La Asociación Empresarial de Instalaciones Eléctricas y Telecomunicaciones de Zamora cuenta con unos 94 asociados entre sus filas. Apenas un centenar de profesionales que son fiel reflejo de la situación por la que pasa su profesión en los últimos tiempos. Los electricistas son ya una especie en extinción en la provincia. Cada día menos jóvenes deciden tomar este camino profesional y esto comienza a suponer un problema de falta de electricistas que 'hereden' el negocio cuando quienes tienen entre 50 y muchos o 60 años cuelguen los cables.
Javier Hernández es el presidente de AEZA y reconoce que este es el principal reto al que se enfrenta hoy en día su organización. "La mayor parte de los profesionales rondan los 60 años, un envejecimiento del sector que va a ser un problema alarmante en poco tiempo", explica. Además, este tipo de profesional más mayor se enfrenta al escollo añadido de adaptarse a la burocracia actual. "No pueden imponerles que para cualquier cosa que tengan que presentar sea de forma online, con hasta cuatro programas electrónicos distintos y en un escenario en el que ya les es difícil adaptarse", denuncia.
Así que la idea que quieren sacar adelante desde esta asociación es la de poder acercarse a los más jóvenes, para encontrar en ellos la savia nueva que tanto anhela este sector. Javier Hernández explica que pretenden llegar a acuerdos con los institutos y centros de formación de Zamora para poder dar charlas o conferencias en las que puedan transmitir "lo bonita que es esta profesión y las salidas laborales que ofrece".
Es consciente de que los más jóvenes no están demasiado motivados en lo que el mundo laboral se refiere y "no queremos pegarles una chapa de una hora que termine por aburrirlos". Su intención es poder crear una formación añadida donde ellos mismos puedan ser partícipes de las charlas y "les pique el gusanillo" de esta profesión. Javier Hernández cree que contar con nuevos profesionales es clave para dar continuidad a este necesario sector.
Una Ley de Contratación para los grandes
Otro de los grandes problemas a los que se enfrentan estos profesionales zamoranos, quienes normalmente tienen pequeñas empresas familiares, con apenas tres o cuatro trabajadores o, incluso, un autónomo en solitario, es no poder alcanzar ninguno de los grandes contratos de las entidades públicas. "Poder acceder a alguno de ellos sería un balón de oxígeno muy importante para las pequeñas empresas, con los que realmente podríamos ganar algo de dinero y así poder dar más trabajo, que al final es lo que queremos, emplear a más gente", explica el presidente de AEZA.
Pero se enfrentan a una Ley de Contratación y los requerimientos de los fondos nacionales y europeos que son inasumibles para las pequeñas empresas. Licitaciones casi millonarias y millonarias en otros casos, cuyas condiciones son inalcanzables para empresas modestas o autónomos y a las que solo pueden acceder las grandes corporaciones.
Por ello, desde AEZA plantean que se busque una fórmula legal que permita a estos emprendedores zamoranos poder optar a este tipo de obras públicas. "Podría ser el empujón que haga mantener vivas muchas de estas empresas", recalca. En un tiempo donde los gobiernos de cualquier ámbito e índole se rebanan la cabeza en medidas que puedan frenar la sangrante sangría demográfica en la mal llamada España Vaciada, esta asociación ve en la 'contratación diferenciada' una fórmula que puede sumarse a la conocida fiscalidad diferenciada.
"Proponemos que, por ejemplo, se incluyan en los pliegos condiciones que beneficien el concurso de empresas o autónomos que residen en las localidades despobladas", detalla. Algo que dé un punto a favor a estos negocios locales frente a los gigantes empresariales que se suelen hacer cargo de las obras públicas.
Y es que, además, suele ser lo más habitual que aunque las grandes obras las acometan este tipo de empresas, el día a día luego lo gestione el electricista de toda la vida, el de casa. "Al que llaman a las dos de la mañana del domingo cuando se ha ido la luz en el pueblo es a nosotros", cuenta Javier Hernández. Algo que para la asociación también debería incluirse en esos pliegos de obras públicas que se adjudican desde ayuntamientos, Diputación y Junta.
Un empujón, como decíamos, para este sector que lucha por sacar adelante sus pequeños negocios familiares y cuya aspiración es poder contratar a su vez más trabajadores, "que también tengan un sueldo digno y puedan tener dinero para gastar en la provincia, es la parte social en la que nosotros podemos aportar", finaliza.