Esta reserva natural tiene una superficie de 32.682 hectáreas y abarca once pueblos de la comarca de Tierra de Campos. Un oasis acuático con miles y miles de aves censadas en medio de los mantos de cereal de este territorio zamorano. Y es que, en ella, se concentran casi el 50% de todas las aves acuáticas censadas en Castilla y León. Un paraíso para los amantes del avistamiento de fauna, donde pervive una de las mayores poblaciones de avutarda de todo el planeta.
Este tesoro natural cuenta con ocho miradores en el Parque de Fauna, donde deleitarse con la inmensa cantidad de aves migratorias que paran en este humedal zamorano. El cernícalo, el aguilucho cenizo, el sisón, la ortega, la cigüeñuela, la avoceta, el aguilucho lagunero, la pagaza piconegra, la avefría, el azulón, el zampullín, la cigüeña blanca, el pato cuchara, el chorlitejo chico, la grulla, el ánade friso, la cerceta común o la espátula son algunas de las especies a observar a lo largo del año, en el kilómetro y medio, que está rodeado por un sendero donde se disponen varios observatorios. Desde estos observadores pueden admirarse las aves a muy poca distancia para facilitar su reconocimiento y así ser c catalogadas y disfrutar viéndolas en libertad, aunque se recomienda llevar prismáticos, porque están a bastante más distancia que en el Parque de Fauna.