¡Ay, los gatos! Reyes indiscutibles de Internet, fabricas inacabables de pelo, fusión entre ronroneos y mordiscos, cuando un minino entra en tu vida y en tu casa nada volverá a ser como antes (que decía El Canto del Loco). Siendo serios, tener una mascota a tu cargo es una responsabilidad importante. Ese peludo que metes en tu casa depende de ti para sobrevivir, y recuerda que has sido tú quien ha elegido tenerlo como compañero y no él a ti, así que hay que ser consecuentes. Tener un gato supone un desembolso de dinero desde el primer día que llega a tus manos hasta el día que se van y debemos ser muy conscientes de ello. No vamos a entrar en lo mimados que cada padre/madre felino queramos tener a nuestros gatos, pero sí hay unos cuidados y responsabilidades mínimas de las que no te puedes librar.
Todo comienza en la forma en la que llegan a tu vida. Como todos sabemos hay razas muy específicas de felinos cuyos precios rondan entre los 400 y hasta los 1.000 euros. Abisinios, angora, azul ruso, bengala, birmano o sphynx son las razas más cotizadas. Concretamente en Zamora no existen criaderos oficiales de este tipo de razas, si bien contamos con varias opciones para la segunda vía: la adopción. Asociaciones como Scooby Zamora (encargada de la perrera municipal de la capital), Animales Abandonados en Toro (también responsable de la perrera toresana), o Adopta DAZ, se encargan de gestionar estas adopciones y cuentan con multitud de felinos deseosos de encontrar un hogar. Estos animales se entregan siempre desparasitados, con las vacunas al día hasta su edad recomendada y esterilizados de haber sido ya posible. Todo esto tiene un coste que asumen estas organizaciones previamente, por lo que la adopción gatuna supone un coste de unos 100 euros aproximadamente. Normalmente, estas asociaciones suelen valorar el entorno y el adoptante para encontrar, en cada caso, la persona idónea a cada animal.
Y la tercera vía es que te lo encuentres o alguien te lo dé sin más. Desgraciadamente, los gatos sufren abandonos casi a diario. Camadas de gatitos que dejan en el campo, en contenedores, en la carretera o que, simplemente, han nacido ya en la calle. O puede ocurrir que alguien (conocido o no) tenga una gata que acabe de parir y necesite buscar un nuevo hogar para su camada. Ese fue mi caso personal. Dos gatos han pasado por mi vida: Potter y Loki. El primero llegó de una preciosa gata coresana y él fue uno entre un millón: el único de la camada negro azabache y con el pelo inmensamente largo. Y el segundo fue un chico afortunado, que llegó cuando más falta hacía y estaba destinado a sobrevivir. Unos amables vecinos de La Hiniesta distinguieron al pequeño y grisáceo Loki en plena carretera una noche de junio, cuando él apenas contaba un mes y medio. Y él, en lugar de huir cuando esta pareja paró el coche, fue alegremente hasta ellos. Quería una familia y parecía saber que yo acababa de perder a Potter tras solo cuatro años conmigo. Un anuncio en Facebook llegó a mi teléfono y el resto son mordiscos e historia. En este caso las redes sociales suelen ser el mejor aliado. A través de Facebook, Twitter e Instagram, muchas personas buscan un hogar para pequeños cachorros, animales encontrados en la calle o mascotas de las que ya no pueden hacerse cargo.
Por otro lado, sobre el pago o no por animales que se anuncian en Internet de particulares, cabe recordar que la Ley de Protección de Animales de Castilla y León no permite la comercialización de animales sin las pertinentes licencias y permisos para ello. Ya en 2013, la Junta de Castilla y León sancionaba a un particular de León por una venta de este tipo con 3.000 euros de multa. Además, la nueva Ley de Bienestar y Protección Animal, recientemente aprobada por el Congreso de los Diputados, suma que la cría de animales solo podrá llevarse a cabo por criadores autorizados, en ningún caso por particulares y además deberán figurar en varios registros. Por lo que lo aconsejable en estos casos es solo fiarse de anuncios de criadores profesionales con todos los permisos legales pertinentes.
El veterinario: una figura imprescindible
En el momento que el gato ya está bajo tu responsabilidad, la primera visita al veterinario es fundamental. En Zamora existen unos excelentes profesionales veterinarios y multitud de clínicas para elegir. Los precios en la mayoría de ellas son similares y una consulta suele rondar los 15-25 euros. Cuando se acude a esta primera visita con un gato cachorro, el veterinario comprobará que el pequeño no tiene parásitos, que sus órganos vitales están correctamente (corazón y pulmones) y hará un reconocimiento de sus ojos, oídos y temperatura. De necesitar desparasitar al animal, un antiparasitario externo tiene un coste medio de 4 euros; mientras que el interno ronda entre los 10-12 euros.
Tras esta primera toma de contacto, los felinos necesitan recibir la conocida como vacuna trivalente. Esta inmuniza al gato frente a la panleucopenia, la rinotraqueítis y el calicivirus. Se suele administrar sobre la octava semana de vida del gatito y necesita un recuerdo a tres o cuatro semanas después de la primera dosis. Esta tiene un coste de 20 euros en cada dosis: 40 en total. Tras esto, a la semana nueve de vida, es necesario realizar al cachorro el test de leucemia felina (45 euros). Una enfermedad sin cura y que causa tumores, trastornos en la formación de los glóbulos y una grave depresión del sistema inmunitario. De ser resultado negativo, se procedería a la vacunación contra la leucemia; después de eso se pondrá un recuerdo a las 3 o 4 semanas y posteriormente una revacunación anual bajo consejo veterinario (25 euros cada dosis).
Si todo va como es debido y tu gato no tiene ningún problema adicional de salud, la próxima visita al veterinario no debería llegar hasta el momento de su castración. Por supuesto, la esterilización animal es una decisión personal de cada dueño, pero está bien conocer que su aplicación reduce que orinen o marquen con sus garras donde no deben y presente otros comportamientos territoriales, como que pelearse con otros gatos. Además, reduce la tendencia a vagar lejos de casa, elimina el riesgo de sufrir enfermedades relacionadas con los testículos, ovarios y útero, reduce el riesgo de sufrir enfermedades inducidas por la testosterona; y acaba con la frustración sexual, para aquellos gatos que van a vivir en un domicilio sin posibilidad de reproducirse. En el caso de las hembras evita el riesgo de embarazos no deseados y la responsabilidad de hacerse cargo de una camada. En este caso, el precio de la esterilización de machos ronda los 90 euros, mientras que las hembras sube al doble.
Los veterinarios aconsejan castrar a los gatos sobre los seis meses, antes de su maduración sexual, y se puede aprovechar que el animal está anestesiado para ponerle su microchip (35 euros). A diferencia de los perros, en Castilla y León no es obligatorio que los gatos tengan un chip de identificación y que esté registrado en el Siacyl. Si bien es cierto que las redes sociales y los carteles por las calles nos demuestran que se pasa muy mal rato cuando un gato se escapa o se pierde de casa. Un chip no funciona como GPS, pero si nuestra mascota lo lleva y es encontrado por la Policía Nacional o Municipal, Guardia Civil o los responsables de la perrera municipal, ellos cuentan con un lector que podrá identificarnos como dueños del animal, con nuestra dirección y teléfono. Igualmente existen collares con sistema GPS (unos 50 euros) y que necesitan de un sistema de localización continuo cuyo coste anual ronda de los 70 euros en adelante.
Todos queremos que a nuestros gatos nunca les pase nada malo. Pero, al igual que las personas, estos pueden enfermar o tener un accidente y ellos no tienen una sanidad pública. De ser necesaria una hospitalización, el precio comienza desde los 60 euros por noche, que serán más de 100 con observación, aproximadamente. Además, una consulta de urgencia ronda los 60 euros, las radiografías en torno a los 50 euros y cada medicación inyectable cuestan unos 10 euros por dosis. Por lo que, una vez más, es importante recordar que tener una mascota es una responsabilidad económica muy importante y que tener muy en cuenta antes de hacerse con un animal. Tener un gato supone un desembolso económico, con suerte, durante muchos años. Los gatos domésticos viven entre 12 a 18 años, y durante ese tiempo, pueden tener una vida muy plácida (que suele ser lo habitual) o surgirles problemas de salud. Y debemos estar preparados para todo. Cuando un animal se pone enfermo, los procesos no son como en las personas, que pueden explicar qué les ocurre. Los veterinarios, con gran destreza, tienen que utilizar todos sus conocimientos, pruebas diagnósticas y material a su alcance para descubrir qué le ocurre a cada mascota. Con enfermedades más habituales ese proceso no suele ser demasiado largo, pero con enfermedades raras (que también las tienen), puede llevar a tener que hacer pruebas y probar tratamientos.
Alimentación y cuidados
La alimentación es uno de los puntos clave en la salud de nuestros gatos. Al igual que para las personas, el pienso y comida húmeda que le demos a nuestras mascotas marca muchos factores vitales de su cuerpo y no todos necesitan el mismo. Lo aconsejable es que el gato vaya cambiado de alimentación según su momento vital. Actualmente la gama de opciones de piensos para felinos es muy variada y tiene opciones para todas las necesidades.
Cuando son cachorros (de seis semanas) y han podido destetarlos de la madre se puede comenzar con el pienso para gatitos. Suelen tener vitaminas para desarrollar mejor su sistema inmunitario, fortalecer su flora intestinal ahora que va a pasar a comer sólidos y favorecer un crecimiento saludable de huesos y músculos.
En tema de precios para nadie es un secreto que se pueden tomar dos caminos: los piensos de supermercado o los de veterinaria. En cualquier tienda de alimentación existen marcas que comercializan comida para animales a precios mucho más bajos que las marcas que son específicas de veterinaria. Un kilo y medio de marcas como Royal Canin, Pro-Plan de Purina, o Hill's rondan los 14-16 euros; mientras que las marcas propias de supermercado apenas alcanzan los cinco euros por el mismo peso. También existen marcas intermedias, de venta igualmente en los supermercados y en tiendas de animales, como toda la gama de Affinity u ONE de Purina, que mantienen un precio intermedio en torno a los 7 euros por kilo y medio de producto.
A medida que ya tengan que abandonar la comida de cachorros, el siguiente paso dependerá de la esterilización o no del animal. Para no esterilizados a partir de un año, los precios son muy similares a los piensos para gatitos bebes. Pero los gatos esterilizados necesitan comer pienso específico de su nueva condición, ya que tienden a aumentar de peso tras la castración. Al igual que con el de cachorros, todas las marcas (incluidas las de supermercado) tienen su gama de productos para gatos esterilizados. En el caso de las marcas blancas, los precios suben a 5 o 6 euros; y en las marcas principales de veterinaria (Hill's, Pro-Plan o Royal Canin) los precios igualmente rondan los mencionados antes de 14-16 euros.
Ahora bien, existen casos de gatos que, por diferentes motivos puedan necesitar una dieta veterinaria especial. Las marcas de piensos de veterinaria ofrecen productos para gatos con problemas renales, urinarios, que benefician la expulsión de bolas de pelo (muy importante en los gatos con pelo largo), sin cereales, hipoalergénicos (para gatos con problemas intestinales o muy sensibles a las alergias), con problemas de pelo, salud hepática o tiroidea, gatos estresados o para gatos de más de siete años. Opciones para cualquier situación sanitaria que pueda tener nuestro gato y de venta en la mayoría de las veterinarias de Zamora. Los precios suelen ser muy similares o, como mucho, cinco euros más caros que los precios de piensos para gatos esterilizados.
A la alimentación con pienso se suele complementar con comida húmeda. Paté, carne en salsa o con trocitos, que, además de ser una comida que vuelve locos a nuestros felinos, suele ayudar a, por ejemplo, enseñar a comer sólidos a los gatitos. Cuando nuestro cachorro comienza a comer sólidos, suele comenzar con este tipo de comida húmeda, que se mezcla con el pienso para que vaya acostumbrándose a masticar. Al igual que con el pienso, las marcas blancas de los supermercados ofrecen latas de este estilo por apenas 40-50 céntimos; mientras que las marcas de veterinaria pueden alcanzar los 2 o 3 euros, dependiendo del tipo que sea. Y es que también existe toda una gama para adaptarse a las condiciones de salud de cada gato: desde la deshidratación, recuperación de operaciones, esterilizados, hipoalergénicas, para bolas de pelo, etc.
Finalmente, sobre la alimentación está el asunto fundamental y vital de las bolas de pelo. En la naturaleza, los gatos se valen de la hierba para purgarse. Utilizan esto para arrastrar todo el pelo que tragan al acicalarse (y se acicalan mucho) y así evitar la formación de bolas de pelo, que pueden provocarles problemas muy serios de atascos en el intestino. Además, cuánto más largo sea el pelo del animal, mayor cuidado necesitará en ese sentido. Aquí el gran aliado será la hierba purgante o la malta en pasta.
La hierba purgante puede plantarse en una maceta en forma de semillas. Los precios van desde el euro de venta en el propio Leroy Merlin de la capital o unos 2 euros en supermercados como Mercadona o la tienda de animales Kiwoko. Con ella, tendrás que estar pendiente de su crecimiento, riego y mantenerlas en un lugar soleado. Al final será como cuidar una planta que se pueda tener por casa y, lo más importante, convencer a tu felino de que se la coma y la cantidad sea suficiente para surtir el efecto deseado.
La otra opción es la malta en pasta. Aquí sí que los precios vuelven a variar como en el pienso. Las marcas más eficaces son GimCat o Bayer, pero su precio supera los 8 euros por un tubo de 200 mg. Eso sí, generalmente, esta pasta dura bastantes meses, ya que debe aplicarse una vez a la semana en gatos de pelo corto o normal, y dos o tres o incluso más para gatos de pelo largo (angola o persa). Igualmente existen marcas más económicas como Trixie o Smilla, que por el mismo tamaño no llegan a los 6 euros.
Y para ir cerrando este completo manual de todo lo que necesitas tener y saber sobre la crianza de un gato en Zamora esta el mundo del arenero. Aquí se abre otro mundo de opciones y precios tanto para areneros como para arenas. La opción más modesta es una simple bandeja abierta y con fondo (5-6 euros), donde podrás echar el material absorbente y donde el gato entrará a hacer sus necesidades. Ten en cuenta que, en la naturaleza de los gatos está esconder sus heces y orines, por lo que tienden a cavar en la arena o aglomerante para luego taparlo. Una tarea en la que suelen esparcir el material a diestro y siniestro, por lo que es probable que con un arenero abierto, parte de ese material termine por el suelo.
La siguiente opción (y la más extendida) son los areneros cerrados, que van de los 15 a más de 30 euros, dependiendo calidades, filtros antiolor o tamaño; que pueden comprarse en clínicas veterinarias o tiendas de animales de la capital zamorana. Esto consiste en una caja cerrada (cuya tapa se puede retirar) y que cuenta con una entrada para que el animal entre, obre y salga. Y luego está la opción de un arenero de limpieza automática. Existen opciones que con una palanca, el arenero tamiza y refresca la arena, separando los residuos de la arena limpia, y cuyo coste ronda los 120 euros y que no es nada fácil de encontrar en Zamora. En todas ellas, lo normal es colocar una bolsa especial para areneros en su interior, antes de la propia arena, para que sea más sencilla su retirada. Mientras que todos los productos y precios anteriormente precisados responden a productos adquiridos siempre en Zamora, en el caso de estas bolsas, la diferencia entre adquirirlas a través de Internet o en, por ejemplo, el Kiwoko, pasa de los 2-3 euros a más de 8 euros por diez bolsas.
Y para cerrar: los aglomerantes. Al igual que en todo este recorrido por los productos gatunos, todo depende (que decía Pau Donés). Las arenas más sencillas, que deben cambiarse casi cada dos o tres días, tienen un coste de 1 o 2 euros por cinco/siete kilos. Su absorción es menos efectiva, apenas neutralizan el olor y con un arenero abierto tu zona del arenero puede convertirse en la fiesta de la arena. Pueden adquirirse en cualquier supermercado o tienda de animales por precios muy similares. La siguiente opción es la arena aglomerante, generalmente formada por bentonita o carbón activo, que inhibe los olores, tiene efecto antibacterias y absorbe el pipi y las cacas de nuestros animales, haciendo una especie de bolitas que se pueden recoger fácilmente. El coste de este producto ronda los 12 euros por unos diez kilos. Y por último está el aglomerante de sílice, la opción más cara (17,90 euros por 8,4 kilos en Carrefour, por ejemplo), pero que tiene la mayor durabilidad, ya que con un saco puedes estar hasta cuatro semanas con el mismo producto (para un solo gato). Este producto neutraliza el olor y va absorbiendo el pipi, mientras que los cristales que lo forman rodean los excrementos para que sea más fácil su recogida. Eso sí, igualmente, se recomienda su uso con un arenero cerrado, para no encontrarte cristalitos por toda la casa.
Desde EL ESPAÑOL Noticias de Castilla y León esperamos que esta guía te sirva para orientarte en todo aquello que necesites saber sobre el cuidado de estos simpáticos felinos y que puedas aportar tus propias ideas a través de nuestras redes sociales.