CGT demanda una adecuación óptima de los hogares a las necesidades y demandas de la población beneficiaria, así como una planificación de los puestos de trabajo de estos centros, y un incremento de estos, para cubrir una oferta idónea de los servicios a ofertar. La implantación de nuevos hogares o centros de día en las localidades rurales, amén de cubrir las carencias existentes, contribuiría a incrementar los puestos de trabajo en el mundo rural. Los centros de día posibilitarían prolongar la estancia del mayor en su domicilio, una política alternativa y más eficiente a la que ofrecen las “empresas” a través de sus centros residenciales, cuyo objetivo es meramente crematístico.
La evolución de la población de mayores es una constante, siendo Zamora una de las provincias que encabezan el ranking nacional. Los habitantes que superan la edad de 65 años en Zamora se cifran en la actualidad en un 30,51 por ciento, un porcentaje que en el presente siglo se ha incrementado en casi cuatro puntos. En la anualidad presente Zamora ocupa el segundo lugar, tan sólo superada por la provincia de Orense. Un “mal” endémico al que no son ajenas el resto de las provincias de la comunidad de Castilla y León, cuyos porcentajes oscilan entre el 26,88 por ciento de León y el 22,46 de Segovia, que les lleva a situarse en las siguientes posiciones: León (3ª), Salamanca (4ª), Ávila (7ª), Soria (8ª), Palencia (9ª), Burgos (12ª), Valladolid (14ª) y Segovia (20ª).
Los servicios sociales que las administraciones públicas ofrecen al colectivo más numeroso de la población están obsoletos, pues no cubren las necesidades básicas de los beneficiarios, y resultan insuficientes, ya que la mayoría de los integrantes del colectivo no tienen la posibilidad de acceder a los mismos. Las administraciones, entre otras, hacen dejación de sus obligaciones sociales para con la población de personas mayores. El número de hogares que la Junta de Castilla y León tiene en Zamora es exiguo e insuficiente y las prestaciones que en ellos ofrece se ciñen, en la mayoría de las ocasiones, a actividades de ocio.
El “mayor” tiene unas necesidades vitales: manutención, sanitarias, mantenimiento personal, etcétera, que la mayoría de estos centros no ofrece y que deberían ofertar a sus beneficiarios. Para ello se requiere abandonar los arquetipos pretéritos y realizar una planificación moderna y acorde con las carencias actuales de los integrantes de la población de personas mayores.