El Juzgado de Instrucción número 4 de Zamora prosigue la investigación por supuestos abusos sexuales cometidos por un empresario zamorano de 50 años a seis menores de edad, que eran amigas de sus propias hijas o hijas de su círculo cercano. La investigación se centra en ocho delitos de abuso sexual que pudieron sufrir las seis jóvenes por parte de este hombre, valiéndose de la confianza de ser el padre de una de sus amigas o amigo de sus propios progenitores.
Por ahora, la causa judicial abierta contra este hombre se establece ocho delitos de abusos sexuales, pero según fuentes judiciales consultadas por EL ESPAÑOL Noticias de Castilla y León, la investigación, que aún sigue en curso, podría demostrar otro tipo de delitos, y "por los que finalmente será acusado en base al resultado de las diligencias que se practiquen en fase de instrucción".
Cabe recordar que este empresario fue detenido en febrero, tras una primera denuncia de la familia de una de las menores y pasó a disposición del juzgado de guardia, que acordó la prisión provisional, comunicada, sin fianza. Recientemente la magistrada ha rechazado la petición de libertad, a la que también se opuso el fiscal. La jueza tiene en cuenta "la gravedad de los delitos que se le imputan y el peligro de obstrucción a la justicia, por cuanto de quedar en libertad, el investigado podría intentar influir o perjudicar a los testigos que han intervenido en la instrucción del procedimiento".
Los supuestos abusos se descubrían tras la denuncia de los padres una de las menores, que relataron como este hombre había abusado de su hija, aprovechando la confianza que el investigado tenía con su familia. Tras esta primera denuncia, hasta cinco niñas más (ahora ya ocho en total), hijas de otros amigos del acusado y amigas de sus propias hijas, fueron acudiendo a la Comisaría de Policía de Zamora para presentar denuncias con relatos muy similares.
Las investigaciones policiales, con el relato de las propias menores, apuntaban por entonces a que este hombre aprovechaba el entorno "de gran confianza" en el que se relacionaba con las niñas para cometer estos supuestos abusos. Se trata de amigas de sus propias hijas y, en algún otro caso, hijas de amigos suyos, con los que la relación era tan estrecha "que se iban juntos de vacaciones, fines de semana o fiestas", que este hombre aprovechaba para cometer los abusos. Estas agresiones se cometían "de manera progresiva" y durante incluso años. Esto ha podido provocar que las jóvenes, al principio, no se percataran de la gravedad de los actos que estaba sufriendo. Se cree que "pudo comenzar con un roce, un tocamiento, un masaje cariñoso, para finalmente intentar, incluso, penetraciones".