La tradicional matanza se resiste a morir en la provincia de Zamora. Así lo avalan los datos de la pasada campaña de 2021/2022, que tan solo se ha disminuido en un 0,09% con respecto al ejercicio anterior. No obstante, desde principio de siglo este número ha caído en un 85%. La Junta de Castilla y León, como cada año, está llevando a cabo la campaña de control sobre las matanzas domiciliarias de cerdos para autoconsumo y de jabalís abatidos en actividades de caza, que empezó el 28 de octubre y se extenderá hasta el próximo 3 de abril de 2023.
Durante este puente de la Constitución y la Navidad se intensifican las matanzas de cerdos en las viviendas particulares de los pueblos. La normativa regula el reconocimiento sanitario de cerdos sacrificados en domicilios para autoconsumo y establece un sistema de identificación en dicho control en origen de los animales silvestres que, abatidos en actividades de caza, se comercialicen para autoconsumo humano. De esta manera, se busca garantizar un adecuado análisis micrográfico para evitar así la aparición de casos clínicos de trinquinelosis humana.
Dichas tareas de control sanitario son llevadas a cabo por los veterinarios oficiales de la Junta de Castilla y León, además de facilitar la participación voluntaria de colaboradores, previa petición al Jefe del Servicio Territorial de Sanidad. En la campaña actual participan 30 veterinarios colaboradores en la provincia de Zamora.
Como novedad en este curso, los Servicios Veterinarios Oficiales deberán llevar a cabo la investigación de triquina en jabalís abatidos durante la caza para autoconsumo. Estas deberán ser solicitadas por los particulares residentes en Zonas Básicas de Salud o Demarcaciones en las que no existan veterinarios colaboradores.
En la campaña 21/22 se reconocieron 1.093 cerdos sacrificados en domicilios particulares, siendo reconocidos 18 de ellos por veterinarios oficiales y 1.075 por colaboradores. Esto representa un animal menos con respecto al ejercicio anterior, cuando se reconocieron 1.094 ejemplares.
El descenso generalizado provocado desde comienzos de siglo se debe al cambio de los hábitos alimenticios de la ciudadanía. La Junta recuerda que la carne obtenida solo puede ser destinada al consumo familiar, al tiempo que subraya que está prohibida su venta.
En la última campaña de 2021 se abatieron en actividades cinegéticas a 720 jabalíes, 335 ciervos, 16 corzos y 13 gamos. Estas presas también pasan por un control sanitario para detectar anomalías y confirmar que la muerte no ha sido a causa de motivos diferentes a los de la caza.