La Diputación de Zamora ha decidido doblar el presupuesto destinado al plan provincial de obras, de ocho a 16 millones de euros, con cargo a los remanentes de Tesorería. Una partida que se adelanta íntegro para este año, pero que abarca lo que serían los planes provinciales hasta el año 2023. Así, la institución provincial pretende adaptarse a la situación de crisis que vive el sector de la construcción y la problemática que la subida de precios está provocando en los propios ayuntamientos de la provincia.
Se trata de un plan extraordinario de obras que, apoyado en los remanentes, entregará a los ayuntamientos de Zamora hasta 16 millones de euros para la realización de obras en sus municipios. En concreto, los ayuntamientos podrán utilizar esta subvención para la mejora de todos los servicios públicos referentes, por ejemplo, a pavimentación, alumbrado o abastecimiento de aguas. También podrá destinarse a la redacción de los proyectos o dirección de obras y control de calidad; si bien no podrá superar el 20% de importe concedido en este caso. Es decir, que al menos el 80% de la subvención debe ir destinada concretamente a la obra en sí. Y sobre esto, el diputado de Obras, Javier Faúndez, ha recordado que, como en los planes habituales, "no podrán dedicarse a obras que posteriormente vayan a ser destinadas a ventas o concesiones; como pueden ser los nichos o columbarios". También matiza que, en el caso del recambio de mobiliario urbano, "la inversión no podrá superar el 40% de la partida". No serán sin embargo subvencionables los gastos financieros, los gastos de asesoría jurídica o financiera, los gastos notariales, registrales, etc, ni tampoco los intereses deudores de las cuentas bancarias, gastos de procedimientos judiciales, ni la redacción de instrumentos de planeamiento urbanístico.
Los consistorios tienen de plazo hasta el 29 de abril para presentar su memoria valorada o proyecto, aprobado por su Junta de Gobierno Local o Pleno Municipal, y estás tendrán un plazo de ejecución desde este pasado 1 de enero y hasta el 30 de octubre de 2023. "Una horquilla de dos anualidades, que deja a los ayuntamientos 16 meses para hacer las obras", añadía Faúndez. Estas ayudas sufragarán el 100% de los proyectos de obra básica (saneamiento, alumbrado...); el 110% de las obras en casas consistoriales, locales, consultorios médicos o casas de cultura, donde la Diputación pondrá el 100% de la cuantía, pero el ayuntamiento tendrá que poner un 10%; y finalmente obras excepcionales con un 120%, que se reparte del mismo modo.
Los criterios a seguir en este plan extraordinario incluyen un reparto de 26.000 euros lineales por cada ayuntamiento, independientemente de su población; otros 10.000 euros para las entidades locales menores o anejos; y el resto del reparto se establece en base a su población, por los coeficientes correctores de planes anteriores, para obtener el importe que corresponde a cada Ayuntamiento por este concepto, teniendo en cuenta que, para más de 10.000 habitantes, el coeficiente es del 1,00; para más de 5.000 habitantes, 1,50 y para más de 2.000 habitantes, 2,00. El resto de Ayuntamiento tendrán un coeficiente del 2,50. Un criterio "que los ayuntamientos ya conocen y nos hacen llegar que funcionan bien", añadía Faúndez.
"Dar trabajo a los constructores locales"
Un plan extraordinario que adelanta la cuantía que se destinaría en 2023, donde ya no habría plan provincial de obras, pero cuya decisión responde a "una necesidad de adaptarse a la situaciones", según explicaba el presidente de la Diputación Provincial, Francisco Requejo. Tanto él como el vicepresidente, José María Barrios, han analizado "los actuales parámetros con la crisis mundial, que también arrastra la provincia", y así han decidido "dar una respuesta rápida y encarar la situación de la provincia y de las empresas zamoranas, como receptoras principales de estas obras". Un intento de evitar la paralización de la obra pública y del trabajo del sector de la construcción en Zamora, apoyando económicamente a los pueblos, para que puedan ejecutar obras municipales pese al encarecimiento de materiales y la subida generalizada de materias primas y combustibles. Sobre esta gestión, Requejo añadía que "se puede invertir mejor, con los mismos recursos, pero adaptándose a las circunstancias". El presidente de la Diputación de Zamora ha defendido que esta institución "no puede ser un entre inerte y tiene que adaptarse a las situaciones reales". Requejo explicó que le parece básico que los remanentes se inviertan en beneficio de los ciudadanos: "Las instituciones no somos bancos donde acumular el dinero público".
Por su parte, José María Barrios ha destacado el aumento progresivo de los planes de obras en la Diputación Provincial desde el inicio de su legislatura. Si esta comenzaba con cinco millones, "en 2020 y 2021 fuimos subiendo un millón por año", a los que añadían los planes especiales (sequía, cultura o deporte), y que "hacen que podamos confirmar que antes de terminar la legislatura se hayan invertido más del doble que en las anteriores", remarcaba. Y sobre este aumento millonario, Barrios indicaba que se trata de "conseguir dar más trabajo a los constructores locales durante todo el año y compensar la fuerte subida de los precios". En previsión a la posible paralización de la obra privada, que se avecina ante la crisis económica que se viven en la actualidad.
Ayuda energética de emergencia para los ayuntamientos
Por otro lado, José María Barrios y Francisco Requejo han anunciado una partida de un millón de euros para ayudar a los ayuntamientos con la factura de electricidad de los edificios a su cargo. "Los consistorios se están ahogando con el aumento de las facturas energéticas", indicaba el vicepresidente de la Diputación.
Por ello, la institución provincial "ayudará a compensar esa subida, no toda, pero sí dar un respiro", con esta ayuda de un millón de euros a repartir entre todos los consistorios zamoranos, para pagar la luz de locales, casas consistoriales, consultores médicos, casos culturales o bombas de sondeo.
Una alternativa a la idea inicial de la Diputación de Zamora, que pasaba por la compra de energía a cuenta de la propia institución y cuya idea "hemos desechado", según indicaba el propio Francisco Requejo; tras tratar el tema con la Federación de Municipios y Provincias. Finalmente, Barrios indicaba que esta incitativa responde a que "necesitamos ayudar a los ayuntamientos porque creemos que el mundo rural lo necesita". La Diputación de Zamora entra en escena "porque el Gobierno ni está ni se le espera, ni ayuda a los municipios ni hace nada para que el precio de la luz no siga subiendo", criticaba José María Barrios.