El Albergue de Peregrinos de Tábara, un lugar lleno de historias y encuentros, se ha convertido en el punto de partida de una travesía con un noble objetivo: dar a conocer la devastadora enfermedad conocida como insomnio familiar fatal. En medio de las idílicas tierras de la Sierra de Segura, un grupo de valientes peregrinos, entre ellos Jesús, Juanfer, José Antonio y Atilano, ha emprendido un viaje de 1.300 kilómetros para llevar consigo un mensaje de esperanza y concienciación sobre esta dolencia.
El insomnio familiar fatal es una rara degeneración cerebral que tiene lugar en el tálamo, se manifiesta a través de una serie de síntomas desgarradores. Todo comienza con la visión doble, seguido de una profunda depresión y una incapacidad para conciliar el sueño. Aquellos que sufren de esta enfermedad experimentan problemas alimenticios y, lamentablemente, terminan postrados en sillas de ruedas antes de enfrentar el fatal desenlace, que suele ocurrir entre los seis y los doce meses posteriores al diagnóstico.
Sin embargo, esta enfermedad ha permanecido "en las sombras, sin recibir la atención ni la investigación necesaria para erradicarla", indican estos peregrinos. Considerada una de esas enfermedades raras que afecta a un reducido número de personas, ha permanecido invisible para muchos, un tema tabú en la sociedad. Pero estos valientes peregrinos están decididos a cambiar eso y con esta reivindicación han llegado hasta Tábara
España, con más del 50% de los casos detectados a nivel mundial, se encuentra en la vanguardia de esta lucha contra el insomnio familiar fatal. La Sierra de Segura y las regiones de Álava y sur de Navarra son los epicentros de esta enfermedad, donde se concentra más de la mitad de los afectados. La migración masiva que tuvo lugar a mediados del siglo pasado ha contribuido a la propagación de este gen maligno por todo el territorio.
El insomnio familiar fatal es una enfermedad endogámica y hereditaria, transmitida de una generación a otra. Su progresión en el deterioro cerebral y físico es cruelmente rápida, y su diagnóstico se ha convertido en una sentencia de muerte anunciada. Hasta el momento, no existe cura ni se conocen tratamientos paliativos para quienes la padecen.
Recientemente, se ha creado una asociación dedicada a dar visibilidad y difundir la enfermedad, con el fin de fomentar la investigación necesaria. A través de esta asociación, se espera recaudar fondos vitales para apoyar los esfuerzos del doctor Joaquín Castillo en el laboratorio de enfermedades priónicas en Derio (Vizcaya), quien actualmente se encuentra investigando sobre esta enfermedad. La iniciativa de los peregrinos no solo busca generar conciencia sobre la dolencia, sino también asegurar que los recursos necesarios se destinen a su investigación.
En la Sierra de Segura, muchos habitantes viven con la incertidumbre de ser portadores de este gen maldito, jugando a una lotería macabra en la que nadie desea participar. Antes, hablar de esta enfermedad era un tabú, una carga interna que cada persona llevaba en silencio. Sin embargo, ahora, con la publicidad y difusión de la enfermedad, se está comenzando a compartir el peso, encontrando alivio y apoyo mutuo en esta lucha conjunta.
Los peregrinos están encontrando el respaldo y el apoyo de sus vecinos, quienes anteriormente evitaban mencionar este tema delicado. "A medida que la enfermedad se vuelve más conocida, se alienta a seguir adelante en esta batalla, porque cuando compartimos un problema, nos sentimos parte de un alivio necesario", relatan. Estos peregrinos recuerdan con mucho dolor la historia de una familia ha sufrido una pérdida desgarradora: su hijo de 42 años, en la plenitud de la vida, se convirtió en la última víctima de esta terrible enfermedad.
La iniciativa de estos valientes peregrinos llegados a Zamora está destinada a generar un cambio significativo en nuestra sociedad. Al poner de relieve el insomnio familiar fatal, se espera que esta enfermedad deje de ser ignorada y se involucren los responsables del bienestar colectivo en la búsqueda de una solución. Porque no podemos hablar de un verdadero estado del bienestar mientras desperdiciemos recursos en proyectos superficiales, mientras haya personas que esperan, día tras día, recibir un diagnóstico que condene su existencia a una muerte prematura.
Este camino de esperanza emprendido por los peregrinos es un llamamiento "a la acción, una invitación a unirse en la lucha contra esta enfermedad y a construir un futuro donde el insomnio familiar fatal sea solo un recuerdo doloroso en la historia de nuestra sociedad".