En 2019 los votantes zamoranos enviaron, como se suele decir, al rincón de pensar al PSOE de la capital. La formación municipal pasaba de cinco concejales a tres, y Antidio Fagúndez e Iñaki Gómez abandonaban el proyecto; dejando al frente a Auxi Fernández, Irene Queipo y David Gago. Una vez sacudidas las culpas y lamidas las heridas, este último tomaba la portavocía del grupo municipal del PSOE en la capital e iniciaba, junto a sus compañeras, una oposición completamente renovada.
Hoy, tres años después y con una pandemia sanitaria mundial, este profesor de Geografía e Historia en el IES Tierra de Campos de Villalpando, hace balance de lo vivido y lo que queda por vivir para EL ESPAÑOL Noticias de Castilla y León, y dejando claro que su máxima en política es "aportar ideas y construir en una ciudad que está aletargada".
Pregunta.- ¿Cómo ha sido este último año de rara normalidad para el PSOE municipal de Zamora?
Respuesta.- Han sido un par de años muy anómalos a cuenta de la crisis del coronavirus. A partir de ahí, desde el PSOE estamos centrados en la misma línea que desde el primer día, planteando cuestiones y opciones para mejorar la ciudad. En una oposición que nos caracteriza, que es constructiva, analiza los problemas de la ciudad y propone soluciones.
P.- ¿Y que concluyen con estos análisis?
R.- Nos estamos dando cuenta de que el Ayuntamiento de Zamora está en un punto muerto. No está retrocediendo, pero tampoco avanzando. Nosotros entendemos que hay que meter ya la primera y solucionar los problemas que están enquistados en la ciudad. Empezamos a tener la sensación de que hay una falta frescura y de ideas en el equipo de gobierno, por eso estamos constantemente planteando ideas que sean innovadoras, para sacar a la ciudad de ese letargo. Necesitamos descongestionar los contratos y, aunque algunos no nos gusten los términos en los que se realizan, sí nos gustaría ver inversiones de calado.
P.- ¿Hablamos del Parque de Bomberos o del Banco de España?
R.- Sí, estamos cansados de ver que se presupuestan una y otra vez; pero a mayores queremos ver nuevas ideas que configuren el Zamora del mañana.
P.- Pero sí han salido adelante el contrato de limpieza viaria y basuras; y el de parques y jardines.
R.- Es cierto, pero no nos ha gustado la oferta del contrato de basuras por el precio. Creemos que es demasiado justa, si bien está dentro de la legalidad, entendemos que tenían que haber sido más cautos y precavidos con la empresa. Esto ya ha ocurrido en otros ayuntamientos, como el de Burgos, que tuvo problemas precisamente con esta empresa que estaba en proceso de venta cuando aceptó el contrato.
Y sobre parques y jardines consideramos que se mantienen los vicios heredados del Partido Popular, con condiciones precarias a los trabajadores, jornadas parciales y temporales y, en algunos casos, nóminas de 220 euros.
P.- Aunque se anunció como un contrato que mejoraba las condiciones laborales de los trabajadores.
R.- Se han añadido seis o siete puestos más de trabajo, pero se mantienen los puestos parciales y temporales, inferiores a la media jornada y temporales por seis meses. No es un contrato que sea bueno para los trabajadores. No se hizo con el mimo que el contrato de basuras, donde sí se contó con la oposición y los sindicatos. Además, este contrato no recoge un apartado específico para el bosque de Valorio, con una plantilla específica para esta zona, que es nuestro pulmón verde y todos lo hemos vivido desde niños. No se puede estar al margen de eso, y aunque aseguran que tienen una cuadrilla específica anti-incendios en la zona, no se ha hecho una gestión dirigente del mismo. Aún así, entendemos que a Zamora le hace falta sacar el contrato adelante porque la situación de los parques no es la mejor.
P.- ¿El afán ahorrador del equipo de gobierno pesa a la hora de sacar los proyectos?
R.- Entendemos que es una cuestión de mercado. Tú licitas la obra y las empresas deciden si les interesa el precio o no. Sobre el Banco de España, por ejemplo, poco más hay que señalar. Algo no está bien y se tiene que analizar en profundidad. Con el contrato de basuras pedimos a la mesa de contratación documentación extra por esas grandes rebajas de casi tres millones de euros, y ahora solo esperamos que no nos traigan problemas. Porque hay que ofrecer un planteamiento a futuro y estos contratos son para muchos años, que deberían de salir del diálogo con los partidos de la oposición y los sindicatos; y teniendo en cuenta que en el futuro serán otros quienes los tengan que administrar.
P.- Habla de un letargo en la ciudad, ¿está el equipo de gobierno de Izquierda Unida en un punto muerto?
R.- Sí creemos que hay una falta total de frescura e ideas. Y tienen un problema a la hora de escuchar propuestas e ideas. El PSOE está proponiendo debates, que al final provocan que se pongan en la mesa y tengan que tenerlos en cuenta. Nosotros creamos la iniciativa ¡No seas pintamonas!, por el evidente problema que existe en todos los barrios con las pintadas y firmas que ensucian las paredes. Les planteamos hacer un mapa recogiendo las pintadas, ver lo que están haciendo otras ciudades y hacer un plan inmediato y urgente de limpieza. Además, creemos que es necesario adaptar la ordenanza para que se incluya la limpieza en fachadas privadas que tengan relevancia a nivel histórico, patrimonial o cultural. Y lo mismo con las sanciones. Necesitamos que sean proporcionales al daño que se haga patrimonialmente hablando.
P.- También plantearon una campaña de concienciación y vigilancia mediante cámaras, que resulta un poco polémico.
R.- Como profesor me niego a renunciar a que la educación no sea vehicular para que se erradiquen las pintadas. La gente necesita saber el daño que le hace a la ciudad cuando comete estos actos. Hace tres años se hizo un programa de concienciación (No pintan nada) y creo que hizo mucho bien, porque los jóvenes aprendieron que estaban haciendo daño a su ciudad.
Sobre el plan de vigilancia y control, creemos que es necesario un refuerzo de la vigilancia de la Policía Municipal, quizás teniendo una patrulla concreta para los puntos más delicados y afectados. Y sí, también consideramos necesario que se coloquen cámaras en las zonas más delicadas. No queremos convertir el casco histórico en un Gran Hermano, pero necesitamos urgentemente una vigilancia eficaz en estos puntos. Creemos que la suma de todas estas propuestas sí funcionarían, y esto es parte del trabajo de la oposición, para que Zamora avance.
P.- Se nota que quiere desvincularse de la oposición de crítica constante del PP o Ciudadanos.
R.- Los vecinos de Zamora saben lo que hacen otros partidos y lo que hacemos nosotros. Los tres concejales del PSOE nos dedicamos a hacer oposición constructiva, nos hagan o no nos hagan caso. Pero no se puede criticar sin aportar. El PSOE es el único partido que ha presentado propuestas en los presupuestos de 2021 y 2022. Todas ellas trabajadas con los colectivos vecinales y debatidas con los sindicatos.
Todos estamos mostrando nuestras cartas y los zamoranos saben que el PSOE está haciendo propuestas desde el trabajo de calle, con humildad y positivas. Y el equipo de gobierno también lo sabe. El movimiento se demuestra andando y se puede hacer una oposición constructiva, y tengo claro que aplicar sistemáticamente la mayoría absoluta no es bueno para la ciudad.
P.- ¿Sienten que el equipo de gobierno no les escucha al tener mayoría absoluta?
R.- A veces sí. Es una pena porque creemos que del debate pueden salir ideas enriquecedoras. Nuestras propuestas no son tonterías, son ideas recogidas a pie de calle y que nacen fruto de las necesidades de los vecinos. Por ejemplo, hemos solicitado que se haga algo de una vez con los colectores de Obispo Nieto y Peña Trevinca, cuyo olor resulta insoportable para los vecinos de la zona. Igual que con el nombramiento de Zamora como Patrimonio de la Humanidad. El PSOE propuso tanto en las Cortes de Castilla y León como en el Ayuntamiento que se incluyeran partidas fuertes para este fin. Porque a cuenta de un par de charlas, no vamos a conseguir que la Unesco nos acepte. El patrimonio es una de las cuestiones que más importa a la hora de despegar económicamente el turismo de Zamora y con charletas con mucho político y poco vecino, no va a tomar la fuerza que debería.
P.- Entonces, ¿ha ido viendo el cambio desde la entrada de IU al Ayuntamiento?
R.- Yo solo puedo opinar de lo que he visto en los últimos tiempos. A veces las mayorías absolutas llevan a cierta relajación y a no ser capaces de sacar a la ciudad de su punto muerto, porque no les es necesario negociar, hacen los debates con menos ímpetu... Es un problema que Izquierda Unida criticaba al Partido Popular con Rosa Valdeón y ahora ellos están tomando la misma postura. Creo que tenemos que recordarles que la ciudad se tiene que hacer entre todos y no solo con su criterio. Y un ejemplo de ello es el Plan de Movilidad. Nosotros lo apoyamos, pero cuando supimos la reordenación de plazas de la ORA que iban a realizar sin consultar con nadie y enfrentándose a toda la ciudad, retiramos nuestro apoyo. Entendíamos que 120 aparcamientos de zona azul no podían desaparecer así sin más, pero creemos que no se podía tomar una decisión así sin consultar con nadie y sin informar a los vecinos de Tres Cruces y Pantoja. Incluso en ese momento planteamos revisar la normativa urbanística y dar un uso diferente a los solares abandonados, con el objetivo de que fueran zonas de aparcamiento, y así que fuera más fácil esa reordenación de plazas.
P.- Echando la vista al pasado, ¿el batacazo del PSOE en 2019 ha sido lo que obligó a este cambio radical de postura política?
R.- En 2019 comenzamos un proyecto de cero entendiendo cuál era el mensaje que nos habían lanzado los ciudadanos. Auxi, Irene y yo somos concejales que hablamos y debatimos mucho entre nosotros y, a partir de ahí, decidimos que la línea que necesitaba el Ayuntamiento y Zamora era constructiva y que aportara. No sirve de nada hacer oposición para destruir. Estamos aquí para hacer una permanente supervisión de las acciones de gobierno, pero también para aportar propuestas e ideas.
Cada uno tenemos nuestro trabajo, yo de vocación no soy político y no tengo ninguna pretensión. Los tres tenemos claro que es una oportunidad de cambiar las cosas con una buena oposición. Lo tenemos fácil porque los tres compartimos estos valores, de gente trabajadora apegada a la calle.
P.- ¿Pero la pérdida de dos concejales les hizo cerrar ciclo de Antidio Fagúndez?
R.- El ciclo lo cerraron los ciudadanos dando la mayoría absoluta a Izquierda Unida y nosotros nos dijeron que repensáramos nuestra forma de hacer política desde la oposición. No obstante, nos votaron casi 4.000 zamoranos y nuestra razón de ser va en la línea de plantear algo constructivo al máximo. Acudimos a muchos barrios y notamos que somos útiles para los intereses de la ciudad.
P.- ¿Y que va a ocurrir en las elecciones municipales de 2023? ¿Se presentará como cabeza de lista?
R.- Por ahora mi idea es seguir trabajando. Es muy pronto y queda mucho tiempo para pensar en las elecciones municipales. Estoy completamente volcado en hacer el trabajo que nos han encomendado los ciudadanos y que termina en mayo de 2023. Hasta entonces, haremos una oposición constructiva y seria. No es el momento de pensar en eso y tampoco me preocupa. Yo soy docente de vocación y político puntual, lo cual me lleva a estar muy tranquilo, porque evidentemente no se va todo mi futuro en ello.
P.- ¿Piensa en los rivales políticos que tendrá? ¿Cree que Guarido repetirá o que su figura está desgastada?
R.- Yo lo que veo es una falta de frescura e ideas. Tienen concejales muy jóvenes pero con muy pocas ideas novedosas, y se apropian de las nuestras. Es el ejemplo de los bonos al comercio. Esa idea es nuestra, que creamos buscando alternativas y opciones para mejorar la economía local; y la primera vez que lo planteamos se hizo una mofa pública. Y digo lo mismo con la celebración del 950 aniversario del Cerco de Zamora. Hace un año que lo planteamos, en agosto, y ahora hay una partida en los Presupuestos 2022. No me quiero poner agorero, pero es que no avanzan.
P.- Pero sí han renovado los grandes contratos caducados en la ciudad.
R.- Sacar los grandes contratos es lo ordinario que tiene que hacer un equipo de gobierno. No es la gran cosa. Todos los ayuntamientos lo hacen. Lo que sí deberían de solucionar son cuestiones como la Escuela Municipal de Música, con un contrato caducado desde 2005, que tiene en vilo a los trabajadores y que otros ayuntamientos sí solucionan. Por ejemplo, Tordesillas (Valladolid) o Veguellina de Órbigo (León) tienen proyectos muy interesantes con ellas y con calidad laboral para los docentes. Pero en Zamora tiene una escuela muy importante con 700 alumnos sin renovar y en muy malas condiciones.
P.- ¿Y que opinión le merece el Caso Raga? ¿Tiene mérito o no?
R.- Hemos reflexionado y hecho mucho análisis de sobre cuál es la base del problema. Creemos que es un problema de control del dinero público y eso nos lleva a hilar con las advertencias financieras que desde la propia Intervención ya se habían avisado. Necesitamos un control analítico del dinero público, de donde viene y adonde se va. Se lleva advirtiendo desde hace muchos años. No hay control de las subvenciones nominativas, no se hacen auditorías, y es la opinión de la viceinterventora. Si implantáramos los controles de contabilidad que se plantean desde Intervención, a lo mejor, podríamos evitar casos como este o como el de Zamora Limpia, que también tiene pinta de que se va a convertir en un culebrón. No obstante, desde el PSOE le brindamos el máximo apoyo al equipo de gobierno por dar luz a estas cuestiones y que persigan a quienes han metido la mano en la cazuela.
P.- ¿Echan en falta, como otras formaciones, que los grupos de la oposición estuvieran previamente informados del tema?
R.- Sí es cierto que a veces tienen poca transparencia. Pero lo que no queremos es que casos tan importantes como este desvíen en el procedimiento y no se centren en el fondo, que es mejorar el control financiero. Pero sí creemos que el equipo de gobierno debe mejorar en lo que se respecta al diálogo y la transparencia, que bien sufrimos los concejales.