La asociación cultural Ubuntu denuncia que el Ayuntamiento de Roales del Pan está impidiendo la creación de esta asociación en el pueblo. La organización asegura que el Consistorio está "haciendo oídos sordos" a distintas cuestiones planteadas por los vecinos del pueblo con el propósito de crear una asociación cultural.
Asegutan no entender que, después de más de dos meses y múltiples escritos pidiendo una reunión con la Corporación Municipal, no haya habido ninguna respuesta, "solo el más absoluto silencio e indiferencia". Esta es la queja del grupo de vecinos que en Roales del Pan tratan de crear dicha asociación. Cuando empezaron con el proyecto, le comunicaron sus intenciones al Ayuntamiento, lo que querían hacer y para qué, y que cuando los trámites estuvieran más avanzados, solicitarían una reunión para informarles de todo y comentar algunos temas en los que el Consistorio tiene mucho que ver. "Pero no solo no han tenido ninguna respuesta, ni para reunirse ni para el uso del Salón Municipal". La primera vez que fueron a pedirlo, no llegaron a cursar instancia, dado que un empleado del Ayuntamiento les dijo que "no lo estaban dejando y que lo tendría que preguntar" al alcalde, David García. La respuesta fue, primero por Whats App y luego a través de una llamada telefónica por parte del mismo empleado comunicando que el alcalde había dicho “que por protocolo Covid no se permiten reuniones”. Esa respuesta no fue aceptada por los vecinos, ya que estudiado el protocolo Covid de la Junta de Castilla y León, la actividad para la que lo solicitaban se ajustaba más que de sobra a dicho protocolo en ese momento. La indignación fue mayor teniendo en cuenta que una semana antes, en ese mismo salón, "sí se pudo realizar otra reunión, esta vez de miembros de la Corporación Municipal con otros políticos y con bastantes más personas que los hasta un máximo de siete que eran los solicitantes; dejando claro que si se podían llevar a cabo reuniones, y en caso contrario como es el de este grupo de vecinos, que pasa ¿qué el protocolo Covid no es igual para todos?", denuncian.
De cualquier forma, se han seguido registrando peticiones para reunirse y solicitar el Salón obteniendo la misma respuesta, "silencio". Aún así, este grupo de vecinos ha decidido que la asociación ha de seguir adelante, "y buscarán ayuda donde sea necesario". Los Estatutos está listos, el acta fundacional se oficializará en breves días, temas como el de los seguros y gestoría ya están en marcha, se está creando la página web, están pendientes de unos retoques al logotipo que está realizando un vecino de forma altruista y desinteresada, hasta tienen ya comprados los libros; solo les falta la dirección para ubicar la asociación, y puesto que en el pueblo hay locales perfectos para la sede, que a mayores están en desuso, consideran justo que les dejen alguno.
Para esta petición, se amparan en la Ley Orgánica 1/2002 de 22 de Marzo, reguladora del Derecho de asociación, concretamente en dos artículos: - Artículo 4, apartado 1: “Los poderes públicos, en el ámbito de sus respectivas competencias, fomentarán la constitución y el desarrollo de las asociaciones que realicen actividades de interés general” - Artículo 31, apartado 1: “Las Administraciones públicas, en el ámbito de sus respectivas competencias, promoverán y facilitarán el desarrollo de las asociaciones y federaciones, confederaciones y uniones que persigan finalidades de interés general, respetando siempre la libertad y autonomía frente a los poderes públicos. Asimismo, las Administraciones públicas ofrecerán la colaboración necesaria a las personas que pretendan emprender cualquier proyecto asociativo”.
Consideran "justa y legítima" esta petición, más teniendo en cuenta que hay otras asociaciones distintas en el pueblo "que tampoco cuentan con un espacio en condiciones, pudiendo compartir la misma sede y aunando esfuerzos para lograr más objetivos, cada una en su ámbito, pero ayudándose entre todas".