Los ingenios hidráulicos de las Aceñas de Olivares funcionan de nuevo

Los ingenios hidráulicos de las Aceñas de Olivares de Zamora han recuperado la vida, después del proyectos de restauración y reposición de piezas dañadas que ha llevado a cabo el Ayuntamiento, por importe de 44.000 euros. Esta mañana el alcalde de Zamora, Francisco Guarido, ha anunciado que desde este jueves, y durante toda la Semana Santa, en horario de 17 a 20 horas, las instalaciones estarán abiertas para que los visitantes, comprueben, in situ, el funcionamiento de estos mecanismos de la era preindustrial.

El martinete o mazo, con labores de fragua; el batán, destinado a ablandar los tejidos para su uso inmediato, y el molino, el de maquinaria más compleja, que hoy mismo molía grano para producir harina en pleno río Duero, han recobrado su actividad, e incluso se plantea mantener algún tipo de producción continuada en el tiempo, como la impresión de escudos troquelados para que puedan ser adquiridos por los turistas y visitantes, o incluso adquirir un saco de harina molida en las propias aceñas. Así lo propone Pedro Lucas, arquitecto encargado de la rehabilitación, quien fue además el responsable de la obra inicial. "Me siento un poco responsable de que esto funcione", reconoce. De hecho, la Asociación de Amigos de los Molinos defiende el uso de los molinos para contribuir a su actividad y conservación, y el alcalde ha prometido que se estudiará la posibilidad.

Por el momento, lo que sí es seguro es que las Aceñas de Olivares reabren para convertirse en un importante atractivo turístico de la ciudad de Zamora, junto con las rutas por el Duero, que ya han completado 17 visitas con gran éxito, y la creación del Centro de Documentación de las Aceñas, centrado en la industria hidráulica y el funcionamiento de su maquinaria, en un proyecto transfronterizo en colaboración con Portugal. Para que los elementos no se deterioren por falta de uso y de mantenimiento, como ha sucedido estos años atrás, habrá una persona encargada de ponerla en uso cada dos días y de vigilar el deterioro de los elementos. El martillo vuelve a sonar en Olivares al paso del Duero.