Es una posibilidad que lleva días en el aire. Benavente es, desde hace ya un par de semanas uno de esos territorios que preocupan a la Consejería de Sanidad y su número de contagios ha seguido aumentando cada día, pese a los esfuerzos del Ayuntamiento de Benavente y del propio Sacyl. Un numeroso brote con más de medio centenar de contagiados abría la caja de los truenos y la ciudad, que mantenía una incidencia moderada, se está viendo a las puertas de un confinamiento.
Ayer la delegada territorial de la Junta de Castilla y León, Clara San Damián admitía que se mantenía expectante ante la posibilidad de que la Consejería anuncie "si en los próximos días se toman más medidas". Sin especificar si se trataría solo de restricciones o de un confinamiento perimetral, lo cierto es que solo el área de Benavente Norte ya supera por mucho el umbral marcado por el Ministerio de Sanidad para decretar un cierre de la ciudad. De ayer a hoy Benavente Norte ha pasado de acumular 576 casos por cada 100.000 habitantes el martes, a la friolera de 637 totales. Muy lejos de los 500 que acordaron el Gobierno Central y las comunidades autónomas, como tope para intervenir en una ciudad.
Una escalada que no ha dejado de crecer en las últimas semanas y por la que el propio Consistorio ha tomado sus propias medidas, como el cierre de algunos espacios públicos, la desinfección de las zonas más transitadas y potencialmente peligrosas, y la colaboración diaria con los centros de salud para cualquier cuestión que necesiten.
Afortunadamente para la ciudad, Benavente tiene dos áreas sanitarias, cuya situación epidemiológica es muy dispar. A diferencia de otras ciudades que sí están confinadas y tienen dos áreas de salud como Aranda de Duero o Miranda de Ebro; la zona Sur de Benavente tiene una incidencia mucho más baja, de 315 casos por cada 100.000 habitantes, que podría ser el único halo de esperanza para la ciudad. Aunque cabe recordar que, de producirse un confinamiento, este sería en toda la ciudad por igual.
No obstante, hoy mismo se celebra un nuevo Consejo de Gobierno, donde la consejera de Sanidad, Verónica Casado y el vicepresidente de la Junta, Francisco Igea podrían tomar una decisión definitiva sobre la segunda ciudad más grande de la provincia de Zamora. Unas medidas que podrían ya estar adaptadas al posible acuerdo que el Gobierno de España y las comunidades autónomas están negociando para adoptar de forma conjunta, en el Consejo Interterritorial. Entre ellas, un posible toque de queda, limitaciones de aforo en espacios cerrados y, la más importante, la bajada del criterio de incidencia acumulada de 500 a 250 casos por cada 100.000 habitantes.