Ante un botellón inevitable, solo queda "prevenir y paliar" sus efectos
La Junta Local de Seguridad del Ayuntamiento de Zamora ha abordado esta mañana la problemática esperada, pero no por ello fácilmente evitable, que como cada año provocará el botellón de Jueves Santo en el parque de San Martín, donde miles de jóvenes consumirán litros y litros de alcohol, dejando los jardines arrasados, con cientos de kilos de recipientes y vasos de plástico vacíos y con los vecinos cada vez más enfadados por los ruidos y los altercados que generan en la zona.
El alcalde de Zamora, Francisco Guarido, señala que "el Ayuntamiento no autoriza ningún tipo de botellón, pero no podemos prohibir un hecho que no se ha producido aún". Ha dejado claro que "no aportada nada a la ciudad, ni a la Semana Santa, y es contraproducente". Por ello, desplegará un dispositivo que estará "atento" para que, en caso de que se produzca, "prevenir y paliar los efectos" sobre el mobiliario urbano, la limpieza y todo tipo de desperfectos que puedan producirse.
Además, el regidor ha apuntado que en el futuro se tratará de desincentivar este tipo de eventos. El subdelegado del Gobierno, Jerónimo García Bermejo, ha llamado la atención sobre un fenómeno "que va a más", pero ha reconocido que "la prohibición no corregiría el asunto". El presidente de la Junta Pro Semana Santa, Antonio Martín Alén, se ha mostrado satisfecho tras la reunión, que ha supuesto "un paso adelante", pero no ha dejado de lamentar que el botellón "interfiere en el desarrollo de la Semana Santa", y que así lo transmiten las cofradías.
En la reunión, donde han estado presentes la Guardia Civil, la Policía Nacional, Protección Civil y la Policía Local, se ha coordinado el dispositivo de seguridad para que la Semana Santa se desarrolle con total normalidad y con la máxima seguridad, en unas fechas en las que está previsto que la población de Zamora "se triplique". "Queremos que haya mucha afluencia, mucho turismo y mucho negocio", ha subrayado Guarido.