La Dióceis de Zamora presentaba esta mañana sus cuentas generales de 2021 y ha alertado de un déficit estructural con respecto a los gastos de sus parroquias de medio millón de euros. En concreto, las 304 parroquias de la provincia han tenido unos ingresos por valor de 1.630.000 euros frente a 2.119.000 euros en gastos. A esto se suma un déficit estructural en torno a 600.000 euros del propio Seminario de San Atilano en Zamora capital. Una circunstancia que ha obligado a la Iglesia de Zamora a vender parte de su patrimonio y cuyo siguiente paso es iniciar un plan de sostenibilidad, que gestionará una empresa externa.
El vicario general de la Dióceis de Zamora, César Salvador, ha relatado la economía de la institución religiosa en la provincia, para poner de manifiesto la situación deficitaria de la misma, especialmente afectada por la pandemia sanitaria del COVID, tras la supresión de los eventos religiosos como la toma de sacramentos (bodas, bautizos, confirmaciones y comuniones), reducciones de aforo y otras celebraciones religiosas, que solían aportar una inyección de capital a las arcas de la Iglesia zamorana.
Sobre esta problemática, el obispo de Zamora, Fernando Varela, ha manifestado su "preocupación" por la economía de la Diócesis de Zamora. Varela ha relatado que, hasta ahora, la Iglesia había "ido salvando estas realidades" vendiendo patrimonio, pero que en la actualidad "solo nos queda el patrimonio que utiliza", por lo que eta solución queda agotada. Por ello, la Diócesis acudirá a una empresa externa para que cree un plan de sostenibilidad para indicarles "cómo tenemos que funcionar con los ingresos y gastos que tenemos. El obispo de Zamora ha remarcado que el patrimonio de la Iglesia "tiene cada vez más gastos porque hay que sostenerlo, mantenerlo y su apertura exige un esfuerzo".
Las cuentas de la Iglesia de Zamora
El vicario general de la Dióceis de Zamora ha detallado que la Diócesis de Zamora cuenta con 5.513.000 millones de presupuesto total, de los cuales 1.940.000 proceden de la asignación tributaria de la X que los ciudadanos marcan su Declaración de la Renta. Esto supone para la Dióceis el 36% de sus ingresos. Tras esto, la segunda mayor aportación para las arcas religiosas son las aportaciones de los propios fieles en colectas, suscripciones, cuotas periódicas, legados o herencias. En total, 300.000 euros, que se han duplicado respecto a años anteriores y que van en la senda de la autofinanciación que busca la Iglesia Católica.
En tercer lugar se encuentran las subvenciones públicas que la Iglesia zamorana recibe de la Junta de Castilla y León, la Diputación Provincial, los ayuntamientos y otras entidades públicas. Un total de 284.000 euros en convenios institucionales, fundamentalmente destinados a la apertura de templos al turismo. La Diócesis de Zamora dedica estas partidas a la conservación de las obras de arte y el mantenimiento de los templos zamoranos, de los cuales, 45 son de Bien de Interés Cultural.
Y aquí viene la contrapartida. La Dióceis de Zamora tiene su mayor capitulo de gastos precisamente en el sostenimiento de estos templos y en su mejora. La Iglesia de Zamora tiene 21 templos abiertos al público, con 21 trabajadores en nómina, que suponen el 20% del total de gasto de sus cuentas anuales. La Dióceis dedica un millón de euros anuales a tal fin.
Por otro lado, la retribución de los 129 sacerdotes y religiosos que conforman la Iglesia zamorana son el segundo mayor gasto para esta. Un total de 900.000 euros, el 17% del total, en concepto de su trabajo diario. César Salvador ha destacado que muchos de estos religiosos están jubilados civilmente, pero continúan trabajando y dedicando su vida a la Iglesia, "por lo que cobran una retribución".
Finalmente, la Dióceis de Zamora dedica 750.000 euros a los sueldos y el pago de la Seguridad Social de sus trabajadores laicos. Empleados que realizan tareas de administración, secretaría, conserjería, limpieza o archivo, y que han ido en aumento durante los últimos años. El vicario general de la Dióceis de Zamora destacaba que, a lo largo de la pandemia, "podemos presumir de no haber despedido a ninguno de ellos".