La fiscal que participa en el juicio por vulneración del derecho al honor entre la exportavoz del Partido Popular, Cayetana Álvarez de Toledo, y el padre de Pablo Iglesias, Javier Iglesias, rechaza su acusación y ha pedido esta mañana que la demanda sea desestimada. Así lo ha explicado la propia diputada popular a la salida del Juzgado de Instrucción número 3 de Zamora, donde se ha desarrollado la sesión a la que se personaban tanto Álvarez de Toledo como Javier Iglesias, generando gran expectación.
La parlamentaria del PP por Barcelona ha asegurado que esta mañana se presentaba en Zamora para "declarar que la Tierra es redonda". Cayetana Álvarez de Toledo hacía este símil para explicar que había acudido a los Juzgados de Zamora para "decir algo tan evidente como que una persona que militó en una organización terrorista puede ser calificado como terrorista". Cabe recordar que Javier Iglesias había demandado a la popular por referirse a su hijo, Pablo Iglesias, como "hijo de un terrorista", en una entrevista en junio de 2020 en ABC.
Álvarez de Toledo detallaba a los periodistas allí congregados que el Comité del Frente Revolucionario Antifascista y Patriota "fue una organización terrorista". Durante el juicio, se planteaba la pregunta a la popular sobre "¿cuál era la fuente para pensar que Javier Iglesias había militado en esa organización terrorista?". A lo que el abogado de Cayetana Álvarez de Toledo explicaba que provenía "no solo de su propio hijo, Pablo Iglesias, quien lo hizo reiteradamente" en un artículo de 2012, con motivo del aniversario de la muerte de Santiago Carrillo, donde el exvicepresidente del Gobierno escribió "créanme si les digo que no es fácil decir cuando uno es hijo de un militante del FRAP", como ha detallado la propia diputada del PP, y a lo que añadía un tuit también de Pablo Iglesias, refiriéndose a Javier como "mi padre frapero".
Pero el abogado de Álvarez de Toledo también aportaba una entrevista en el Diario Público en 2020, donde el propio Javier Iglesias "reconocía su vinculación, al decir yo pertenecí al Comité para la creación del FRAP", detallaba la exportavoz del PP en el Congreso. Además, la argentina explicaba que Javier Iglesias había hecho "algo bastante sorprendente" durante el juicio en Zamora, al asegurar que estas declaraciones de su hijo "se trataban de bromas familiares". Es más, la parlamentaria popular relataba que Javier Iglesias había hecho "algo aún más extravagante", al confirmar que su propia entrevista para el Diario Público "contenía errores del periodista aludiendo a su vinculación con el Comité Pro-FRAP, que él no ha corregido".
"Si me condenan, sería una forma de legitimar al FRAP"
Por otro lado, Cayetana Álvarez de Toledo ha pedido durante el juicio que Javier Iglesias que "si uno ha tenido una juventud con una vinculación con una organización que aplicaba el terror para crear un cambio político al menos, con el tiempo, pudiera abjurar de ello". Algo que la diputada del PP consideraba "de sentido común y obvia" y con lo que pretendía que Javier Iglesias pudiese reconocer "que se equivocó". Si bien, Álvarez de Toledo reconocía que "no he conseguido que lo hiciera".
Durante el juicio, Cayetana Álvarez de Toledo ha aprovechado para hacer una reflexión sobre no confundir "el orgullo frapero con el honor vulnerado". La popular ha defendido que "si uno formó parte de una organización terrorista, como reconocen todos los organismos oficiales del Estado, no puede uno sentir que su honor ha sido vulnerado cuando alguien le recuerda que el FRAP es una organización terrorista".
La parlamentaria del Partido Popular advierte de que si fuera condenada por este hecho "en el fondo, sería una manera de legitimar al FRAP, porque sería un modo de decir que no fue una organización terrorista y condenar, una vez más, al olvido a sus víctimas".
Álvarez de Toledo ha asegurado que las motivaciones de sus actos son "el respeto absoluto a las palabras, porque pesan y dicen cosas concretas; el respeto a los hechos y a la verdad histórica de lo que sucedido y a las víctimas del terrorismo". En ese momento, la parlamentaria popular mostraba el libro Las víctimas del terrorismo de extrema izquierda en España: Del DRIL a los GRAPO de Carmen Ladrón de Guevara, donde se recogen imágenes de seis "de las víctimas del FRAP" y leía en voz alta sus nombres.