La 'nueva normalidad' llegó para buena parte de Castilla y León sin ni siquiera participar en todas las fases anteriores. La prudencia por la que siempre se ha caracterizado la Junta provocó que hasta cuatro provincias no pasaran a la fase 3 en la última semana del estado de alarma, mientras que la mayoría de Castilla y León no llegó casi ni a la semana. Solo la zona de Ponferrada pudo 'quemar' todas las fases.

Así, se llegó con cierto miedo en algunos sectores sobre la posibilidad de que de la nada al todo pudiera haber algún problema en el número de contagios. La propia Junta presentó justo antes de esa 'nueva normalidad' su protocolo para un año diferente, de distancia social, mascarillas y aforos limitados. Bueno, y sin fiestas patronales.

Pero lo cierto es que, al menos desde el punto de vista sanitario, parecen dar la razón a su prudencia. Más allá de actualizaciones en fallecidos o contagios que pueden venir de antes, la comunidad no comunicó ninguno en las últimas 48 horas en los que ofrecieron datos, es decir jueves y viernes.

Y si se echa la vista más atrás, precisamente desde el 21 de junio, cuando se entró en la nueva normalidad, destaca que, por ejemplo, en las capitales de provincia, los lugares que por la densidad de población es más sencillo contagiarse, apenas hubo 55 contagios en total y desde el 26 de junio ninguna ha sumado un nuevo, según los datos aportados por la Junta de Castilla y León. 

Zamora, en la nueva normalidad, solo ha tenido tres nuevos casos, manteniéndose fiel a la poca incidencia, en comparación con otros lugares, que ha tenido el coronavirus. Todos se dieron en días sucesivos de uno en uno, desde el 22 hasta el 24, y ya el 25 de junio no ha habido ninguno nuevo.