Ecologistas en Acción ha denunciado que el entorno de Toro es uno de los territorios zamoranos más afectados por el uso de quads, motocicletas e incluso de vehículos todoterreno en plena naturaleza. A pesar de que estas prácticas están totalmente prohibidas por la legislación de montes, numerosos propietarios utilizan semanalmente y especialmente durante el fin de semana, estos vehículos subiendo laderas o atravesando arroyos o bosques.
En este sentido, el Artículo 60 de la Ley 3/2009, de 6 de abril, de montes de Castilla y León indica claramente que: “La circulación y el aparcamiento de vehículos a motor será objeto de regulación por parte de la consejería competente (…). No obstante no podrá realizarse fuera de las pistas forestales y de las zonas señaladas para aparcamiento (…)”. Esta ley también indica que todos los territorios tienen la consideración de monte excepto los dedicados al cultivo agrícola y los terrenos urbanos así como otros que excluya la comunidad autónoma en su normativa forestal y urbanística.
A pesar de la legislación vigente, Ecologistas critica que en la comarca de Toro son numerosas las laderas, pinares, encinares y eriales que, “a pesar de su valor ecológico, sufren graves impactos derivados del trasiego de estos vehículos. Por un lado, el ruido que emiten estos motores supera cualquier valor permitido de acuerdo a la legalidad y afecta a los vecinos de la ciudad. Además, el trasiego continuado y veloz de estos potentes vehículos levanta la capa superficial del suelo, se destruye la vegetación y con el horizonte desnudo y carente de maleza protectora, se consolidan grietas y anchas laderas que van agrandándose con el tiempo. Teniendo en cuenta que muchos de estos usuarios utilizan los vehículos en zonas con pendiente y aprovechando los días después de la lluvia (cuando hay más barro), los daños de la erosión y los impactos visuales son mucho más acusados e irreparables. El ruido y la velocidad también generan múltiples molestias para numerosos vertebrados de la zona, que se ven especialmente afectados en época reproductora y que además, sufren una importante destrucción de su hábitat. Por último, esta práctica supone un elevado riesgo de incendios forestales, como ya ha ocurrido”.
Ecologistas señalan que en el entorno de la localidad es fácil comprobar la existencia de numerosos circuitos realizados por estos vehículos y los impactos derivados de los mismos “de ahí que paisaje de muchos accesos Toro está completamente desolado. Las zonas más afectadas son el Valle de Adalia, Valdeví (con un circuito que llega a la provincia de Valladolid), las Barranqueras, laderas de Allende, Montelarreina o la Cuesta de los Pinos. Además, algunos vehículos atraviesan y generan impactos en la vegetación y en las orillas de un área protegida por Directivas Europeas, como son las “Riberas del Duero y afluentes” a su paso por Toro. Otras veces, atraviesan el puente de piedra, donde la circulación de vehículos no está permitida”.
Desde Ecologistas en Acción en Zamora animan al ayuntamiento de Toro a que, como primer paso, contacte con los propietarios de estos vehículos y que, posteriormente, regule su uso dentro del casco urbano -frenando así la contaminación acústica que se repite muchos fines de semana- y en el medio natural. Además, solicitan al ayuntamiento que la policía municipal de Toro actúe en esta dirección y persiga estas prácticas que perjudican a la tranquilidad y al patrimonio natural de todos los toresanos. También sugieren que limite un circuito para los usuarios que lo deseen y que proteja el resto del término municipal de estos impactos enormes.
También echan en falta la implicación del personal de la Junta de Castilla y León, que “debería perseguir y denunciar estas prácticas en Toro y en otros muchos rincones de la provincia, como Coreses, Fresno, Villalazán o Venialbo”.
De forma paralela, Ecologistas en Acción ha puesto en conocimiento del SEPRONA (Servicio de protección de la naturaleza de la Guardia Civil) “esta grave situación que vulnera la legislación en materia de montes” para que persiga este uso del monte completamente prohibido.