Un 28 diciembre de 1978 abría sus puertas Ramses II. Sin duda, el local de fiesta más recordado, querido y añorado por los zamoranos que pasaron su juventud entre la década de los 80 y 90. Unos 1.400 metros cuadrados de risas, bailes, amoríos; pero sobre todo mucha diversión, que aún viven en la memoria de miles de vecinos de Zamora capital y de buena parte de la provincia. Veinte años de historias de todo tipo de las que fueron testigo las paredes exquisitamente decoradas por Bardiales, a base de escayola labrada, con sus sinuosas paredes en formas curvas y detalles dorados. A esto le acompañaban algunos motivos egipcios, como sus cañeros de cerveza o la decoración de sus cristaleras. Todo al detalle, todo a la moda.
Ramses II supuso toda una revolución para Zamora. La mayor sala de fiestas y discoteca de toda la provincia, y durante algunos años, la más importante por encima de otras ciudades vecinas como Salamanca o Valladolid. La sala tenía capacidad para unas 1.650 personas y por allí pasaron grandes nombres de la época como Bertín Osborne, Triana, Rumba 3, María Jiménez, Los Panchos, Moncho, Ana Reverte o Los Limones. De hecho, se celebró hasta una gala presentada por Matías Prats e Isabel Tenaille, en la que actuaba Betty Misego; y donde la discoteca se convirtió en un restaurante, mientras se celebraba el evento.
También se organizaron fiestas temáticas, desfiles o concursos de baile, de karaoke y de DJ. De hecho, el pincha Jesús Rodrigos recuerda que de esos concursos salieron "grandes voces y bailarines" como Juanma Merchán o Enrique Manteca. De este último recuerda que llegó a participar en Aplauso: la Juventud Baila de TVE.
Aunque, el evento más recordado y polémico ocurrió un 14 de abril de 1994. Todo comenzaba cuando el jefe de la discoteca leyó en la Revista Interviú "una exitosa fiesta que habían organizado en León con cuatro hombres guapísimos en una sesión solo para mujeres: Los Sex Boys". Así lo relata para EL ESPAÑOL Noticias de Castilla y León, Jesús Rodrigos, el pincha de Ramses II de 1986 hasta el 1997, y el que más tiempo dirigió la cabina de la mítica discoteca zamorana.
Llevado por esa idea, el jefe de Ramses II decidio organizar la que sería la primera fiesta exclusivamente para mujeres con un streptease de hombres. Pero las cosas no salieron bien a la primera. "Resulta que los que se contrataron no eran Los Sex Boys de verdad, sino cuatro tíos que no tenían ni carnes", relata entre risas el pincha. Algo que no gustó nada al público femenino zamorano que "casi nos mata", recuerda Jesús Rodrigos. Tal fue el lío que la discoteca tuvo que cancelar el evento y, semanas más tarde, por fin llegaron Los Sex Boys de verdad, los originales.
Hasta 1.450 mujeres abarrotaron la Ramses II. Y sino que se lo cuenten a Cipri, el portero más querido y recordado de la discoteca, que aguantó la noche estoicamente en la puerta. La discoteca era exclusivamente para ellas. "Hasta se dio el día libre a los camareros y solo el dueño de la sala y yo estábamos allí de hombres", relata el exDJ. Un momento de locura, desinhibición y desenfreno absoluto como recuerdan hasta las crónicas de la época. Narraba el periódico local que las más de mil mujeres allí congregadas, tocaron, mordieron, gritaron y dejaron atrás cualquier vergüenza. Jesús Rodrigos, más discreto, solo confiesa que "estaban desatadas y yo cerré la cabina por si acaso".
Música para todos los gustos y condiciones
Sex Boys a parte, lo cierto es que Ramses II supo adaptarse a las modas de la época. Unas décadas donde ser fan de uno u otro estilo musical marcaba tu personalidad. "Yo sabía que música les gustaba a cada uno solo por su forma de vestir", indica Jesús Rodrigos, que desde su cabina "lo veía todo". Una época donde había que ser capaces de "darle gusto a todos", ya que el público que acudía a Ramses II abarcaba desde la primera juventud hasta la edad más madura. Los pinchas de todas las generaciones (Fausto, Loren y Jesús) supieron encontrar esa fórmula de éxito y pensar en una planificación musical y festiva para cada momento.
En declaraciones a ese periódico, Loren Brioso y Jesús Rodrigos recuerdan que las jornadas se dividían entre las sesiones de la tarde para el público más joven (rondando los 18) y las noches para los más adultos (de los 35 en adelante). Cabe recordar que Loren, fue el pincha de la discoteca desde 1980 hasta 1989, unos años en los que el pincha recuerda que los dueños de la sala buscaban que "la gente estuviese siempre a gusto".
En la década de los 80, Loren Brioso recuerda que, la sesión juvenil se centraba en "poner las canciones que sonaban en la radio y que son las que gustaban". Pero cuando se cerraba a las 22 horas y volvía a abrirse a las 00.00 horas, la propia sala se transformaba, para un público más exigente y selecto. "Hasta los camareros se cambiaban de ropa y se ponían más elegantes", recuerda. Ahí, el público solía sentarse en las famosas mesas que rodeaban la pista y los camareros servían las bebidas. De hecho, Loren Brioso apunta que, durante sus primeros cinco años de vida, Ramses II era más una sala de fiestas, con grandes actuaciones, y orquestas que amenizaban la noche "porque las parejas mayores querían bailar sus tangos y pasodobles".
Ramses II siempre estuvo a la vanguardia de todo, y como no, también de la música. Loren Brioso recuerda que se afanaban por estar al día de las vanguardias musicales. "Nos surtíamos de las tiendas de Zamora, me acuerdo especialmente de Portos, pero siempre que abría una nueva íbamos a ver que traía", relata. Habitual era también tener que contactar con firmas, generalmente asentadas en la costa valenciana y catalana y que tenían una clientela más internacional, para acceder a la conocida como "música de importación".
De hecho, el pincha recuerda precisamente a un vendedor de una firma de Benidorm que "cogía su coche, lo cargaba de discos y se recorría España vendiéndolos". Loren Brioso recuerda que "traía una música excelente y cuando mi jefe lo veía entrar solo me decía: No le compres todo que nos arruina". Un material muy vanguardista y moderno para la época que "costaba meterlo para llenar la pista", pero que a Loren Brioso le gustaba poner "por orgullo de profesional" y poder "presumir de que la discoteca de al lado no lo tenía". Sonidos "yanquis" y funky que arrasaban en la Costa Brava y que la Ramses II hacía llegar al público zamorano.
Con la década de los 90 casi irrumpiendo, tomaba el relevo Jesús Rodrigos y la sala tenía que adaptarse al devenir de los tiempos. El pincha recuerda que "siempre hacíamos sesión de disco, pop inglés, y pop español, en la última media hora de la sesión". A diario se hacían dos sesiones: una de 19.30 a 22.30 horas, la de los más jóvenes; y de 00.00 a 04.00 horas, con los matrimonios y personas más mayores.
Los viernes era la noche de los eventos, como esas fiestas de karaoke o baile; y por supuesto, las fiestas de los estudiantes. Ramses II era el lugar elegido siempre por los alumnos de los institutos para organizar todo tipo de fiestas temáticas. Algo que hizo que toda una generación viviera sus primeras noches de fiesta en Ramses II durante dos décadas, algo siempre inolvidable para todos ellos.
Además, los domingos (de 19 a 01 horas) era muy característica la media hora de música lenta. Jesús recuerda que, en esos momentos, las chicas se sentaban alrededor de la pista y se esperaban a que los hombres las invitaran a bailar. "Ellas iban ojeando y decidiendo con quien sí bailaban y con quien no". Una costumbre que, "sobre el 92 o el 93 se dejó de hacer porque la gente dejó de ser tan cursi", bromea el pincha.
Ramses II, un lugar muy especial para los zamoranos
Que Ramses II sigue muy presente en el corazón de los zamoranos es un hecho. Es más, un grupo en Facebook (Yo también echo de menos Ramses II) mantiene muy vivo el recuerdo de la sala y decenas de zamoranos comparten sus fotografías y anécdotas de la época a diario. Pero ¿qué tuvo Ramses II para que aún se mantenga ese ferviente cariño a la discoteca que se ubicaba en la avenida de Príncipe Asturias 22?
"Era mucho más que una discoteca". Así de claro lo tiene Loren Brioso, quien explica que, además de discoteca, Ramses II fue algo así como "el salón de congresos de Zamora". Allí se presentaron eventos, negocios, se hicieron desfiles de moda, concursos; "y hasta bodas". El pincha asegura que "quien tenía que presentar algo en Zamora tiraba de Ramses II".
Un local con 20 años de historia que por el que "pasó todo tipo de gente y muchos crecimos allí", explica Loren. De hecho, él mismo recuerda que cumplió los 18 años allí. Generaciones y generaciones de zamoranos que pasaron su juventud o madurez bajo las luces de la inmensa pista de Ramses II.
Por su parte. Jesús Rodrigos relata que "era el lugar para socializar". Este cree que, por aquellas décadas, "quienes salían de fiesta no salían a beber por beber, como ahora los jóvenes. Era un acto social, para hacer amigos, ligar o simplemente estar con los tuyos", detalla. Ramses II era el punto de encuentro para miles de zamoranos. De hecho, en muchos casos, era el momento en el que amigos de la capital y del Alfoz de Zamora se podían ver en la semana.
Y es que Ramses II no era solo la discoteca estrella de los vecinos de la capital. Jóvenes de Coreses, Morales del Vino, Moraleja del Vino, o incluso Toro, acudían, sobre todo los domingos a bailar a Ramses II. Loren Brioso recuerda colas "de cien metros" para sacar la entrada a la discoteca. Mientras que Jesús Rodrigos aún se acuerda de las "zonas" donde se colocaban los grupos de clientes que llegaban de uno u otro pueblo: "Los de Coreses se ponían enfrente del escenario, a la derecha; mientras que los de Moraleja, que eran un poco peleones, se ponían bajo la cabina, a la derecha".
Es por todo esto que se puede afirmar que el secreto del cariño a Ramses II es que siempre fue local unido a todo lo que iba ocurriendo en Zamora y, por tanto, quedó para siempre a estas dos décadas de historia en la ciudad.