Apenas hace un par de días que se inauguraba el santuario al naturalista, Félix Rodríguez de la Fuente y los vándalos ya han hecho de las suyas, manchando con sus sprays el recién estrenado monumento.

Esta acción, unida a la aparición de esvásticas en el mirador de San Isidoro en el entrono de la Catedral, vuelve a reabrir el eterno debate en la capital, sobre la necesidad de contar con mayor vigilancia y mano dura contra este tipo de actos. En esa ocasión, el acto vandálico se ha centrado en la puerta del sistema de mantenimiento del santuario, pero dada la desfachatez con la que parecen actuar estos mal llamados grafiteros, puede que otro día el busto del divulgador aparezca también pintarrajeado.

Parece que no haya punto arquitectónico, artístico o conmemorativo en la ciudad que se libre de estos vándalos. El mirador del Troncoso aparecía hace unos meses destrozado tras inaugurarse un mural pintado por el artista Antonio Vázquez, el entorno de la muralla sigue y sigue sumando 'firmas' e incluso establecimientos comerciales sufren estos ataques en sus marquesinas y persianas.

Las pintadas en Zamora son un problema más que visible que indigna a los zamoranos y sorprende a los visitantes, que pasean por el románico más bello, pero se topan con estas 'guarradas' sobre los muros y monumentos de la ciudad. Por ello no son pocas las plataformas vecinales que reclaman al Ayuntamiento una estrategia definitiva para erradicar estos deplorables actos.