Todos tranquilos. Casa Andreu no va a cambiar de color. Uno de los edificios más emblemáticos de Zamora seguirá luciendo en la fachada sus tonos habituales, que ya forman parte del paisaje del centro de la capital zamorana.
La agencia de publicidad La otra comunicación, responsable de las redes sociales del edificio modernista, ha preguntado en las redes sociales por un supuesto cambio de color en la facahada del Edificio Casa Andreu. Pero nada más lejos de la realidad, los responsables del edificio solo han querido gastar una pequeña broma a sus seguidores en Facebook, y comprobar así lo mucho que gusta a los zamoranos su gris original.
Y es que no han sido pocos los vecinos de Zamora quienes pedían que Casa Andreu mantuviera los colores de su fachada. Algo que también secundamos desde EL ESPAÑOL Noticias de Castilla y León como habitantes de esta preciosa joya del modernismo español en Zamora.
La historia de Casa Andreu
Gregorio Pérez Arribas, abulense (1877-1937). Graduado en la Escuela de Arquitectura de Madrid en 1901, comenzó a trabajar en Zamora en 1906, a la que arribó para ocupar el cargo de arquitecto municipal. Siendo uno de los precursores del modernismo, realizó numerosas intervenciones arquitectónicas en la ciudad. Las mismas hoy en día podemos apreciar mientras paseamos por la bien cercada. Entre 1916 y 1923 ejerció como arquitecto provincial de Zamora.
En las construcciones más modestas y en talleres e industrias utilizó fundamentalmente el enfoscado que combinaba con el ladrillo visto en los elementos singulares de las fachadas, tales como impostas, cornisas y vanos, cuya representación constituye uno de los aspectos más singulares de sus planos.
En las residencias proyectó fachadas con abundantes elementos ornamentales de corte ecléctico, salvo ciertas excepciones en las que mostró signos modernistas.
Casa Andreu, terminada su construcción en 1928, es de las últimas obras de las que se tiene registro. Este hito situado frente al parque de Marina se encuentra en perfecto estado de conservación y adecuación; y de ello se aseguran con mimo y cariño Pablo Rodríguez y su familia, como dueños del edificio.