Los actos vandálicos no cesan en Zamora y en los últimos días no paran de sucederse pintadas en distintos edificios y paredes de la vía pública, pero es que además van más allá y también se dedican a deteriorar el patrimonio artístico de la ciudad.
Hace unos días aparecía La Farola de Coomonte, situada en la Plaza de la Marina y prácticamente recién rehabilitada con pintadas que no hacen más que afear y estropear el patrimonio.
Pero La Farola de Coomonte no ha sido la única dañada y precisamente esta noche la puerta trasera de la iglesia de San Estebán ha sido la última víctima con pintadas en la vieja madera e incluso en la piedra de las paredes. Además, han quemado unos papeles a la puerta haciendo que corriera riesgo de incendio.