José Antonio Requejo hizo las maletas y se llevó a su familia desde su Salamanca natal a Zamora cuando empezó a trabajar en una gran multinacional. Así que, aunque charros de nacimiento, Raquel, Marta y Francisco, crecieron durante toda su vida en la capital zamorana. Pero la vida, a veces, no es como la planeaste y José Antonio fue despedido de esa gran empresa con una familia de tres hijos y una mujer a la que sacar adelante. Y así nació Armeza.
Treinta años han pasado ya de ese 1993 donde el patriarca de los Requejo y su hijo, Paco, que le conocemos por otros menesteres pero hoy no venimos a hablar de eso, montaron de cero una de las empresas más prósperas de la provincia de Zamora. En un pequeño local de la calle Regimiento de Toledo, Armeza comenzaba su andadura con todos los ahorros de la familia. Una apuesta muy arriesgada, sin duda, pero Francisco Requejo defiende que "era lo que teníamos y necesitábamos salir adelante".
Un gran espíritu emprendedor el de los Requejo que, poco a poco, fue dando sus frutos. A los tres años, Armeza tuvo su primera expansión hacia Benavente, luego a Salamanca capital, más adelante Ciudad Rodrigo y, finalmente, la empresa trasladó su sede principal al Polígono de La Hiniesta por su elevado nivel de negocio. Una familia que, desde luego, tenía alma de empresaria y luchadora. Y es que como recuerda Francisco Requejo "tuvimos una tienda de iluminación en Regimiento de Toledo para mi madre, que estuvo abierta hasta que ella se jubiló".
Un crecimiento que les ha llevado a mantener una facturación que este mismo año ronda entre los cuatro y cinco millones de euros; y una plantilla de 21 trabajadores en ambas provincias. "La naves y furgonetas están pagadas tras muchos años y el material que vamos adquiriendo se va vendiendo, así que la situación es bastante buena", detalla Requejo.
Gracias
Un éxito que la familia agradece enormemente a los clientes, en su mayoría instaladores eléctricos, ya que es una empresa que vende material al por mayor para profesionales. Y también a la veintena de trabajadores, de los cuales algunos llevan más de 20 años en Armeza y "ya son parte de la familia".
Requejo se enorgullece de haber conocido a buena parte del sector eléctrico de ambas provincias y se siente feliz de que "la mayor parte ya son amigos tras tantos años trabajando juntos". Agradece, por supuesto, su confianza depositada estos años, en los que "hemos visto a gente comenzar sus negocios, prosperar y hasta jubilarse".
Todo en una empresa familiar que, como indica el propio Francisco "no es fácil con la globalización y las grandes multinacionales poniendo muy difícil el mercado". Los bajos precios y la inmediata compra por Internet ponen muchas veces en jaque a estas empresas locales y familiares, pero Armeza se ha defendido con su mejor valor: el trato cercano.
La familia Requejo ha procurado "tener el mejor servicio posible, dando un trato de cercanía y de apoyo constante". Armeza ha estado ahí si un instalador necesitaba un consejo o que le abrieran el almacén un domingo por una urgencia. "Y eso las grandes compañías no lo hacen", recalca Francisco. Algo especialmente inculcado por su padre, José Antonio, del que destaca que "ha trabajado y tirado del carro como nadie".
Además, Armeza puede presumir de ser profeta en su tierra. Y es que la provincia ha sabido reconocerles su labor con el Premio Mercurio 2012, otorgado por la Cámara de Comercio de Zamora. Y otro más, concedido en 2007 por la Junta de Castilla y León, bajo el nombre de 'Mujer en la empresa', por el trabajo en la directiva que Marta y Raquel ejercen desde hace años. Por cierto, este último incluía un premio en metálico de 6.000 euros que la empresa donó íntegramente a Asprosub.