Del 10 al 12 de este mes de diciembre, Pamplona ha acogido la Copa de España Base Individual de Gimnasia Rítmica, donde unas 500 gimnastas de todo el panorama nacional se disputaban los últimos títulos del año.
La vallisoletana Sara Martín García conseguía, el 11 de diciembre, proclamarse campeona de la Copa Base Individual en la categoría infantil. Una gimnasta que pertenece el Club Rítmica Valladolid y CD Valladolid, clubes que atesoran una larga historia en el deporte pucelano con varias medallas a todos los niveles.
Después de casi 100 gimnastas clasificadas en su categoría, a la vallisoletana le tocaba competir con su ejercicio de cinta, al final de la mañana. Comenzando a ritmo de tango, la pucelana realizaba 90 segundos de infarto que lograban emocionar al público, a la familia y al club.
Tras un gran ejercicio en el que ha demostrado el esfuerzo, y el trabajo de muchos años se alzaba, de forma indiscutible, con el oro a nivel nacional.
No solo se convertía en la nota más alta de su categoría, con 21,750 puntos, sacando dos a la segunda, sino que también ha sido la nota más alta de todo el campeonato individual nacional en todas las categorías, incluyendo gimnastas más mayores de las categorías, tanto cadete como juvenil.
Solo ella, junto con otra gimnasta de la categoría juvenil, han traspasado la frontera de los 21 puntos de las casi 500 gimnastas. EL ESPAÑOL de Castilla y León charla con la joven que nos cuenta su historia y cómo vivió un campeonato que le ha aupado a lo más alto.
Una niña “alegre y soñadora”
“Me defino como una niña vallisoletana de 13 años a la que le encanta la gimnasia rítmica. Una niña alegre y soñadora, trabajadora, constante y exigente”, explica la vallisoletana en declaraciones a este periódico.
Hoy es el cumpleaños de nuestra entrevistada. Nació un 18 de diciembre de 2011 y reside con su familia en Arroyo de la Encomienda. Recuerda haber pasado una infancia “muy feliz” en la que “continuamente jugando y bailando”. Preparaba sus coreografías para presentárselas a su familia y se sentía como “una pequeña estrella”.
“Desde que tenía entre dos y tres años, cuando mi madre ponía música, yo bailaba. A los tres años empecé el colegio y me apunté a ballet, en las extraescolares. Además, en Arroyo hay una Escuela Municipal de Danza, donde mi madre también me apuntó”, nos explica.
Comenzó con el colegio con ballet infantil y al pasar a Primaria fue derivada a la gimnasia rítmica con su profesora Mar. Estuvo dos años.
Sus inicios y campeona de España
“Clara, mi profesora de danza, me aconsejó que estaría bien que formara parte de un club de gimnasia rítmica donde entrenaría más tiempo y así pudiera explotar el potencial que ella creía que yo podía tener. Me puso en contacto con el Club Rítmica Vallisoletana donde me hicieron una prueba y me aceptaron cuando tenía ocho años”, explica.
Así comenzó, en la modalidad de escolares, entrenando en el Condesa Eylo. Tras el primer año de pandemia consiguió que le subieran a base. Ahí está ahora, en el CD Valladolid y Rítmica Vallisoletana, en la modalidad infantil base individual.
“En lo que tiene que ver con el campeonato, fue un día muy intenso. Lleno de nervios y emociones. Tras la actuación me sentí muy feliz de cómo me salió el ejercicio. Cuando me puntuaron, me quedé impactada pues me di cuenta de que tenía posibilidades de alcanzar mi sueño. Aún no me creo que me haya proclamado campeona de España”, asegura.
Sara aún “no se lo cree”. Pero añade que “entrena duro para alcanzar el objetivo” que, en su caso “era la medalla”. “Lo primero que pienso es que había logrado el sueño por el que tanto había luchado. Que, con esfuerzo, todo se puede”, apunta.
El futuro de una joven prodigio
Ahora, con el ascenso a una categoría superior, su “objetivo pasa por aprender mucho” y “disfrutar a tope”. Estudia 2º de la ESO en el Colegio Pinoalbar y todavía no tiene claro que profesión elegir, aunque le llama la atención “la psicología”.
“Lo que sé con certeza es que quiero compaginar mi trabajo con el de ser entrenadora de gimnasia rítmica. La gimnasia rítmica es mi pasión, pero creo que en la situación actual no es un deporte del que se pueda vivir”, confiesa sincerándose con este periódico.
La joven mira al futuro de forma “feliz”, con muchas “ganas de aprender de los mejores” y, después, el tiempo dirá.
“Quiero poder compaginar el mayor tiempo posible la gimnasia y mis estudios y acabar satisfecha mi carrera deportiva”, finaliza.
Sara, a sus 13 años, un joven prodigio de la gimnasia rítmica que sopla velas tras proclamarse campeona de España.