Luis Alberto Lera se ha convertido en la segunda estrella Michelín de la provincia de Zamora. Su restaurante Lera brilla desde anoche en el firmamento de las grandes cocinas de España y Portugal. Un premio esperado, deseado y merecido que, ayer, se llevaba la mayor ovación de la noche.
El chef zamorano ha querido mostrar su agradecimiento y emoción por "tanto cariño recibido" tras ser galardonado por la guía Michelín. Además, el cocinero terracampino ha aprovechado para hacer una firme declaración de intenciones de que su restaurante en Castroverde de Campos seguirá "siempre fieles a nosotros mismos y siempre tratando de mejorar". El chef también ha tenido palabras de agradecimiento a su equipo "que se supera cada día, que se adapta a un entorno duro y apuesta por él".
Pero su mensaje más entrañable ha ido dedicado a los dos mujeres de su vida: "A mi madre por no desfallecer a pesar de todo y a Natalia por su fuerza y su valor". Si bien no ha hecho mención a su padre, Cecilio Lera, regente del Mesón Labrador y donde Luis Alberto inició sus andanzas en la cocina.
Cabe recordar que aparte de su estrella Michelín, también conseguía una estrella verde, por su compromiso con la sostenibilidad en el campo gastronómico; y que solo se repartía entre ocho restaurantes españoles, entre los que está el de Castroverde de Campos.
"La estrella Michelín sitúa a Castroverde de Campos en el mapa"
Por otro lado, Luis Alberto Lera también ha manifestado en declaraciones a Ical, que contar desde anoche con una estrella Michelin “viene muy bien porque sitúa en el mapa a una localidad como Castroverde de Campos”. También confesaba “no haber buscado reconocimientos ni premios”, ya que su objetivo “siempre fue tener un restaurante singular, con una forma diferente de trabajar”.
Por otra parte, Lera ha valorado el hecho de que “haya muy pocos gremios en los que se vea tanto cariño y admiración de unos profesionales a otros” y mencionó de forma expresa al restaurante El Ermitaño, de Benavente, que renovó ayer su estrella Michelin. “El Ermitaño nos da la vida al estar ahí, a 30 kilómetros. Todo el equipo lo percibimos a diario. No notamos competencia, sino complicidad. Pedro y Óscar son casi familia desde hace mucho tiempo. Ojalá hubiera muchos más restaurantes reconocidos porque los hay magníficos, que lo merecen”, subrayaba.