Manuel Retamero atiende a EL ESPAÑOL - Noticias de Castilla y León

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Valladolid

Las aventuras de Manuel, un nómada del fútbol, por Libia, Kuwait o Uzbekistán: "El español está más valorado fuera"

El técnico vallisoletano, ex del Promesas o Los Gatos de Íscar, lleva más de una década entrenando por medio mundo, acumulando ya hasta 11 países.

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Libia, Estados Unidos, Baréin, Kuwait, Mongolia, India, Egipto, Guinea Ecuatorial, Jordania, Camboya y Uzbekistán. Por supuesto, también España. Este es el bagaje que Manuel Retamero (1974, Valladolid) lleva acumulado desde hace más de una década en el mundo del fútbol. Un entrenador convertido a nómada con mil y una historias.

Tan amplias son sus aventuras, que el primer desafío de estas líneas está en resumir la más de hora y media que duró la conversación con EL ESPAÑOL - Noticias de Castilla y León. Café en mano y en su Valladolid natal, Manuel se abrió como un libro con este periódico, sin dejarse nada en el tintero, para descubrir su historia.

Se define como una persona "súper sensible" y "cercana", a pesar de estar en un mundo "desagradable, tan poco reconocido y falto de memoria" como es el fútbol. Un mister que siempre busca el "equilibrio" y que, durante su etapa como futbolista, cuyo groso se desarrolló en la cantera del Real Valladolid, era una extensión del entrenador en el campo.

Quizás esto explique a la perfección el hecho de que Manuel Retamero se haya decantado con posterioridad a dirigir los banquillos de medio mundo. "Me siento privilegiado porque al final me he dedicado a ello, con alegrías y con penas", reconoce.

Durante su carrera, obviamente, tampoco ha estado exento de momentos más difíciles y no oculta la "soledad del entrenador, el estar lejos de casa o el perder". "O incluso que ganas y lo quieres compartir con tu gente y no puedes", añade.

Pero todo esto no ha sido un freno para Retamero, que ha ido forjando su trayectoria a través de culturas y religiones muy diferentes que te "hacen ver la vida de otra manera". Todo ello, eso sí, sin olvidar sus inicios.

Inicios en el fútbol

Inicios en el mundo del fútbol que tras colgar las botas arrancaron en distintos equipos de categorías base vallisoletanas. Sus primeros contactos con los banquillos fueron junto a César Tejerina en los infantiles del Real Valladolid, donde comenzó como segundo entrenador.

De ahí, pasó por distintos clubes hasta que acabó en el CD Los Gatos de Íscar, con quien tras tres temporadas hizo historia al mantenerlo en puestos cómodos de la antigua tercera división e incluso en ciertos momentos con opciones de disputar los play-off para subir a 2ºB.

Manuel Retamero durante la entrevista con este periódico

Manuel Retamero durante la entrevista con este periódico

Llegado el momento, Retamero consideraba oportuno concluir su etapa en Íscar e incluso le apareció la oportunidad de entrenar en 2ºB, al Noja. Sin embargo, la aparición de un inversor que llevaba su propio entrenador acabó echando para atrás esta posibilidad para el vallisoletano, que incluso ya había visto partidos, estado con el presidente, visto los sueldos de los futbolistas y hasta el lugar donde iba a vivir.

Se marchó de vacaciones y de una forma "muy curiosa" llegó la oportunidad de entrenar al Real Valladolid Promesas. Estando en Turquía le llamó Pedro Coria, quien le explicó que cumplía el perfil de entrenador que estaban buscando. Tras una entrevista con José Antonio García Calvo y Chuti Molina tenía "claro que me dijeran lo que me dijeran de las condiciones me daba igual".

Y es que aquí Retamero cumplió un sueño, pero un sueño que después reconoce fue "muy complicado" por las circunstancias en las que transcurrió aquella temporada para el primer equipo y el Promesas. "Fue un año muy duro y me tocó a mí, pero cumplí un sueño", lamenta.

A nivel personal, se siente aliviado por ser una temporada en la que se compitió "en una tercera muy dura" y en la que se "formó mucho futbolista en cantera para que subiera al primer equipo".

Después llegó el CD La Granja y a pesar de ser un buen año de resultados deportivos, el proyecto no continuó, lo que le llevó a desembocar en su trayectoria más internacional.

Libia, el inicio internacional

Fue un compañero quien le dijo que en el Al-Ittihad de Libia estaban buscando un director de cantera pero que también entrenase. "Ahora se lleva mucho esa fórmula", explica Retamero, que añade que no se lo pensó "ni dos veces".

"Cuando me di cuenta de dónde había ido era cuando salgo del aeropuerto y me monto en el coche, de camino al hotel", admite. Previamente, al bajar del avión experimentó la burbuja social que supone el fútbol, en un país que en ese momento vivía una lucha por el poder tras la muerte de Muamar el Gadafi.

"Al bajarme del avión yo me sentí el rey de ahí. Me estaban esperando con un ramo de flores, la bufanda, fans, fotógrafos... de locos. No pasamos ni control de equipaje ni nada", recuerda más de 10 años después.

La realidad se la encontró al salir del aeropuerto, con una "ciudad destruida por la guerra" y con la presencia efervescente también del terrorismo de Al Qaeda. Sin embargo, todo ello no fue motivo para que a Manuel Retamero se le pasase por la cabeza "más de un instante" el darse la vuelta y echar marcha atrás.

"Si algo me ha demostrado la vida también es que, aunque con mis miedos que todos tenemos, he sido una persona que no me ha parado nada", apunta. Durante su etapa en Libia fueron múltiples las aventuras, como el que "el Kalashnikov estaba en cualquier lugar", cobrase el sueldo en bolsas de supermercado o que un herido de bala cruzase el campo en medio de un partido y el árbitro ni lo parase.

"Ahora lo comparto con otras porque he tenido otras experiencias, pero Libia es la que más me ha marcado en mi vida". "Allí he vivido cosas muy bonitas y que te marcan como persona, pero también muy feas que incluso a mi propia familia no le decía nada", puntualiza.

A pesar del contexto social y bélico, el fútbol en Libia era como un asunto de Estado que se respetaba. En los múltiples controles que se encontraba, al ver que era de España siempre le preguntaban si era del FC Barcelona o Real Madrid, a lo que Retamero evitaba responder para no entrar y su respuesta no era otra que el Real Valladolid.

"(Javier) Clemente era dios allí", añade, ya que coincidió durante la etapa en la que el técnico vasco era el seleccionador nacional. "Fue la primera experiencia que tuve en el extranjero y la que más me marcó porque vi mucha riqueza, pero también mucha pobreza", relata.

Tener que tener un conductor propio para ir del hotel al estadio y que cada día cambiaba la ruta por "seguridad" o incluso un día que se subió a un taxi tener que huir del mismo al pensar que podía ser un secuestro.

"Allí por la noche no puedes ir solo y alguna vez se me iba el tiempo en el cibercafé. Te dicen que nunca cojas un taxi con las lunas tintadas y que cierre las puertas y un día que lo cogí para no ir andando me pasó. En el momento que pude fue abrir, salir y eché a correr", recuerda.

También fue habitual que se encontrase con niños que le pedían hacer las pruebas en el club, que iban sin botas e incluso se acercaban cuando estaba tomando el café para ver si les daba la vuelta para poder comer.

"Fíjate lo bonito que es cuando pongo algún recuerdo en redes sociales y muchos corazones que veo son de esos niños que ahora son mayores, que están jugando en el Al-Ittihad o algún otro club profesional. Al final es lo que te queda", presume.

De país en país

Después de Libia, Retamero desembarcó en la selección nacional de Baréin, como entrenador del sub-19 y director técnico. En Estados Unidos estuvo en la academia del Musc Milford United SC y a la India llegó al Aizawl FC de la Primera División.

Volvió a Baréin para entrenar en segunda división al Budaiya Club y ha impartido conferencias en Kuwait para el desarrollo de la metodología española en el mundo del fútbol para entrenadores árabes. "El español está más valorado fuera", apunta Retamero, un fiel creyente de la figura del técnico nacional.

Sus grandes éxitos deportivos en el extranjero han llegado en el UB City FC de Mongolia, con quien ha acumulado títulos de Copa y Supercopa. Precisamente, allí vivió una experiencia que da buena muestra de lo bien valorado que está el entrenador español.

Y es que compartían campo de entrenamiento con sus principales rivales, cuando en una de las sesiones previas a la final se percató como el entrenador y los jugadores del otro equipo se quedaban espiando las tácticas y técnicas de Retamero.

Mongolia lo recuerda como un "exitazo" en su carrera. "Llego a un club que recientemente estaba empezando, era muy curioso porque surgió entre unos amigos que tenían pasta y en una conversación cada uno montó su club", explica.

Regresó a la India para hacerse cargo del Neroca FC de la primera división y en Egipto estuvo al frente de la A Pro Academy como entrenador y director técnico. También en África ha sumado experiencia en el Edsa Equatorial Dream Soccer Academy.

Su aventura le esperaba después con una experiencia en Jordania al frente del JK Football Club Academy, para luego llegar al KSSC FC de Camboya, una experiencia esta última que a "nivel espiritual" le ha marcado mucho, incluso a nivel de Libia, y tiene claro que volverá a un país donde ha dejado a "muchos amigos".

Su última vivencia en el extranjero ha sido en Uzbekistán, en el FK Mettalurg Bekobod como coordinador asistente de alrededor de 300 futbolistas hombres y mujeres de entre 11 y 16 años.

Mil y una historias que Manuel ya piensa en recoger en un libro que está preparando junto al periodista José Anselmo Moreno y que va recordando en cada entrevista, conversación o encuentro con amigos. "Voy recopilando y lo voy pasando al ordenador para que en su momento pueda coger forma", apunta.

Experiencias que ha tenido la oportunidad de vivir varias de ellas con su hija, que ha estado en las jornadas de Kuwait, en Jordania, en India, en Camboya, en Mongolia y en Egipto. "Para mí ha sido un apoyo brutal", apunta un Retamero que se siente orgulloso de haberle dado algo que "para mí es un privilegio".

"Abrir un poquito más esa mente ante otras culturas, hablar e interactuar con más niños, los idiomas y sobre todo ese apoyo que ha sido para mí", insiste Manuel, al que no le faltan las palabras para hablar de la importancia de su hija en su vida.

Han pasado 11 años desde que Libia, su primera experiencia en el extranjero, se interpuso en su camino y el resto es historia. Ahora, Retamero no cierra puertas a ninguna oportunidad e incluso apunta que se está dejando ver estos meses por España.

No obstante, la opción de regresar al extranjero siempre estará entre sus posibilidades. Manuel Retamero, un nómada del fútbol, que ha encontrado en el deporte rey un vehículo para descubrir mundo, experiencias, vivencias y culturas.