La Nancy es la muñeca por excelencia en España. Su estreno el 9 de junio de 1968 supuso una revolución en el sector y, desde entonces, Famosa ha vendido más de 25 millones de unidades. Una muñeca que ha ido evolucionando con el devenir de nuestro país y que ha sido desde enfermera, folclórica, guardia civil o medallista olímpica.
Un icono de la sociedad española que ya tiene su primer museo dedicado exclusivamente a ella, y está en Zamora. Resulta que dos coleccionistas barceloneses, Esperanza Ramos y José Luis Vera, han elegido Alcañices para albergar su colección privada de muñecas Nancy y abrirla al público general. En la localidad alistana, este matrimonio acaba de inaugurar la Nancyclopedia, una exposición permanente en una antigua carpintería, ubicada en la plaza la Noria, 5, del municipio alistano.
Desde el lunes se puede contactar (655605700) con ellos para realizar visitas guiadas a este templo dedicado a la muñeca más famosa de España. En este espacio, la pareja cuenta con unas 900 muñecas expuestas, de las 1.200 que tienen en total. Una de las colecciones más importantes del país y de la que también tienen un libro, del mismo nombre, con más de 300 páginas, que narra todos los detalles de la apreciada muñeca.
En esta exposición, se pueden observar piezas tan únicas como la primera edición de la Nancy, de 1968, ediciones especiales y poco vistas, trajes de todo tipo, accesorios, o cosas tan curiosas como prototipos nunca utilizados de la propia Famosa o moldes de las cabezas de Nancy, su amigo Lucas y su hermanita Lesly.
Esperanza, con el apoyo de su marido José Luis, cuenta en su colección con piezas de toda la historia de Nancy a lo largo de sus 53 años de historia. La exposición tiene muñecas de todas las épocas, de las más antiguas a las más nuevas. Y aunque parezca mentira a simple vista, Nancy ha ido evolucionando con los años, y ojos expertos como los de Esperanza se lo muestran a los visitantes del museo.
Una afición por un disgusto
Esta inmensa colección de muñecas Nancy comenzó, curiosamente, con la marcha de las propias muñecas de Esperanza. Los padres de esta barcelonesa se deshicieron de todas sus Nancys, "para hacer sitio". Algo que le dio un disgusto a la coleccionista, que, al menos, pudo guardar los trajes de sus muñecas. Lo hizo con la idea de "comprar algún día una muñeca por si tenía una hija y que tuviera sus vestidos".
Y así pasó. Con 17 años, Esperanza compró la primera Nancy de su colección. De ahí, unos cuantos años más tarde, ya con 30 años, compró otra y otra y otra. Y hasta hoy. Esta pareja guardaba en su domicilio de Barcelona unas 500 muñecas, y el resto en tres trasteros. "Siempre dije que quería hacer un museo con ellas, y ahora que mi marido se ha prejubilado y nosotros siempre veraneábamos en Alcañices, era el momento", relata.
De hecho, ahora reconoce entre risas que, "al final, no dejé que mi hija jugara nunca con ninguna de ellas". Se convirtieron en su colección, a la que ha dedicado mucho tiempo, espacio y dinero. Si bien, como explica, "a los coleccionistas no nos gusta hablar de cuánto valen".
Si cuenta que, para hacerse con estas piezas, en ocasiones únicas, las ferias de coleccionismo e Internet son fundamentales. También ayuda mucho el grupo que ha formado con otros coleccionistas del país, y con el que guarda una bonita relación. Tanto es así, que cada año, organizan una quedada, donde cada uno debe llevar una Nancy, y pasan unos días juntos, compartiendo su afición.
Y como no podía ser de otra manera, ante la inauguración de este museo único, algunos de sus compañeros "más íntimos" han acudido a Alcañices para compartir este feliz momento con Esperanza y José Luis. Todo, por supuesto, con la promesa de que la próxima quedada de coleccionistas de Nancy se haga en Zamora.
Un año de trabajo
Este mismo mes hará un año que la pareja inició las obras en la antigua carpintería de la localidad. Compraron el local y han sufragado todos lo gastos por su cuenta. Esperanza narra que "hemos buscado apoyo por todas partes: Junta de Castilla y León, Diputación Provincial, Ayuntamiento de Alcañices..., pero no nos han ofrecido nada".
Así que han costeado toda la obra de su bolsillo y afrontarán todos los gastos que lleva aparejados este museo: alarma, luz, Internet... Por ahora, la pareja no está cobrando entrada por acceder a la exposición, pero no descartan "poner un precio, aunque sea simbólico para poder cubrir los gastos".
Por el momento, desde la inauguración, la idea ha sido un éxito. Reciben llamadas de multitud de lugares solicitando visitas y preguntando por la zona. Así que parece que Nancy y Alcañices han comenzado un nuevo juego.