Emotiva, familiar y llena de gratitud recíproca. Así fue la cena de despedida que anoche organizaron los feligreses moralinos para despedir al que ha sido párroco de Morales del Vino durante más de cinco años, y que comenzará en septiembre nueva andadura en la ciudad de Toro, tras la última reestructuración de parroquias anunciada por el Obispo de Zamora, que afecta a once curas.
Más de 120 personas acudieron a la celebración, en la que se respiraba tristeza por la despedida al joven párroco, quien se ha ganado los corazones de los habitantes de esta localidad del alfoz zamorano, que en los últimos años despidió prematuramente a dos sacerdotes también muy queridos: Zacarías García Prieto y Mario Manso García.
La cena, servida por el bar de los jubilados, se celebró en el salón del Ayuntamiento, en cuya representación asistieron la alcaldesa, Carmen Lorenzo, y la teniente de alcalde, Raquel Carrascal. Ambas entregaron una placa con el escudo de Morales del Vino a José Alberto Sutil.
El párroco dirigió unas emotivas palabras de agradecimiento a sus feligreses, a quienes agradeció el cariño recibido durante estos cinco años, y afronta con ilusión su nueva etapa en la ciudad de Doña Elvira. Su última misa, la más emotiva, tendrá lugar el próximo domingo, 15 de septiembre.
Morales del Vino espera también expectante al que será el nuevo párroco, Francisco-Ortega Vicente Rodríguez, un cura también joven y a buen seguro con muchos proyectos para la parroquia.
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