Desde el jueves y hasta el pasado domingo, Zamora celebraba su primer mercado romano en la ciudad. Sesenta puestos de artesanía, comestibles, juguetes o tabernas se instalaban en parte del casco antiguo, como se suele hacer con el tradicional mercado medieval. Una actividad que parece no haber gustado demasiado a Vox Zamora, el cual ha mostrado su malestar por un supuesto incumplimiento de la normativa sanitaria y el posible trastorno económico que podría haber causado en los negocios de la ciudad este fin de semana.
La formación de Santiago Abascal ha solicitado al Ayuntamiento un balance económico de la misma, para conocer "lo recaudado en el Ayuntamiento por la ocupación de espacio público por los feriantes y por otra parte los gastos extraordinarios que se han tenido que realizar. Un Ayuntamiento bien gestionado y transparente como Guarido presume que es el suyo no debería tener dificultar en ofrecer estos datos en pocos días o semanas. La oposición municipal, si es que existe, podría interesarse por estos datos", retan al Consistorio.
También insta a la Concejalía de Comercio y Turismo a que informe "sobre el número de feriantes, así como la procedencia de los mismos, a la vez que sería interesante, aunque es más difícil de valorar, si este tipo de eventos genera un incremento o disminución" de las ventas del comercio y hostelería de Zamora. Pese a esta petición aseguran que Vox "no es partidario del localismo y la autarquía, pero debe conocerse el efecto de lo extraordinario sobre lo ordinario, para ser justos y no perjudicar la actividad económica de unos u otros". Vox piensa que "el comercio libre y en justa competencia es un pilar fundamental de la economía que además beneficia también al consumidor, que tiene más oferta para elegir".
Además, la formación asegura haber observado que "por parte de algunos feriantes unas medidas higiénicas y sanitarias que sin duda han sido menos rigurosas que las que se exigen por las autoridades de modo normal al resto de la hostelería. Sin discutir o no si se ajustan a la normativa vigente y aceptando la singularidad de la actividad de la hostelería y comercio ambulantes, no podemos dejar de preocuparnos al ver expositores de alimentos abiertos al público como se ha observado, así como una mayor aglomeración de personas en ocasiones de lo que parece conveniente en medio de la pandemia ocasionada por el virus nacido en la China comunista. Y más cuando la hostelería sufre restricciones de aforo que dificultan su actividad".