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Zamora

Borja Serrano, triunfador del VII Bolsín “Tierras de Zamora”

6 mayo, 2018 19:58

Reflexionaba Claudio Rodríguez diciendo que “los propios taurinos nos recuerdan que es imposible definir el toreo, pero sí podemos atribuirle un misterio inexplicable, semejante a aquello que Lorca llamaba duende”. Y algún duende sobrevoló ayer la plaza de Toros de Toro, a tenor del toreo del bueno, con que nos han obsequiado los chavales en primaveral tarde.

Se tentaron seis utreras de la ganadería de D. José Juan Carretero Lorenzo, de procedencia Conde de la Corte, vía Atanasio Fernández, que pastan en el término de El Murillo (Salamanca), bravas en el caballo, apreciándose bonitas galopadas, y detalles en la suerte muy meritorios, por parte del picador Javier

Bastida, pero escasas de casta, fuerza y fijeza en el peto casi todas ellas, lo que dificultó el lucimiento en la faena de muleta, e hizo que en alguno de ellos, quedara inédita el nivel mostrado en anteriores eliminatorias. Actuó como director de lidia el matador madrileño Alberto Aguilar.

El joven novillero de Medina del Campo Borja Serrano se alzó con el triunfo de esta edición tras un muy destacable trasteo dado a la utrera, mimándola con dotes de maestro, con gran sentido del temple y demostrada clase. Muy aplaudido, demostró clase, oficio y dominio de la técnica en sus tres tandas. Maduro y elegante, demostró ser un alumno aventajado, sino el que más.

El segundo clasificado por el jurado Diego García Porras de la escuela de Colmenar logra una gran tanda de naturales, verticales, con mucho gusto, muy aplaudida. Apuntó maneras, también en su actitud (garbeo de torero), elegancia en todo momento, acercándose, rematando, yéndose de la vaca, dándole “aire” sin atosigarla.

Carlos Enrique Carmona, alumno de la Escuela de Tauromaquia de Navas del Rey (Madrid) resolvió su actuación muy técnico, llevando a la vaca a media altura, sabiéndola medir, tanda de derechazos muy meritorios, actitud muy taurina en todo momento (muy en torero) finalizando con una tanda de rodillas, con valor, muy jaleada por el público.

Es de agradecer y alabar, una vez más, la calurosa acogida de los aficionados toresanos, a esta VII final del Bolsín, que en buen número se acercaron al majestuoso coso de Toro, sin dejar de destacar, como cada año, la reconfortante y esperanzadora presencia de mucho público joven, público apasionado y, muy respetuoso, en general, con la actuación de todos los participantes en esta última tienta.