El obispo de Zamora, Fernando Valera, ratificó hoy los nombramientos de todos los cargos de la curia diocesana y de los organismos pastorales y administrativos de la Diócesis, que habían cesado de forma automática con el fallecimiento, el 20 de septiembre de 2019, de su predecesor, Gregorio Martínez.
De esta forma, monseñor Valera Sánchez, quien recibió la ordenación episcopal el pasado día 12 de diciembre, nombró con todas las facultades habituales que tenían hasta el presente José Francisco Matías como vicario general y judicial; Luis Fernando Toribio, como vicario episcopal de Pastoral; Luis Miguel Rodríguez, como vicario episcopal para el Clero, y Antonio Jesús Martín, como vicario episcopal para Asuntos Sociales.
Además, confirmó en sus responsabilidades al canciller secretario general, la gerente económica, el Colegio de Consultores, los delegados diocesanos, los directores de los secretariados y todos los cargos de la curia; así como a los responsables de la acción pastoral de la Diócesis de Zamora.
“Se trata de un procedimiento habitual cuando un nuevo prelado toma las riendas de la Diócesis, para que el trabajo cotidiano continúe con normalidad hasta que el titular conozca de primera mano la realidad diocesana”, según explicaron fuentes del Obispado de Zamora.
En cualquier caso, según indicó el nuevo obispo, conforme avancen los meses, se podrán ir advirtiendo modificaciones. “El tiempo y las necesidades pastorales exigirán, sin duda, que se realicen los reajustes necesarios”.
El prelado insistió en que su tarea pastoral estará marcada por la “sinodalidad”, es decir, un trabajo de equipo. “Quiero compartir esta responsabilidad con todo Santo Pueblo de Dios; el presbiterio, los religiosos y religiosas y los laicos”, recalcó.