Un equipo de investigadores, formado por el profesor de la Escuela Superior y Técnica de Ingenieros de Minas de la Universidad de León (ULE), Javier Fernández Lozano, y el Ingeniero geólogo Rodrigo Andrés Bercianos, ha dado a conocer un nuevo conjunto de arte rupestre localizado en los alrededores de Santa Eufemia del Barco. El equipo localizó las pinturas durante un estudio rutinario en la zona.
En las últimas semanas están llevando a cabo la documentación tridimensional mediante el uso de drones y cámaras de alta resolución para obtener digitalizaciones que permitan preservar el conjunto ante eventuales daños. Los trabajos han sido autorizados y financiados por la Dirección General de Patrimonio Cultural de la Junta de Castilla y León.
Los primeros resultados serán expuestos en la XIV Reunión de la Comisión de Patrimonio Geológico de la Sierra do Courel, organizada por la Sociedad Geológica de España, que tendrá lugar el mañana 5 de julio en la localidad gallega de Quiroga. En ella, los investigadores impulsarán la necesidad de que el patrimonio cultural y geológico vayan de la mano. Según Fernández-Lozano, “la geología ha condicionado la localización y los soportes sobre los que se elaboraron las pinturas, así como el tamaño de las mismas”.
Además, las estructuras geológicas que permiten la formación de los abrigos en los que se disponen suponen -según el investigador de la ULE- “un elemento patrimonial de primer orden, por lo que los científicos abogan por que este conjunto pase a ser incluido dentro de la denominación de Lugares de Interés Geológico propuestos por el Instituto Geológico y Minero de España, ya definido para los “Pliegues del Teso del Rey-Castrotorafe-La Encomienda”, situados muy cerca de donde se han producido los hallazgos.
Según los investigadores, el conjunto de arte rupestre esquemático localizado “viene a completar las ya conocidas más al norte de la zona de estudio y constituyen un medio de enlace con el resto de las pinturas de este tipo localizadas en el sector noroccidental de la península ibérica”, con ejemplos tan singulares como los de la Sierra de la Culebra (Zamora), Castrocontrigo, Vega de Espinareda y Librán (León) o Casaio (Orense).
Los motivos pictóricos están compuestos por figuras antropomorfas y zoomorfas (cérvidos), así como un ídolo que preside uno de los paneles. Pero también existen otros motivos compuestos por apéndices unidos a saco, barras, puntos y digitaciones con tamaños que varían entre los 5 y los 12 cm de longitud.
Por sus características, los nuevos conjuntos localizados hacia la cola del Embalse de Ricobayo, podrían adscribirse a un periodo entre el calcolítico y la Edad del Hierro. Según Javier Fernández Lozano, investigador principal del proyecto, es importante para Zamora “dar a conocer este patrimonio, de manera que contribuya a su futura preservación y, lo más importante, a que el conocimiento científico llegue a la sociedad, promoviendo con ello medidas de difusión y conservación que fomenten nuevas oportunidades para un desarrollo rural basado en los recursos patrimoniales locales”.