El milagro de Empel: el Tercio Viejo de Zamora y la Inmaculada Concepción
En 1585 el Tercio Viejo de Zamora logró, con la ayuda de la meteorología, esquivar la derrota y tal vez su destrucción en el monte de Empel, un hecho que fue calificado de milagro por los que lo vivieron y que es el responsable de que la Inmaculada Concepción sea la patrona de la Infantería española.
En medio de la Guerra de los Ochenta Años --como se conoce a la sucesión de contiendas que comenzaron con la rebelión holandesa de 1568 y concluyeron con la independencia de los Países Bajos en la Paz de Westfalia de 1648--, el Tercio Viejo de Zamora, liderado por el maestre de campo Francisco Arias de Bobadilla, combatía en la isla de Bommel, entre los ríos Mosa y Waal, cuando se vio bloqueado por la flota enemiga.
Ante la oferta de rendición planteada por los holandeses, los soldados españoles respondieron que preferían "la muerte a la deshonra" y que ya hablarían de capitulación "después de muertos". Como reacción, los primeros decidieron abrir los diques del río Mosa e inundar el campamento hispano, lo que obligó a los 5.000 hombres de Bobadilla a refugiarse en la zona más elevada de Empel.
Según las crónicas de entonces, el 7 de diciembre 1585, víspera de la Inmaculada Concepción, en medio de esta desfavorable situación, un soldado encontró una tabla flamenca con la imagen de la virgen, la cual fue colocada en un improvisado altar. A ella se encomendaron los españoles.
Los vientos helados que azotaron la isla durante la noche congelaron las aguas que cercaban al Tercio Viejo de Zamora, lo que permitió a sus integrantes marchar a pie sobre el hielo y atacar por sorpresa a los holandeses, que se vieron obligados a retirarse y llegaron a afirmar que "tal parece que Dios es español al obrar tan grande milagro".
PATRONA DE INFANTERÍA
Atribuido el milagro a la intercesión de la virgen, la Inmaculada Concepción se convirtió desde ese momento en patrona de los tercios españoles, lo cual se ratificaría en 1892 cuando la reina regente María Cristina de Habsburgo (durante la minoría de edad de Alfonso XIII), la convirtió en patrona del Arma de Infantería.
En el episodio de Empel participó también el maestre de campo abulense Juan del Águila, quien combatió a lo largo de su carrera en numerosas batallas repartidas por el Mediterráneo y norte de África, Países Bajos, Francia e Irlanda.
Con motivo de tal conmemoración, la ciudad de Zamora alberga estos días, un año más, la recreación del que ha pasado a la historia como 'El milagro de Empel', el cual ha sido inmortalizado por artistas como el pintor barcelonés Augusto Ferrer-Dalmau.