Si el pasado domingo el cielo se tornaba negro en Zamora por la llegada del humo procedente del incendio de Villaseco-Almaraz, hoy la capital zamorana ha amanecido con el cielo en tono anaranjado. Y es que el humo procedente de los incendios forestales que amenazan la provincia ha llegado a Zamora dejando una intensa neblina y un fuerte olor a humo en toda la capital.
Cuando, por fin, los zamoranos podían aprovechar para abrir las ventanas y rebajar la temperatura de sus casas, acumulada durante los días de intenso calor, se ven obligados a cerrarlas de nuevo por el humo proveniente de los incendios de la provincia. Un recordatorio más de la deplorable situación que todo el territorio sufre estos días.
Además, el humo no solo ha alcalzado a la capital zamorana. La vecina Valladolid también amanecía encapotada por el humo y el olor de los incendios zamoranos.