En el marco de la Jornada de las Vocaciones Nativas, la Diócesis de Zamora ha ofrecido un encuentro con la religiosa del Amor de Dios, Paulina Isabel Capingala, nacida en Angola hace 27 años. Actualmente, desarrolla su trabajo en la residencia de mayores del Amor de Dios en Zamora.
Pregunta.- ¿De qué manera se "protegen" en su país las vocaciones nativas?
Respuesta.- En primer lugar, cada diócesis y congregación buscan los recursos para una buena formación integral; tanto en lo más espiritual como en la formación para la vida y misión a desempeñar. En nuestro caso, fundamentalmente es la Congregación quien provee de recursos económicos y personas para la formación. Las iglesias locales tienen centros de formación, escuelas intercongregacionales y otros organismos. En cuanto a lo económico, donde las congregaciones y diócesis no llegan, se acude a proyectos y a Obras Misionales Pontificias.
P.- ¿Cuál fue el proceso que ha seguido hasta convertirse en religiosa del Amor de Dios?
R.- Primero, con el ejemplo y vida cristiana en mi familia, apoyada por mi parroquia con catequesis y la pertenencia al grupo vocacional, acompañada por una religiosa.
Luego, llegué a saber de la congregación en una jornada vocacional abierta donde varias congregaciones nos presentaron su carisma y misión. A mí, sin conocer el "Amor de Dios", ya que no estaban en mi diócesis, al oír el nombre me provocó el deseo de conocer a la congregación y, a través de mi párroco, pude conectar con las hermanas y entrar en un acompañamiento con ellas.
Por último, entré en el postulantado siguiéndolo el noviciado que fueron 4 años, viviendo ya la vida de las hermanas y aproximándome a la misión. Fui poco a poco descubriendo que este era mi camino y decidida emití mis votos con el deseo de seguir a Jesús y vivir el carisma: ser manifestación del Amor de Dios donde sea necesario. Después de una nueva experiencia en Mozambique -dos años de juniorado- y al regreso a mi país fui trabajando ya en misión.
P.- ¿Cómo llegó a Zamora?
R.- Estando en Angola, mi superiora provincial me planteó la necesidad de alguna hermana que viniera a España para reforzar esta realidad. Me dejó un tiempo para pensar y dar respuesta. En mi interior y en mi oración desde un discernimiento en obediencia, resonaba la orientación de nuestro Venerable Padre Usera "donde sea necesario" y con esto di el sí gozosamente, aunque me costaba dejar la familia y mi tierra.
P.- ¿Qué trabajo realiza en Zamora?
R.- Mi misión en esta realidad es seguir profundizando en la vivencia de mi consagración, en la vida fraterna en comunidad, ir asimilando el lenguaje y la cultura, etc. Además, apoyo en el trabajo de la residencia, acompañando a las personas en sus necesidades: escucha, darles ánimo y comprender sus situaciones. En realidad, llevo un año y más que dar estoy recibiendo de todos los que formamos la comunidad de misión: hermanas, trabajadoras, residentes, etc...Necesito seguir mi formación, crecer en el sentido de mi consagración para llegar un día, que espero con mucha ilusión, a definitivamente ser del Señor para siempre.
P.- ¿Considera que las vocaciones nativas "salvarán" la escasez vocacional del "Primer Mundo"?
R.- Yo credo que suplir no, podemos reforzar y ser complementarios. Se necesita trabajar aquí para que jóvenes emprendan este camino.
P.- ¿Cómo podemos colaborar con las vocaciones nativas?
R.- Lo primero, dando a conocer a los cristianos la necesidad de vocaciones en todos los lugares. También explicar a los cristianos que en los lugares de misión, donde la natalidad es alta, se están dando condiciones favorables para que surja la vocación y mayor respuesta a la llamada. Un segundo punto, sería ayudar a ver que el proceso de formación es muy largo y los costes en este proceso, elevados; por eso es importante que los cristianos se comprometan con ayudas para llevar a cabo todo lo que supone.
Pido a quien llegue esta comunicación que rece por mí, por África y por mi congregación del Amor de Dios.