"En casa no se habla de política". Quizá una de las frases más repetidas en los hogares españoles, especialmente en Navidad o en alguna celebración. Pero hay un hogar en la pequeña localidad zamorana de Casaseca del Campeán que esto ocurre casi a diario. Es el de María Ángeles Quintano y Miguel Ángel Panero. Un matrimonio formado por el actual alcalde de la localidad y una de las concejalas en la oposición, casados desde hace 33 años, y que están enfrentados políticamente cada vez que se celebran elecciones municipales.
Puede que la política local, pero la de los pueblos, sea el ejemplo más puro de la vocación de servicio. La mayor parte de los pequeños municipios de provincias como Zamora tienen alcaldes y alcaldesas que dedican buena parte de su tiempo y de su vida a velar por el buen funcionamiento del pueblo 'por amor al arte'.
Vecinos normales que deciden sacar horas de donde no las tienen para convertirse en alcaldes o concejales de su pueblo para que este pueda tener mejores servicios, hacer obras, organizar fiestas y, como no, arreglar problemas. Aunque generalmente amparados por los grandes partidos políticos o por formaciones más minoritarias, los miembros de las listas electorales suelen conformarlos los propios habitantes de los pueblos, que desean hacer algo por su tierra.
Y esta buena voluntad hace que, en ocasiones, las listas electorales y las candidaturas de algunos municipios acaben presentando curiosidades como la que ocurre en este pequeño pueblo de apenas cien habitantes. Pese a que el alcalde es Miguel, la primera en entrar en política fue María Ángeles. Y de eso hace ya 24 años.
Esta mujer se afilió al Partido Popular "un poco de rebote". Resulta que la persona que había sido alcalde durante 25 años en la localidad se retiraba y el partido se quedaba sin opciones para completar la lista. Un amigo le comunicó la noticia y le pidió ayuda, y María Ángeles no dudó. "No quería que el pueblo se quedara sin su propio Ayuntamiento, porque pasáramos a ser un anejo de Corrales del Vino (pueblo vecino) por no tener representantes", detalla. Gran conciencia social y de servicio público la de esta mujer, que se unió a las filas populares "también porque cuadra con mis ideas políticas".
Así, 'Geli', como la conocen sus allegados, forma desde entonces parte de las listas electorales del Partido Popular en su municipio. Siempre ha defendido que el pueblo "necesita representación de gente de aquí, no paracaidistas, que no saben ni dónde están las calles". Para esta candidata es fundamental que quienes representen al Ayuntamiento de Casaseca del Campeán "conozcan lo que necesitan los vecinos y el pueblo".
Esta vocación de servicio parece que fue contagiosa, porque ocho años más tarde su marido, Miguel, también inició su andadura política. Eso sí, por otros lares. "Él llegó un día y me dijo que los de su cuadrilla querían meterse en las listas del PSOE y que iba con ellos", detalla. Con los años ese grupo derivó a la formación provincialista Ahora Decide, donde Miguel milita desde entonces y con la cual alcanzó la Alcaldía hace ocho años.
"Los vecinos vienen a casa a pedirte cosas"
Así que así están las cosas desde entonces. Miguel es el alcalde y María Ángeles concejal en la oposición. Algo que podría cambiar muy pronto, puesto que las municipales del 28 de mayo están a la vuelta de la esquina. Y es que Casaseca del Campeán elige a sus representantes por listas abiertas, por lo que, aunque María Ángeles está en el segundo puesto de la candidatura popular, podría darse la circunstancia de que ella fuera elegida alcaldesa.
Algo que ella ve como "perfectamente posible", pero que no le da demasiada importancia ya que está acostumbrada a tratar temas municipales como un miembro más de la corporación. Aquí la oposición no ejerce la dura crítica y la queja constante como ocurre en las grandes ciudades, la Junta de Castilla y León o el Congreso de los Diputados. Los concejales del pueblo "arriman el hombro" y sirven al municipio estén o no en la Alcaldía. Todos conforman el Ayuntamiento.
Y son servidores públicos 365 días al año y casi 24 horas al día. Con apenas un centenar de vecinos, es más que habitual que quien tenga un problema no vaya por los cauces oficiales, sino que vaya directo a su alcalde. "Los vecinos vienen a casa a pedirte cosas", detallada María Ángeles. Una calle que necesita asfaltado, una farola que no funciona, una fuga de agua, un banco que se ha roto, etc. Y asumen el problema sea alcalde u oposición.
Así que, inevitablemente, los temas municipales son la cantinela diaria en casa de este matrimonio. "Se habla de todo, sobre todo de aquello que necesitan los vecinos. Da igual el color político, somos más gestores públicos que otra cosa, porque en el pueblo tiene que ser así", explica María Ángeles.
"A veces es desagradecido"
Una dedicación por la que no cobran nada. Los concejales y el alcalde de Casaseca del Campeán no tiene retribución alguna, ni por la asistencia a los plenos. "No queríamos cobrar nada, porque si ya el pueblo tiene poquito y la gente vive apurada, como tengamos que subir la recaudación para cobrar algo sería fatal", detalla.
Pero ellos sí tienen gasto. De horas y de dinero de su propio bolsillo. Muchas de las gestiones referentes al pueblo tienen que hacerse en Zamora. 23 kilómetros separan este pequeño municipio de la capital zamorana. Una distancia que Miguel y María Ángeles recorren muchas veces para tratar diversos temas municipales. Subvenciones, ayudas de la Diputación Provincial, solicitudes, contratos y, como no, la organización de las fiestas patronales. Pieza clave de la sociedad en los territorios rurales.
Precisamente sobre las fiestas, María Ángeles recuerda que "me han salido por un pico". Y es que ha tenido que viajar en multitud de ocasiones a Zamora para solicitar permisos, contratar las actividades y organizar todo lo que estos festejos suponen. Una tarea "que me ha quitado tiempo de mi vida y de estar con mi familia", sin recibir compensación alguna.
De hecho, lamenta que, en ocasiones, algunos vecinos critiquen su labor y, aún peor, "nos acusen de que algo de beneficio estaremos sacando de ser políticos". Frases que duelen a este matrimonio que lleva media vida dedicados a su pueblo porque "nos importa muchísimo". María Ángeles admite que hay momentos en los que se han dicho que lo dejan todo, pero "luego llega algún otro vecino y te felicita por las fiestas, por arreglar cualquier cosa, por mejorar otra y te lo agradece y te reconforta".
María Ángeles y Miguel son un ejemplo claro de la lucha real del mundo rural por sobrevivir. Por no bajar los brazos ante todo lo malo y querer que su pueblo siga respirando, siga teniendo vida y, sobre todo, identidad propia. Así que solo queda desearles mucha suerte y esperar al 28-M para saber si el bastón de mando pueda cambiar de manos, aunque igualmente quede en casa.