La Navidad es un momento único del año para pasarla acompañada. Por familiares, por la pareja, por los amigos, por quien se quiera, pero acompañados. Disfrutar de las calles iluminadas, de los diferentes decorados y también del mejor espíritu navideño.
El Banco de Voluntarios de Valladolid lucha durante todo el año, pero también en Navidad, para conseguir que nadie pase solo o sola esta época tan especial del año. Nadie merece estar solo estos días.
Domi Fernández es una de esas voluntarias que gastan su tiempo en conseguir que los demás no estén solos. Charlamos con ella para que nos cuente su historia.
En el Banco de Voluntarios desde septiembre
“Me defino como una mujer activa que disfruta con su trabajo. Alegre, sensible y con empatía. Por esto me apunté al programa del Banco de Voluntariado de Acompañamiento en la soledad”, asegura, en declaraciones a EL ESPAÑOL de Castilla y León, Domi Fernández.
A sus 61 años, esta vallisoletana es una nueva integrante del Banco de Voluntariado que cuenta con casi un centenar de personas en el programa. Ella lleva desde el mes de septiembre de este año colaborando, y acompañando en soledad a la misma persona.
“En ese mes de septiembre, en el Centro Cívico en el que doy clases de cocina, vi el cartel del Banco de Voluntariado y llamé. Me pareció maravilloso poder ayudar a aliviar la soledad de aquellos que viven una soledad no deseada y que necesitan que alguien los escuche y acompañe”, asegura nuestra entrevistada.
Ella se inscribió al programa porque contaba con la colaboración de Sacyl, también del Ayuntamiento de Valladolid y del Colegio de Farmacéuticos lo que le “daba una garantía de seriedad”.
Una persona con “circunstancias muy duras”
“Acompaño, desde septiembre, a una mujer que vive en unas circunstancias muy duras. Vive sola en una habitación alquilada, con una pensión mínima no contributiva. No tiene hijos y sólo dos hermanos que viven fuera. Además, se encontraba sumida en una depresión. Su médico de familia fue quién la derivó al Banco de Voluntariado”, nos explica.
Ambas pasean, toman té y van a los centros cívicos a ver teatro y actuaciones musicales. Domi también animó a esta mujer a apuntarse a los cursos que la Asociación de Mujeres Españolas (AME) tiene en el Centro Bailarín Escudero.
“Hay que aprovechar el gran potencial que tienen los centros cívicos de nuestra ciudad con sus múltiples actividades. Ahora, ella va tres días a la semana a los cursos y allí socializa. Está haciendo amistades”, afirma.
Aprovechando la Navidad
Ahora, por Navidad, aprovechan para pasear y ver las calles iluminadas. Nuestra entrevistada piensa en que a la persona que acompaña pueda apuntarse al programa Contigo en Navidad que organiza la concejalía de Personas Mayores, Familia y Servicios Sociales que ofrece la posibilidad de comer y/o cenar los días importantes de este periodo navideño en compañía de otras personas en el Centro Residencial Patio de los Palacios.
“Estoy muy satisfecha con este acompañamiento. Para mí es algo muy gratificante. Ver a una persona que hace solo unos meses estaba tan deprimida, y cómo ahora está contenta, animada y con actividades, es muy gratificante. Con actividades para aprender y socializar”, añade nuestra protagonista.
Mirando el futuro, asegura que “seguirá ayudando y colaborando con el Banco de Voluntariado”, sin duda alguna. Pide, además, que las administraciones “sigan implicándose en estos proyectos” y “también la implicación de la sociedad”.
“Deseo que haya más personas dispuestas a ofrecer un poquito de su tiempo para acompañar e intentar hacer la vida más alegre y llevadera a muchas personas que necesitan ser escuchadas, un abrazo y saber que siguen siendo valiosas y pueden disfrutar de la vida”, finaliza.
Una labor encomiable de Domi, también por Navidad.