visto a David Maroto, unos días antes del doble crimen entró en el bar en el que él solía desayunar todas las mañanas y le dijo que no tenía nada “en mi contra”.
Durante la vista también se vivieron momentos de tensión. En uno de los recesos, el padre de la pequeña se dirigió al acusado con términos como: “Cobarde”, “cabrón” y “asesino de mierda”.
En la sesión de hoy también declaró un amigo de toda la vida de Paloma, quien confirmó que en una ocasión la víctima le confesó que en seis meses de relación con David Maroto había cortado varias veces, así como varios miembros de la Policía Nacional. En este caso los testimonios fueron a puerta cerrada al exhibirse fotografías de la escena del crimen en las que aparecían las víctimas.