Liliia está con el corazón en un puño y "sin dejar de rezar". La profesora de yoga vive en Zamora desde hace nueve años, pero estos días todo su ser se encuentra en su país, Ucrania. Desde que comenzaran los bombardeos y la invasión por parte de Rusia, asegura que "estoy pasando los peores momentos de mi vida".
Sus padres y amigos viven en Mykolaiv, una ciudad de 486.000 habitantes al sur de Ucrania. Una zona que Liliia relata que es "estratégica" y que el ejército ruso quiere aprovechar para entrar por ella, ya que cuenta con puerto y varias bases militares. Y es que el distrito al que pertenece esta ciudad ya ha sido atacado, y las autoridades españolas hablan de varios heridos en la zona. Esta zona se encuentra a menos de una hora de coche de Kherson, donde el ejército de Vladímir Putin ya ha bombardeado varias zonas. También tiene muy cerca Odessa, igualmente atacada por el ejército ruso; y justo debajo está la Península de Crimea, en el mar Negro, y que se encuentra anexionado por Rusia desde 2014.
Una situación muy peligrosa para todos los que allí habitan y que mantiene en vilo a sus seres queridos que están lejos. Liliia está en contacto "todo el tiempo" con sus amigos y familia, y confiesa que sus padres no quieren irse: "Me han dicho que es su casa y su tierra, que es todo lo que tienen". Así que, por ahora, han tomado la decisión de refugiarse en su sótano, a la espera de los que pueda ir ocurriendo. Y no son los únicos. Lillia relata que "la gente más humilde se está quedando en el país". No todo el mundo tiene la oportunidad de irse de Ucrania. "Todo lo que tienen son sus casas y su tierra; son ellos los que están luchando por el país", añade la profesora de yoga.
Muy afectada por la invasión rusa a su país, la profesora de yoga nota el abandono de la comunidad internacional: "Mi pueblo se siente solo ante la invasión, todas las sanciones que han prometido y no han hecho nada". Liliia cree que priman más los intereses políticos que la seguridad de la población ucraniana. Por ello apela a que se pueda llegar a algún acuerdo "para no sacrificar más vidas, no quiero que muera mi pueblo".